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La doctora Silvia González Ayala es docente especialista en enfermedades infecciosas e infectología pediátrica.

Formadora de médicos egresados de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Unicén, se trata de una de las máximas referencias en su especialidad, y palabra más que autorizada para analizar la posibilidad del regreso a las clases presenciales en los distintos ciclos educativos, como se evalúa hoy tanto a nivel nacional como en cada uno de los estados de la Argentina.

También es Profesora Titular de la Cátedra de Infectología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata, consultora en Enfermedades Infecciosas y miembro del Comité Institucional de Revisión de Protocolos de Investigación del Hospital de Niños Sor María Ludovica.

González Ayala puso en contexto, y opinó que "la suspensión de las actividades escolares en marzo de 2020 fue una medida muy drástica. El problema estaba inicialmente en la ciudad de Buenos Aires, sin embargo se suspendieron las clases en todo el país, aún en áreas rurales, y eso después se sostuvo en el tiempo".

"La situación de no socialización de los chicos es insostenible. El daño en la salud mental y en el nivel de conocimiento ha sido enorme, porque no todos tuvieron acceso a la conectividad, y en una escuela que en general venía en caída libre en cuanto a la cantidad de contenidos y calidad del aprendizaje este parate significó algo grave" acotó.

Para la doctora no hubo horizontalidad en la educación virtual a lo largo de 2020: "Con la conectividad muy limitada por la accesibilidad, queda claro que esta medida fue para la clase media, o clase media para arriba".

"Las áreas rurales, las poblaciones con necesidades básicas insatisfechas no tuvieron acceso a la educación, y si la tuvieron esporádicamente no hubo padres que pudieran acompañar, porque el número de analfabetos funcionales es muy importante en nuestro país" diagnosticó.

González Ayala está convencida de que las clases deben empezar a retornar a ser lo que eran, aunque con medidas muy certeras.

"Se debe volver con protocolos de seguridad y lo que desconozco -enfatizó- es si en este año, prácticamente, se ha invertido en el acondicionamiento de los establecimientos escolares, empezando por algo básico, que es que tengan agua segura, lo cual no ocurre en todas las escuelas" lamentó.

En tal caso, pidió especial atención a "las condiciones de los sanitarios, de los baños".

"Aunque estén en un número que habitualmente es insuficiente, deben estar asegurados el agua, el jabón, los dispositivos de alcohol en gel, la ubicación de una maestra que supervise que luego del uso se produzca la higiene de manos, organizar la circulación y distribuir las aulas, porque es evidente que en un aula standard no puede haber 30/40 chicos".

"Seguramente al principio será virtual y presencial. Es imposible que en las condiciones de los establecimientos educativos que concurran el 100% de los alumnos, todo el turno" pronosticó.

Pidió taxativamente no generalizar: "Esto hay que organizarlo por establecimiento, no se pueden dar generalidades porque cada realidad es distinta, pero sí un concepto global en cuanto a la higiene, la circulación, organizar los accesos, respetar el distanciamiento social".

El regreso a clases en la consideración de muchos osciló entre de muy compleja aplicación o imposible. Por ellos las condiciones no se acaban en un par de frases.

"Al principio vamos a estar bien, porque las temperaturas serán agradables, pero también hay que pensar en la otra situación, cuando llegue el invierno. O sea que esto requiere organización, y ello pasará por cada establecimiento, lo mismo en la llegada y el retiro de los niños" recalcó.

"Todo tiene que ser muy bien organizado y esto es para toda la comunidad educativa. No se puede pensar sólo en la seguridad del docente" dijo.

La doctora Gonzalez Ayala también refirió al peligro que pueden significar los niños como vectores involuntarios del virus en hogares donde convivan con adultos mayores o personas con comorbilidades.

"Cualquiera puede llevar el virus a la casa, porque asintomáticos hay en todos los grupos de edad. El intercambio de la comunidad educativa se inserta en la comunidad en general, lo mismo que la comunidad hospitalaria" precisó.

"Y el ejemplo es que muchas de las infecciones por coronavirus en el personal sanitario no fueron adquiridas en el hospital, sino en la comunidad. Eso mismo podría pasar en la comunidad educativa" anticipó.

En un plano más amplio, la doctora González Ayala se refirió al reconocimiento de la gravedad de la pandemia y sus consecuencias: "Lo que todavía nos falta, y ha transcurrido casi un año, es la toma de conciencia de que debemos aprender a convivir con el virus y que la pandemia la hace cada uno de nosotros cuando no cumple con las medidas de seguridad. Esos son los dos conceptos centrales que no están comprendidos al día de hoy".

Como conectando el principio con el final del texto, reflexionó que "en un país donde la ley es una mera recomendación qué podemos esperar, y eso es falta de educación. Estamos fallando hace rato en un derecho humano básico de cualquier sociedad".

"Trabajando a ciegas"

En representación de la Sociedad Argentina de Infectología la doctora González Ayala forma parte de la Comisión Nacional de Seguridad en Vacuna (Conaseva), a nivel del Ministerio de Salud de la Nación, pero independiente, que tuvo el pasado viernes su último encuentro y el jueves publicó el cuarto informe de seguridad de la Sputnik V.

"Tenemos el fin de semana para elaborar y revisar el documento que habitualmente se publica los lunes, y ahí nos va dando la pauta de lo que está sucediendo. Para ello es muy importante que el miembro del equipo de salud vacunado no minimice, no autodiagnostique alguna manifestación" aconsejó.

"Más vale comunicarla. Esto es muy importante, porque como dice el poeta estamos haciendo camino al andar" graficó.

"Nosotros estamos trabajando a ciegas. Lo único a lo que tuvimos acceso fue a los resultados publicados sobre la vacuna por el Instituto Gamaleya en 76 personas, que son Fase I y Fase II A. No tuvimos acceso a lo demás porque existe una cláusula de confidencialidad, entonces la comunidad médica desconoce la frecuencia porcentual de los efectos adversos que observaron" lamentó.

Los docentes, las vacunas y la evaluación de la Sputnik V

Sobre la mesa de evaluaciones para un eventual regreso de la presencialidad en los distintos niveles de la educación, la doctora González Ayala consideró como condición indispensable la vacunación del personal docente y no docente.

"Sería ideal, pero no sé si va a ser posible en el tiempo que queda porque va a depender de la disponibilidad de dosis. Además la vacunación de los docentes es voluntaria, como para toda la comunidad" señaló.

"Piense que hoy tenemos 300 mil dosis para el personal de salud, cuando lo componen un millón, o sea que nos quedan dos tercios aún por vacunar. Y después en el escalonamiento que hizo la autoridad sanitaria siguen los adultos mayores de 60 y después los docentes" recordó.

"Vamos a ver si se puede modificar, dando prioridad a los docentes en febrero, cuando haya dosis, porque hoy no las tenemos. Será en tal caso una decisión política y técnica" consideró.

Fuente de consulta obligada en todo lo que tiene que ver con las vacunas, González Ayala habló de la campaña contra la COVID-19 en ciernes: "En la cancha se van a ver los pingos".

"Quiero verla en funcionamiento, porque en los papeles puede ser todo perfecto. Se empezó a vacunar el 29 de diciembre con 300 mil dosis y aún no se terminaron de aplicar" apuntó.

"La voluntad del Ministerio de Salud de la Provincia es aplicar 126 mil dosis por día a partir del mes próximo. Bueno… eso requeriría una logística notable, una precisión de relojería. Va a depender de la disponibilidad de dosis; hoy lo único que hay son 300 mil dosis" subrayó.

Sobre la vacuna Sputnik V que se está aplicando en el país, la doctora González Ayala por un lado valoró la calidad de la plataforma, y por otro cuestionó la falta de publicaciones científicas acerca de los resultados preliminares.

"La plataforma está fuera de discusión; lo único que se plantea es la falta de conocimiento por parte de la comunidad científica de los resultados" sintetizó.

Sobre las bondades, amplió que "la plataforma de la Sputnik V es muy buena, a punto tal que el Instituto Gamaleya ha firmado un convenio con la Universidad de Oxford para desarrollar un estudio de Fase III que combina primera dosis del Instituto Gamaleya con la segunda dosis de la de la Universidad de Oxford, porque con eso se lograría una mejor eficacia para la vacuna de Oxford".

Las formas son las que entran en su cuestionamiento.

"Tenemos la aprobación de la ANMAT. Si nosotros observamos las disposiciones de otras agencias muy prestigiosas en América Latina, como es la agencia regulatoria brasileña, ni siquiera la consideró por no haber presentado la documentación" comparó.

"Excepto por informes de prensa en la página web Sputnik V, seguimos sin conocer qué es lo que pasa con los análisis interinos de la Fase III, que la habían programado para 40 mil voluntarios y la redujeron a 31 mil".

"No sabemos si terminó el reclutamiento; dicen que han aplicado más de un millón de vacunas en la comunidad rusa, y también lo desconocemos. Acá se necesitan datos oficiales, publicados y evaluados por pares" precisó la doctora González Ayala.

Como dirían en el campo, no sólo a la Sputnik V se le llueve el rancho.

El estado de California dispuso suspender la aplicación de la vacuna Moderna tras un reporte de reacciones alérgicas; Italia estudia demandar al laboratorio Pfizer por incumplimiento en la entrega de las dosis; Astra Zeneca recortó en un 60% las entregas por problemas en la cadena de producción del antígeno.

Nada es sorpresivo para la doctora González Ayala. "Todas las vacunas aceleraron su desarrollo por lo extraordinario de la emergencia a causa de la pandemia, y las vacunas están obteniendo las licencias para uso en emergencia con resultados a unas escasas semanas de administradas las segundas dosis" indicó.

"En este marco, no sabemos cuánto dura la inmunidad. Esas vacunas aplicadas en dos millones de personas podrían presentar reacciones adversas que no se observaron en 20 mil voluntarios. Ha sucedido con todas las vacunas" aseguró.

No todas son alarmas. También hay controles estatales y científicos antes de que la aguja llegue al brazo de la gente.

"Por eso es tan importante en situación lo que se llama ‘vigilancia de los efectos adversos’, que es la seguridad de la vacuna. La OMS ha recomendado que sea la vigilancia pasiva, que el profesional actuante o la persona informe ‘me vacuné y me pasó tal cosa’, lugar de vacunación y otros datos volcados en el certificado de vacunación" expuso.

"También la OMS recomendó y listó 18 enfermedades que podría producir la vacuna, lo que se llaman ‘efectos adversos en situaciones especiales’. Para eso es la ‘vigilancia activa’. En la Argentina la autoridad sanitaria nacional ha elegido 8 hospitales de alta complejidad III, uno por cada región de país, porque esos eventos requieren internación para estudiarlos" manifestó.

"Lo otro, que de hecho se está haciendo, es la vigilancia de cohorte en el personal de salud que ha recibido las primeras 300 mil dosis. Cuando empiece la vacunación en comunidad ahí se complejizará enormemente por el número" anticipó la doctora González Ayala.