"En Olavarría no hay puericultoras en ninguna institución ni pública ni privada"
"La lactancia es un regalo para toda la vida -asegura Paola Calautti parafraseando al médico español Carlos González-. Porque tiene beneficios tanto para el bebé como para la mamá, para la sociedad y para el planeta".
Lo hace, claro está, en el marco de la Semana Internacional de la Lactancia, que ha generado todo un movimiento social en defensa y promoción de esta práctica biológicamente natural, cuya celebración se remota a 1992 y que cada año adopta un lema diferente.
Calautti es puericultora graduada en la Universidad de San Martín y desembarcó hace cuatro años en Olavarría, donde ayuda, acompaña y contiene a las mamás en este proceso de amamantar a sus bebés "en primera instancia y básicamente, porque eso es lo natural".
Lo cierto es que este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef pusieron en valor la práctica relacionándola con el medio ambiente, con el lema "Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable".
"Evidentemente, esta orientación ha tenido que ver con la situación de pandemia que estamos atravesando", sentenció la especialista. Es que este acto natural contribuye tanto a la salud de la mamá como la del bebé y "para el planeta, resulta económico; no nos gusta decir gratuito, porque lleva un tiempo, un esfuerzo y la adecuación de un entorno. Pero no requiere insumo alguno: ni energía ni agua ni utensilio alguno y tampoco genera residuos", indicó la especialista en Puericultura.
¿Por qué se recomienda la lactancia materna? "Primero y básicamente, porque es lo natural, lo fisiológicamente indicado para ese momento: cada mamá que gestó está preparada para nutrir a esa cría. En definitiva, porque somos mamíferos. Y porque tiene beneficios tanto para el bebé, la mamá y la sociedad toda. A largo plazo, la lactancia es un regalo para toda la vida, como dice el profesional español Carlos González".
Ante la consulta de este Diario, indicó luego que "afortunadamente y en el marco del confinamiento, nuestra tarea se puede desarrollar de manera virtual: orientamos a las mamás a través de videollamadas, indicándoles con imágenes o con videos en los que se ejemplifica con un muñeco, acerca de las acciones a seguir. Se puede acceder a toda esta información", confirmó, aunque "siempre en forma privada".
Sucede que la especialidad de la puericultora "no está regularizada" porque "el sistema de salud considera que son los pediatras quienes cumplen ese rol, cuando en realidad, el abordaje debería ser interdisciplinario" incluyendo obstetras, puericultoras y pediatras. Sin embargo, "en Olavarría no hay puericultoras en ninguna institución ni pública ni privada. En cambio, en Buenos Aires y en otras ciudades las hay en la mayoría de los establecimientos privados, contratadas por la misma entidad". Y en los pocos establecimientos públicos que ofrecen el servicio, estas especialistas "funcionan como voluntarias, es decir ad honorem".
"Parece mentira que, más allá de esta Semana que nos convoca y que terminamos extendiendo al mes, tengamos que defender tanto una especialidad que es realmente válida y que otros profesionales por allí ni tienen tiempo físico para sustentar ni difundir". A su criterio, "falta mucha información al respecto, hay muchos mitos dando vueltas. Sería importante que todas las mamás pudieran acceder a la información completa, a la palabra de aliento, a los consejos necesarios para mantener la producción de ese alimento vital y a la contención que estamos en condiciones de brindar, porque forma parte de nuestras competencias", analizó.
"Que el acceso a una puericultora no sea un privilegio: eso sería maravilloso", dijo después, sobre esa posibilidad que hoy se debe abonar de manera particular y mantiene a las profesionales de la actividad "prácticamente en la informalidad, sin regulación alguna". Y que aporta saberes y conocimientos específicos que no siempre otros rubros están en condiciones de cubrir. "Los pediatras no tienen tiempo de ver a la mamá haciendo una toma ni de hacer el seguimiento ni acompañamiento que cada díada, esto es la progenitora y el bebé, necesita. Sería bueno mejorar el trabajo interdisciplinario y que, por ejemplo, cuando se presentan dificultades en la lactancia o no hubo el aumento de peso esperado, los pediatras y obstetras deriven a una puericultora".
Definió, finalmente, que en cuanto a este acto de amor que se proyecta la vida entera, "cada uno cumple su rol. Y desde la puericultura y como agentes de salud, somos tan necesarios como otros profesionales".