Ottino indicó que "si bien calculamos que somos un sector dentro de todo este problema económico que tenemos, somos privilegiados, porque se vende un producto que es de primera necesidad, el problema siempre es el mismo: los costos son altos y cuesta aumentar el valor del pan. Siempre estamos vendiendo el pan a niveles de precios bajos y siempre ‘nos falta 5 para el peso’".

"Se sigue trabajando y seguimos tirando. No es la situación de varios años atrás, desde hace tiempo la rentabilidad es cada vez menor y los costos operativos son complicados, cada vez más grandes y es muy difícil trasladarlos al precio ya que hay que ser muy competitivos. Esa es la situación de hoy de la parte patronal", aclaró Ottino.

Y añadió que "el que tiene mucho personal es el que más complicado está. Mantener una infraestructura grande es muy difícil, porque los sueldos no son altos pero cuesta pagarlos, porque están acordes al nivel de precios al que vendemos que no es bueno".

En su opinión, "los precios tendrían que estar un 20% arriba pero es muy difícil competir porque te sale al cruce gente que tiene costos más bajos por infraestructura, mano de obra barata, o por trabajar en familia; y siempre se compite con lo más doloroso que es el pan".

"A nivel provincial están muy complicados porque hay mucha clandestinidad. Acá en Olavarría no pasa tanto porque hace unos años más o menos hemos organizado la comercialización y hemos mentalizado al empresario que regalando te fundís", sostuvo el titular del Centro de Industriales Panaderos local.

Y agregó que "entonces, si bien estamos en precios que no es el óptimo, los que nos siguen no están a un nivel tan abajo. No aparecen locuras como años anteriores o como sucede en el Conurbano, donde hay gente muy trucha que ofrece pan a 80 o 90 pesos al público. Es imposible vender a ese precio. Si tenés que mantener una estructura de 2 o 3 obreros no la podés pagar".

"Ahora somos muchos y producimos cada vez menos. Antes, hace unos años yo hacía 12 o 15 bolsas de 50 kilos. Ahora en Olavarría la media de producción es 150 o 200 kilos, como mucho", explicó.

Además, planteó que "es muy difícil con esos precios y esa venta. Si hacés la cuenta 100 o 150 por 100 pesos o 110 y cuánta plata te da. No es suficiente para mantener una industria, con todo lo que eso acarrea. Cada obrero te cuesta entre aportes y mano de obra 80 o 90 mil pesos".

Por otra parte, detalló que "desde hace años en Olavarría son muy pocos los panaderos que han renovado las maquinarias. No tengo interés en comprar un horno nuevo que ronda el millón y medio de pesos porque sé que no lo amortizo más. Entonces nos estamos manejando con lo que tenemos, remendando, con máquinas usadas. En los remates on line encontrás muchísimas maquinarias de panaderías, de negocios que cerraron en provincia o conurbano, no en Olavarría. Eso da una pauta de que estamos atando con alambre, una empresa no crece así, decrece".

"Mi mirada a futuro es que la panadería es una especie en extinción, estoy convencido. Yo llevo años en esto, en mi familia, mi padre y mi abuelo fueron panaderos, y mi bisabuelo también lo fue en Italia; y lo veo año tras año en decaimiento", recordó Ottino.

Y comentó que "encima es muy difícil conseguir un obrero, no hay mano de obra calificada. Es difícil hallar un pastelero, un repostero o un confitero que sepan trabajar de verdad y que tengan experiencia".

En ese sentido, indicó que "en Olavarría nos estamos manejando con los mismos, que van de un lado para el otro. Hay algunas panaderías que han logrado mantener a ese pastelero o confitero por muchos años y pudieron conservar un nivel de calidad".

Por último, Ottino planteó que "quiero saludar y felicitar a los obreros panaderos y al que es panadero desde hace años por el entusiasmo por esta profesión que es dura, no es fácil. Estar todos los días del año trabajando a las 2 o 3 de la madrugada no es fácil. Eligieron esto y tiene que seguir luchando en esto, pese a que no son bien remunerados por el sacrificio que implica".