El que afirma eso al comenzar la charla es Ceferino Wisner, quien no es médico veterinario pero se encuentra al frente de la Veterinaria El Ombú (9 de Julio y Necochea), es el propietario desde hace 18 años, mientras que el profesional responsable de atender a los pequeños animales es el doctor Luis Pradas.

"Puse la veterinaria después que quedé sin trabajo en la Cooperativa Agraria. Al principio tenía dos veterinarios cuando también atendíamos a grandes animales (Dardo Latasa y Luis Pradas en pequeños). Después dejamos de hacer grandes luego de dos años (ya que hay que tener otro mercado y es otra forma de comercializar, es por temporadas) y seguimos con pequeños. Esto de tener la veterinaria no fue casualidad, ya que conozco cómo es el comercio, el trabajo, pero por supuesto con un veterinario a cargo. Se dieron muchas a favor en estos 18 años, como el lugar en el que estamos ubicados, lo que significan los perros y los gatos para la gente. La gente viene con sus mascotas todos los días, clientes que pasan tres veces por semana a buscar los alimentos generalmente", agregó.

"Recibimos muchísimos más perros, pero el gato se está imponiendo más en el mercado. El perro antes estaba en el fondo del patio y no lo atendía, y ahora cambió. El paso más grande que dimos fue vender cachorros y así llegamos a la ente, que nos conoció y viene de toda la vida. Es que además le vendemos el alimento, el collar, los comederos, la pipeta, las vacunas, absolutamente todo. Son perros que salieron de acá y se murieron de viejitos siendo clientes nuestros, algunos ya murieron pobrecitos. Hemos vendido muchas razas, aunque ahora no tantos para vender. ¿Qué razas vendimos?, varias, como Caniche Toy, Golden, Labradores, Brishon Frizzé (que son las cuatro líderes), también ovejero alemán, Boxer, Bretón, un par de galgo ruso. Los traíamos en su mayoría de Mar del Plata. El 85 por ciento venían de allá, aunque también trajimos perros de otras ciudades como Buenos Aires, Tandil, Rauch, Junín, 9 de Julio, Bolívar, Laprida, etc., ya sea de criaderos o gente que tenía perras con cría y quería venderlos" continuó contando Ceferino.

Respecto de cómo se manejaron en la veterinaria durante la pandemia de coronavirus, Wisner explicó que "gracias a Dios no cerramos nunca; trabajamos siempre ya que somos unos de los esenciales; siempre tuvimos un horario más acotado, pero luego casi normal. Y la gente al principio venía menos por el tema de los DNI o porque no salía, y nos complicó al principio eso de tener que enviar las cosas -alimentos generlamente- a las casas de los clientes, así que el motomandado trabajó mucho con nosotros. Ahora la gente sale un poco más y se nota".

En cuanto a lo que más se mueve en la Veterinaria El Ombú, Ceferino comentó que "alimentos es lo que más se vende. El alimento es la base. Después están las temporadas determinadas ya que la garrapata aparece en octubre hasta febrero aproximadamente, o marzo, cuando termina el calor. Hay mucha garrapata y también pulgas, durante todo el año. Para la garrapata se venden pipetas, collares, pastillas que andan muy bien, y en invierno se vende ropa para perros sobre todo cuando hizo fríos muy fuertes, aunque la base de la venta es el alimento balanceado. Sin olvidarme de las cuchas, moisés. El medicamento todo pasa a travéss del veterinario. Y también vendemos mucha cantidad de veneno y tramperas para ratas, ya que Olavarría está lleno de ratas. ¿Quién viene más?, tanto la mujer como el hombre, eso es parejo, ya sea a comprar o a traer a las mascotas" terminó diciendo Wisner.