La nocturnidad fue un tema que se mantuvo en la agenda por mucho tiempo durante el 2018. Cambios de reglas y sus consecuencias llamaron la atención en todos los ámbitos, produciendo amplios debates de lo que se debía hacer para mantener la seguridad de los jóvenes. Hace algunas semanas se plasmó una nueva modificación: el horario de ingreso a los comercios nocturnos se extendió hasta las 3 de la madrugada.

Uno de los tantos temas que se debatió en los diferentes sectores involucrados -político, municipal y sus organismos de seguridad, adultos y también entre los jóvenes- fue el tope de horario de ingreso. Debido a una ley provincial -ver recuadro-, en Olavarría se mantuvo un proceso en donde el ingreso a los boliches o comercios bailables fue permitido sólo hasta las 2 de la madrugada, lo que produjo en primera instancia largas colas de jóvenes para ingresar a dichos lugares.

Además de la amplia fila dicha anteriormente, la regla ocasionó algo más riesgoso y que está relacionado con lo dicho: un gran número de personas no alcanzaba a ingresar a los comercios nocturnos por el horario, por lo cual quedaba en la "calle" transitando de un lugar a otro sin contar con la seguridad que se puede contar en un espacio cerrado.

A su vez, esta restricción de horario alentó a la realización de otros planes como el desarrollo de fiestas clandestinas en quintas -sobre todo entre los más jóvenes-. La presencia de estos eventos al aire libre -en algunas ocasiones también se hacían en lugares cerrados- ocasionó una enorme preocupación no sólo en los aparatos de seguridad del Municipio sino también en los padres, quienes vieron como sus hijos e hijas asistieron a eventos donde el control fue difícil de realizar.

En este contexto, se produjo un cambio a mediados de diciembre que despertó opiniones: el horario de ingreso a los boliches o bares se retrasó una hora en un marco avalado por reglamentaciones bonaerenses, por lo que los jóvenes y adultos tienen tiempo hasta las 3 de la madrugada para acceder a dichos espacios. Este cambio trajo leves consecuencias, y no deja de ser un dato importante cuando se analiza que, en épocas veraniegas, el movimiento de personas por la noche crece en una gran cantidad.

Según pudo averiguar este Diario con los diferentes empresarios locales de la noche, la medida cambió pocas conductas de aquellos interesados en "salir", pero no generó profundos cambios en la escenografía de la nocturnidad local. La modificación de atrasar el horario de ingreso en una hora corresponde más a una cuestión de estación -se alarga el día en verano- que a la solución de conflictos registrados.

Largas filas

Si bien se puede sospechar que el hecho de ingresar a las 3 de la mañana puede llevar a la reducción de la concentración de personas en las entradas de los bares o boliches, el panorama no cambió demasiado por lo que se pudo ver en los recientes fines de semanas. Las ''colas'' siguen estando en cada comercio nocturno y, la mayoría de los interesados en ingresar a éstos, estiran su acceso al mayor horario posible.

"La gente se está enterando de a poco que el ingreso es hasta las 3 y si bien la entrada se va estirando un poco más, la situación es la misma. Si la gente antes iba dos menos cuarto, ahora va tres menos cuarto. Tienen una hora más de previa en la casa o en algún bar. Y ni hablar de aquellos que salen de trabajar tarde y ahora tienen tiempo de entrar al boliche de forma tranquila", comentó Fabricio Leal, encargado de Fomento Disco.

El propietario de un importante bar local opinó en la misma sintonía que lo hicieron sus pares. "Esta nueva reglamentación no cambió demasiado en los aspectos profundos de nocturnidad. Está todo igual. Tal vez aquellas personas que le gusta ingresar más tarde tienen esta posibilidad, pero a nosotros no nos cambió mucho la ecuación. Lo que si veo es que a la gente le gusta esta iniciativa porque está más tranquila, sin andar apurada", afirmó.

"La verdad es que no ha cambiado mucho el panorama. La gente aprovecha para entrar un poco más tarde, pero nada más. Para nosotros está bien; está bueno disfrutar las noches de verano sin un horario tan riguroso", agregó Daniela Villalba, dueña de Filippo Restobar.

Según comentaron los dueños de diferentes bares o boliches de la ciudad, la principal dificultad sigue siendo el factor ocupacional. La exigencia que se impone desde las autoridades produce una presencia reducida de personas en los lugares cerrados, por lo cual el lugar se llena rápidamente, dejando a varias personas afuera como sucedía anteriormente.

"El problema no es el horario porque la gente se acostumbra, la dificultad es el factor ocupacional. Si son las 2.15 de la madrugada y ya tenes cubierto el factor, no hay mucho por hacer. Estoy a favor de los controles y de todo lo necesario para la seguridad del cliente, pero habría que analizar de fondo esta situación", agregaron desde Fomento Disco.

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