Antes de fin de año, Carbap y CRA, las entidades de base de la SRO en los ámbitos provincial y nacional, respectivamente, emitieron sendos comunicados para manifestar su malestar con la medida (ver recuadros). En este sentido, Matrella subrayó que "estamos en la misma sintonía, en desacuerdo con estas políticas que ya se han probado y han fracasado".

De ese modo, recordó que "en el anterior gobierno kirchnerista vimos lo que pasó con la intervención del trigo, que produjo una posterior falta de siembra y desabastecimiento, al punto que casi se tuvo que importar trigo". En consecuencia, el dirigente sostuvo que "no es por ahí el camino, el gobierno tiene que tratar de solucionar los problemas grandes, como la inflación, que genera todas las complicaciones, y no interviniendo los mercados, que produce desajustes y después perjudica a la producción".

Frente al impedimento de exportar maíz, "siempre Argentina produce mucho más de lo que consume internamente. Habría que buscar otras herramientas distintas, ya que además se genera desconfianza en los mercados porque los compradores van a pensar que no somos de fiar, que no tenemos palabra y van a buscar otros mercados que les respondan".

Esa experiencia, producto de medidas similares, "nos pasó con otros mercados y después nos costó recuperar los compradores. También (el presidente Alberto) Fernández se comprometió a no intervenir los mercados cuando se reunió con la Mesa de Enlace. Evidentemente, con estas resoluciones nos damos cuenta cada día más que el que gobierna no es Fernández sino Cristina Fernández de Kirchner".

También se refirió a la incertidumbre generada entre los productores porque "esto no quita que vayan por otros mercados, como puede ser la carne o nuevamente el trigo. Al no tener una política clara, uno no sabe dónde está parado. Porque cuando uno invierte dinero para poder producir, las reglas tienen que ser claras y no las pueden cambiar a mitad de camino"

En la actualidad, "el problema que tiene Argentina es la gran brecha cambiaria, entonces el productor con justa razón va vendiendo lo que necesita para producir porque ésa es su moneda de cambio para mantener su inversión; al tener incertidumbre, vendés lo que necesitás".

Incluso, "con la intervención del Mercado de Liniers de Néstor Kirchner se perdieron 10 millones de cabezas de ganado y después produce el efecto contrario porque al no tener mercadería para vender, el precio sube. Si se perjudica al maíz, se va a sembrar todo soja, va a haber menos maíz y va a subir mucho más de precio", lamentó el presidente de la SRO. "Nadie quiere un conflicto atrás de esto porque no favorece a nadie, se producen distanciamientos que no llevan a nada", finalizó Matrella.

Carbap se declaró en "alerta y movilización"

Mediante el comunicado Nº 2088, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) hizo público su rechazo a "la suspensión del registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) y repudia cualquier forma de intervención en los mercados".

Desde la entidad, sostuvieron que "mienten desde el Gobierno al decir que basan esta decisión en la necesidad de asegurar el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación, porque restan casi 8 millones de toneladas de maíz para volcar al mercado interno de acuerdo a los datos del Minagri (Ministerio de Agricultura)".

En cambio, las autoridades "deberían argumentar con la verdad, y expresar que se debe a su impericia para disminuir la brecha cambiaria, a la imposibilidad de poder controlar la inflación y peor aún, a la incapacidad de poder implementar recetas o instrumentos que no hayan fracasado en el pasado".

Con estas señales al sector productivo, "lejos se está de desincentivar actitudes inflacionarias, sino todo lo contrario, se ocultan incapacidades, prebendas y porque no negociados y corrupción como consecuencia de la ausencia de políticas sectoriales, de control y de fiscalización".

Según esa mirada, "la impericia en el manejo de las políticas sectoriales provoca una vez más que la desconfianza, la imprevisibilidad, y el temor a seguir reinvirtiendo se apodere del productor agropecuario. Claramente se ve que el actual gobierno no aprendió nada de los errores del pasado. Afortunadamente los productores hemos aprendido, y no volveremos a cometer los mismos errores. Más firmes que nunca, Carbap se declara en alerta y movilización".

"El regreso a recetas fracasadas"

Mediante un comunicado, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), planteó su desagrado por la intervención del gobierno en el mercado de maíz.

"El Gobierno nacional dispuso el cierre de la comercialización externa de maíz, y una vez más el campo no pierde su capacidad de asombro, cuando todos entendíamos que el cierre de exportaciones es una pésima medida, cuando todos sabemos que si no exportamos no ingresan divisas y cuando todos entendemos que este camino de cierre de exportaciones nos llevó al fracaso, increíblemente se vuelve a decidir lo mismo".

"El propio Gobierno que recibe al Consejo Agroindustrial Argentino en una mesa con todos los funcionarios de máxima responsabilidad para trabajar en pos de mayores exportaciones, una semana después decreta el cierre de la exportación de maíz, parece increíble, paro así funciona la Argentina y por eso está como está".

"Medidas inconsultas como la suspensión de los DJVE para el maíz, no hacen más que minar la confianza y desgastar la interrelación mutua entre el sector y el gobierno. Se dinamitan los canales de dialogo abiertos y con buena capilaridad que funcionaron en este año de pandemia".

"Esta medida atrasa, sumando incertidumbre al sector productivo, recetas ya perimidas con resultados desastrosos, que solo llevaron a la sojización extrema, y a la menor cosecha de trigo en 100 años, además de generar todo un sistema impuro de discrecionalidades y peajes".

"El Gobierno tiene la potestad de ejecutar regulaciones, pero tiene la obligación de que las mismas sean virtuosas, generando producción y desarrollo, tiene la herramienta del dialogo, abierta para estos casos.

El gobierno tiene que tener en claro que las consecuencias de sus decisiones, las termina pagando el productor, ese mismo productor que sufre la segunda presión fiscal más alta a nivel mundial, y al que ahora al achicarle su mercado de demanda vera como rápidamente el precio de su maíz baja para acomodarse a las necesidades de los demás eslabones de la cadena, generando una clara transferencia de recursos del sector primario a otros sectores, una manifiesta distorsión de producción que sin dudas impactara en las decisiones de siembra de la próxima campaña".

"Terminando un año muy duro para todos, no esperábamos este golpe a la credibilidad de la relación entre el Gobierno y el sector productivo primario, una nueva pésima señal y el regreso al pasado más opaco del intervencionismo estatal. Habrá menos maíz a futuro como en su momento hubo menos carne y menos trigo, por eso, no debe asombrar que cada vez seamos un país más pobre".