Generalmente cuando en casa hay padres que tienen una determinada profesión, los hijos suelen seguir sus pasos. No siempre, claro está. Pero en la mayoría de las veces, o en un alto porcentaje ocurre eso. No es el caso de Fernando, cuyos padres no tienen nada que ver con la odontología: Juan Carlos "Pocho" Rossi es contador público y su mamá Marta Arfuch es docente. Su hermano mayor, José, también eligió otro camino y es médico oncólogo, también radicado y trabajando en nuestra ciudad.

"Elegí odontología porque cuando era adolescente tuve que ir durante mucho tiempo al dentista. Me habían puesto ortodoncia que es un tratamiento prolongado y me gustó lo que hacía, me enganché y acá terminé. En ese momento iba a la clínica Opción, que estaba en Vicente López entre Vélez Sarsfield y Bolívar, donde creo que ahora hay un gimnasio, con la doctora Mazzoleni. Ella me explicaba bastante, me gustaba ver todo el instrumental que tenía, me llamó la atención y elegí esa profesión. Y acá estamos" comenzó contando Fernando, envuelto en su delantal especial, gorro y barbijo, indumentaria que utiliza desde hace un año y medio debido a la aparición de la pandemia, por lo que respeta a rajatabla los protocolos sanitarios.

"Me fui a estudiar a la universidad pública en La Plata. Me recibí a fines de 2010 y al año siguiente lo que hice fue preparar el examen de residencia, por lo que ese fue mi primer trabajo. La residencia la hice en el Hospital San Martín de La Plata, durante tres años, hasta 2014. Realmente estuvo muy bueno porque esos tres años me permitieron aprender muchísimo; hay mucha casuística (consideración de los diversos casos particulares que se pueden prever en determinada materia) y ante tanta variedad de casos se aprende mucho", agregó Fernando.

"Es que lo que todo se ve en los libros, no todo llega al consultorio. Los más complejos se derivan a hospitales públicos, a sus servicios de odontología, porque allí hay equipos interdisciplinarios que pueden abordar al paciente desde distintas miradas. Hay que pensar que en un mismo hospital hay servicios de cabeza y cuello, de cirugía y traumatología maxilofacial, de odontología general, etc., y a un mismo paciente se lo ve desde distintos ángulos. Por eso está bueno hacer una experiencia allí porque te da una formación más amplia y permite ver patologías donde hay una alta frecuencia de pacientes, ya que hay miles de personas que pueden pasar por esos consultorios" siguió diciendo Rossi, quien además es secretario del Círculo Odontológico de Olavarría.

"¿Venir a Olavarría enseguida?, no, no. No se dio así. Porque después me tomé tres años. Es que a mi siempre me gustó viajar y entonces colgué los guantes por un tiempito. Así que con mi novia Mariana nos fuimos a recorrer otras tierras y anduvimos por Nueva Zelanda y Australia, haciendo trabajos no ligados a la profesión ya que esa era la idea, y estuvimos recorriendo algunos países de Asia durante tres meses donde se nos acoplaron algunos amigos. Regresamos a Australia, unos seis o siete meses, otros tres meses en Asia, vivimos un tiempito en España -más precisamente en un pueblito sobre el mar que está cerquita de Barcelona- y después sí volvimos a la Argentina. Y hace tres años y medio, casi cuatro, que estamos instalados en nuestra ciudad con nuestros consultorios, trabajando juntos" agregó Fernando, quien está feliz con su profesión, en su ciudad, a la que volvió -paradójicamente- impulsado por la misma Mariana, nacida en Lanús, a quien le gustó mucho Olavarría.

"Arrancamos a trabajar en Olavarría, siempre con Mariana, quien hizo la residencia en el Hospital José Dueñas, en Capital Federal. Cada uno se especializó en un área distinta. Yo me especialicé en endodoncia, que es hacer tratamientos de conducto, que es una especialización que hice en forma paralela con la residencia en la Universidad de Buenos Aires así que tenía que viajar desde La Plata. Mientras que Mariana está terminando actualmente la especialización en ortodoncia, en el Círculo Argentino de Odontología, en Capital Federal. También es algo muy lindo aunque es una de las ramas más complejas dentro de la odontología, creo yo. Las especialidades duran cuatro años, y el paciente tiene que estar convencido de eso porque conlleva un proceso largo con controles periódicos y con tratamientos que duran alrededor de dos años" siguió contando Fernando.

"Los dos somos odontólogos generalistas, por supuesto, y hacemos todo lo relacionado con nuestra profesión como extracciones, estética, limpieza, prótesis, etc., pero uno siempre tiene una especialidad. Mariana también se aboca a la pediatría y atiende a muchos chicos, mientras que yo me dedico más a los adultos, pero se hace de todo en la práctica diaria", explicó. "Lo que hace Mariana con los chicos es hermoso. Es difícil, por lo que veo, pero gratificante. Es lindo ver que llega un niño y no quiere entrar al consultorio, pero después de un mes o dos meses de trabajo ya viene contento, se sienta y se deja atender. Es gratificante y necesario al mismo tiempo", aclaró.

Respecto de si hay problemas que aparecen en la dentadura por distintos inconvenientes, el doctor Rossi señaló que "se avanzó mucho en lo que es educación y prevención. Se tomó conciencia de controles periódicos con el odontólogo, así como hacer visitas, todo lo que es la parte de higiene y alimentación que antes no se tenía tanto conocimiento. Hoy en día se ve mucha gente adulta con muchas piezas dentarias, o que le faltan muy pocas, y las que no son propias se la han ido haciendo paulatinamente a medida que se fueron perdiendo, poniéndose implantes o prótesis que antes no eran tan común. Creo que se ha avanzado mucho en ese aspecto".

"Pero aun así estamos lejos de los países de punta como son los nórdicos, por ejemplo, donde prácticamente son la excelencia. Ellos tienen políticas educativas más amplias que las nuestras, donde llegan a toda la población, y acá lamentablemente el nivel de educación está ligado directamente al estrato social al que pertenece una persona, y si bien no es algo excluyente es cierto que quien tiene una educación más limitada seguro tiene mayores problemas dentarios. Hay una cierta proporción en eso. Pero desde las facultades hay materias que se incluyen en las currículas sobre este tema, por lo que en ese aspecto se trata de trabajar y mejorar constantemente. En La Plata, cuando era estudiante, se trabajaba mucho en los colegios. ¿Un consejo?: hay que hacer visitas periódicas al odontólogo y no esperar que duela, porque cuando duele ya es tarde", terminó diciendo Fernando Rossi.

La celebración

Países de Latinoamérica celebran en esta fecha a los profesionales de la salud bucal. El origen de esta efeméride y la importancia de ir al dentista al menos una vez al año. En este día, el Círculo Odontológico Olavarría saluda a sus colegas.

Cada 3 de octubre se celebra el trabajo de los profesionales de la odontología, en países como la Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Es que un 3 de octubre, pero en 1917, se conformó la Federación Odontológica Latinoamericana (FOLA) en Santiago de Chile, cuando unos profesionales se reunieron para debatir algunos aspectos claves relacionados con la profesión.

En 1925, casi una década después, en el segundo Congreso de FOLA realizado en la ciudad de Buenos Aires, el delegado argentino, doctor Raúl Loustalán, fue quien propuso que el 3 de octubre sea el día oficial para celebrar el Día de la Odontología Latinoamericana. Así nació el Día del Odontólogo.

La salud bucodental es esencial para el bienestar de las personas y un factor importante en la salud integral de la población. La identificación temprana y prevención puede contribuir al pronto diagnóstico y tratamiento de otras enfermedades sistémicas.

Y es que la higiene de los dientes suele relacionarse con la prevención de caries y la estética bucal en general. Pero va más allá: en la boca pueden verse algunas lesiones que alerten sobre carencias vitamínicas, falta de minerales o estados nutricionales deficitarios. En la boca se reflejan síntomas de salud y de enfermedad, de ahí que los especialistas insisten en destacar que "la higiene bucal es fundamental para la salud general". Además, los dientes sanos permiten que una persona pueda hablar y alimentarse apropiadamente y ayudan a dar un mejor aspecto estético.

La visita al dentista

En este sentido, los cuidados diarios son la principal prevención para gozar de una buena salud y calidad de vida. Estos son algunos de los cuidados para la prevención:

-Cepillarse los dientes al menos 3 veces por día. El cepillado más importante es el de la noche.

-El hilo dental debe usarse todos los días y ser parte de la rutina cotidiana, no sólo cuando la persona siente que necesita una limpieza más profunda.

-Es importante mirar de cerca para comprobar que los dientes quedaron bien limpios.

-Evitar morder hielo, caramelos, turrones y cualquier alimento o material duro ya que se pueden partir los dientes.

-Si hay predilección por los dulces, es importante agruparlos en momentos de consumo de alimentos con azúcares. Evitar consumirlos permanentemente durante el día.

-Si después de una comida la persona no se puede lavar los dientes, se aconseja comer un chicle sin azúcar. Estimula la generación de saliva y ayuda a la limpieza de los dientes.

-Si la persona es amante del mate, se recomienda no usar termo, sino pava. El termo hace que se consuma mate por un tiempo más prolongado generando que la saliva se vuelva ácida y termine afectando a los dientes.

-Si se tienen dientes torcidos o desparejos, es importante realizar algún tratamiento para alinearlos. Esto mejora la mordida y facilita la higiene dental.

-Visitar al odontólogo una vez al año, aunque no se tenga ninguna molestia.