Se entiende por Educación Sexual Integral a aquella que "articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos". La misma, constituye un derecho humano en sí mismo, y está establecida en Argentina por la Ley Nacional 26.150 que fue sancionada en octubre del 2006, y en 2008 se aprobaron los lineamientos curriculares básicos sobre la ESI.

La ley prevé que "todas las personas que estudian tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal". Además, es garante de otros derechos que se encuentran presentes en la niñez y adolescencia como el derecho a la identidad, a la salud, a la educación, entre otros.

Laura Hoffmann, coordinadora del Observatorio de Niñez y Adolescencia de la Facultad de Ciencias Sociales se refirió a los principales objetivos de la ley. "Reconocer la perspectiva de género; respetar la diversidad, valorar la afectividad, ejercer derechos, cuidar el cuerpo y la salud". Pese a que la misma está garantizada en Argentina desde el 2006, aún hay cuestiones que se siguen debatiendo en torno a ella. "Debería ser revisada porque desde el 2006 hasta ahora ha pasado mucha agua bajo el puente", resaltó.

Al referirse a las transformaciones que deberían darse respecto a la ley, planteó que una de ellas es que, en el texto, la perspectiva de género está planteada en términos de equidad y binarismo "varón" y "mujer", porque la ley en aquel momento no contemplaba las múltiples identidades y expresiones de género, y en este sentido se excluyen a muchas personas que no se sienten identificadas con dicha categorización.

También se refirió al artículo 5 de la ley, que ya se intentó modificar en el Congreso en el 2018 y que plantea que cada comunidad educativa puede adaptar sus propuestas sobre ESI a las ideas de cada institución y a sus convicciones. "Este artículo suele utilizarse como escudo para no tratar temas necesarios, que en algunas comunidades educativas no están dispuestos a darles entidad", explicó la profesora. Esto hace que, en consecuencia, los derechos de los niños, niñas y adolescentes se vean vulnerados.

Por otro lado, y siguiendo con el importante rol de las instituciones educativas como garantes de la ESI, Hoffmann expuso que "faltan proyectos educativos transversales, que consoliden, promuevan y sistematicen las experiencias que se dan en las escuelas". Y en este sentido remarcó la necesidad de escuchar a los chicos y las chicas, saber qué necesidades presentan y abordar los contenidos de ESI teniendo en cuenta eso.

Otro aspecto que consideró importante destacar es la necesidad de avanzar en la incorporación de las familias. "Deben conocer la ley y las instituciones hacerlas parte. La escuela sola no puede ni debe", subrayó. Y en este sentido agregó que es fundamental que las familias acompañen a los niños, niñas y adolescentes, habilitando espacios de escucha, y brindando confianza y acompañamiento. "Si los adultos no comenzamos a deconstruir nuestras propias concepciones y la cuestión moral de lo que uno cree correcto o incorrecto, lo que se trabaja en la escuela, puede no encontrar eco en casa", reflexionó Hoffmann.

Infancias plenas y felices

"La ESI nos invita a replantearnos qué mundo queremos que habiten nuestros niños y qué espacios generamos para ello", expresó la coordinadora del Observatorio de Niñez y Adolescencia, haciendo hincapié en que son sujetos de derechos y que esos derechos deben ser garantizados. "La ESI nos interpela como adultos para establecer vínculos desde el cuidado, el respeto y la responsabilidad para acompañar el desarrollo de las infancias y adolescencias", agregó.

¿Por qué es importante la Educación Sexual Integral? "Porque quienes accedan a esta serán más empáticos, conocedores de su propio cuerpo y respetuosos del de los demás, y serán personas que vivirán libres de prejuicios y estereotipos", describió Hoffmann. Y también subrayó que también "serán capaces de construir vínculos afectivos libres de violencia e inequidad de género", remarcando en que quien acceda a la ESI, incluso estará preparado para identificar situaciones que puedan violentarlos y vulnerar sus derechos, como casos de abuso sexual.

Prejuicios en torno a la ley

Las resistencias en torno a la implementación de la ley aún están presentes en nuestra sociedad. "A veces desde el desconocimiento se cree que la ESI trata sólo de la sexualidad en términos de genitalidad, y esa es una visión acotada de la misma", explicó Laura Hoffmann. La sexualidad está presente durante toda nuestra vida y se la puede abordar desde diferentes aspectos. "Abarca la manera que tenemos de vincularnos con otros, de expresar emociones y sentimientos, de experimentar y transmitir placer, erotismo, ternura y amor", describió.

"Los adultos que están en contra, creo que en realidad no están informados de lo que comprende la ESI", expuso. Y en esto, se habla del abordaje de los diferentes contenidos educativos, según el nivel y edad de los niños y niñas. "Ningún docente de sala de tres años o de primer grado va a estar enseñándole a los chicos sobre anticonceptivos, porque claramente no están preparados para recibir esa información", aclaró en diálogo con El Popular.

"Siempre vamos a encontrar grupos en contra, porque lo que se juega es la pérdida de privilegios arraigados culturalmente", reflexionó la profesora. Y si bien son las familias las que deciden sobre la educación de sus hijos, "el Estado es el encargado de garantizar el acceso a derechos en pos de sociedades más justas, hay temas que no pueden quedar solo en el plano de la educación familiar", justificó.

Un dato alarmante a tener en cuenta es que el 80% de los niños y niñas que sufren abuso sexual es en sus hogares o en sus entornos más cercanos, por lo que es necesaria la presencia del Estado como garante de derechos de los niños, niñas y adolescentes, y en esto la ley de Educación Sexual Integral juega un papel fundamental.

"La ESI en movimiento: un podcast

que invita a la deconstrucción"

Este proyecto surgió a mediados del 2020 por Trinidad Petreigne, María Farinati y Nubi Fernández, 3 estudiantes de comunicación social que habían realizado una diplomatura de la formación en Educación Sexual Integral y querían transmitir a la sociedad todo ese conocimiento aprendido, y así surgió la creación del podcast. "Porque la comunicación nos apasiona y porque la información sobre ESI la tienen que tener todos, sin exclusión", explicó Farinati.

El uso de podcast es de fácil y amplio acceso, y en este sentido Petreigne contó que el objetivo principal de este proyecto es "que la ESI circule, en los espacios educativos, pero también fuera de ellos, y el podcast es una herramienta fundamental para ello". También remarcó la posibilidad de hablar con libertad sobre diferentes temáticas y que las personas puedan escucharlas desde diferentes partes del país.

Como comunicadoras y sin ejercer la docencia consideran complejo el tema de la necesidad de reformas en la ley. "Todavía no vemos una real implementación de la ESI tal cual está escrita en los espacios educativos", expuso una de las referentes del proyecto. Además, agregó que quienes escuchan sus producciones son por lo general personas que ya han transcurrido la escolaridad y que no han tenido formación en Educación Sexual Integral en ese recorrido. "Hablamos sobre cuestiones que no están en la ley, nos replanteamos cosas, criticamos, y hablamos de diversidad con libertad".

"Para nosotras es muy importante el proyecto porque nos permite repensar y reflexionar sobre cosas que tenemos muy arraigadas, y estar en pleno ejercicio de deconstrucción", sostuvo Farinati. Y coincidiendo con lo que planteó Laura Hoffmann, si bien la ley se pensó para abordarla dentro de las aulas, las referentes de "La ESI en movimiento" consideran que gran parte de la sociedad argentina no tuvo garantizado este derecho dentro de las aulas, y que, siendo adultos también transitan continuamente cuestiones que son Educación Sexual Integral, por lo que creen necesario abordar la ESI desde diferentes lugares y proyectos. "Para vivir en una sociedad más igualitaria, que respete a todas las personas e identidades, y donde no haya temas que sean tabú", y finalizó "no hablar de ciertas cosas hace que sigamos reproduciendo estereotipos y violencias que no nos hacen bien y que no deberían seguir pasando".