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En los tiempos que corren la tecnología nos permite conectarnos rápidamente con cualquier parte del mundo. Sólo hay que contar con una aplicación de mensajería y las cuatro horas entre Olavarría y Oldemburg, la ciudad en la que reside desde hace 5 años Joaquín Alem, son nada. La pandemia, además, nos ha igualado. Aunque en este momento la situación en nuestro país es un poco mas relajada, en la ciudad donde el músico olavarriense vive todavía están "en un encierro muy estricto desde hace bastantes meses. Ha sido muy duro. Estamos esperando que se libere" y enseguida remarca que "para los artistas en Alemania la pandemia ha sido un tema porque por supuesto se han suspendido todas las actividades y aquí, a diferencia de Argentina, hay muchos músicos free lance.

Es mucha la gente que vive de conciertos, de tocar. Hay gente que si no tienen otro ingreso u otra posibilidades de trabajo como músicos es un momento muy difícil aunque estemos en un país del Primer Mundo".

Pero más allá de todo, la pandemia le permitió embarcarse en la composición de un nuevo disco, el cuarto de una discografía muy interesante ( ver recuadro), y además consiguió que por primera vez una universidad alemana tuviera un seminario de bandoneón y poco tiempo después las autoridades educativas le comunicaban que sería el encargado del área de Composición y Análisis.

Una infancia feliz

La palabras de Joaquin Alem llegan con un leve acento alemán. A veces se mezclan los idiomas y algunas palabras son como una suerte de combinación. Más tarde pedirá disculpas cuando se olvide la palabra que en español tiene ese significado que busca.

Joaquín dejó Olavarría a los 17 años y se marchó a Buenos Aires. Fueron más los años que vivió allá que aquí. Sin embargo, de su infancia tiene "los recuerdos más lindos".

"Estar mucho en el club, de tener muchos amigos, mucho contacto con la naturaleza y libertad. Podíamos estar jugando en la calle hasta muy tarde" dice, aunque lo que más rescata es el contacto con la naturaleza.

"La ciudad en la que vivo también tiene mucha llanura, el paisaje es un poco pampeano" describe.

"Olavarría significa mi infancia, que es donde mejor la pase. Me construí una vida distinta en Buenos Aires y por supuesto conservé a mi familia" afirma. Allí vivió hasta los 40 años y en el 2012 comenzó a viajar a Alemania para dar conciertos como intérprete, arreglador y compositor en distintos escenarios junto a la OldenburgischesStaatsorchester, Oldenburger Ratsmusik, Staatsorchester Rheinische Philarmonie Koblenz, Stadttheater Philarmonie Bremen, Stadttheater Philarmonie Bremerhaven, Oldenburgisches Staatstheater, Klangpol o en el Bandoneon Festival Krefeld. En Argentina su música pudo escucharse en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, el Teatro Gran Rex y el Mozarteum Argentino. Finalmente, en el 2016 se convirtió en profesor de la Universidad Carl von Ossietzky de Oldenburg.

Influencias familiares y musicales

En cuanto a lo musical señala que las influencias son mas cercanas. "En mi casa se hacía mucha música" cuenta y señala que "la música es algo que estaba muy presente porque mi papá es un melómano, con bastante cultura musical y un músico amateur. Después mi mamá es una persona muy interesada por el arte, también fue una gran influencia"

"Cuando uno pasa la idea de que la música es solamente una cuestión relacionada con los sonidos, cuando adquiere otra connotación mucho más amplia y entonces se empiezan a jugar otros roles como podría ser la filosofía, el teatro, la danza. Ya la música como arte" menciona y vuelve a hablar de sus padres como grandes influencias.

Si bien reconoce que "todas las experiencias me han influenciado, algunas mas que otras", reconoce que "estudiar con determinados maestros ha sido muy importante, sobre todo en su momento. Después sí, una gran influencia es la música misma, los músicos mismos"

Menciona que "Astor Piazzolla es un gran referente, no sólo por su música sino también por su historia de vida tan conmovedora para todos los músicos, sobre todo bandoneonistas y compositores ha sido más aún que una influencia"

"Otras cosas que han sido una gran influencia para mi tienen que ver con al arte en general, no solamente con la música sino con otras ramas del arte" manifiesta y agrega que también "las experiencias de vida que de alguna manera se van metiendo en la música"

"Una experiencia que marca es vivir en otro país, en una cultura tan diferente donde se empieza a tener la sensación de que el hogar cambia. Si es que uno está cómodo en el lugar, no me refiero a cuando uno tiene que emigrar aunque no quiera" y al intentar cerrar la idea no encuentra la palabra en español. "La sensación del hogar ya no es de un solo lugar, es de varios. Eso es una gran influencia" afirma.

Al hacer referencia al desarraigo, señala que principalmente es la forma de comunicarse. Sin embargo señala que tiene la sensación que "hay algo que vino conmigo. La música que llevo, la música que hago. La música se mudó acá conmigo. Es algo muy sustancial para mí eso".

Pero "hay otras cosas que cambian. Algunas son sustanciales pero mejoran, mientras que otras empeoran" dice y explica que "uno suele escuchar mucho de Alemania como una cultura donde la gente es mas distanciada, mas fría. Esa sería una lectura muy superficial que no es para nada así"

"Las formas de expresarse, la comunicación, el clima es un factor determinante para el estado de ánimo sobre todo si estás al norte cerca del polo. Eso te hace mas tranquilo" sostiene y luego agrega que también el humor es muy distinto. Otras cosas son nuevas, como las posibilidades de trabajo que son muy buenas. "Los amigos quedaron allá. Tengo otros amigos pero mis amigos del alma están en Buenos Aires" asegura.

Ser docente en una universidad alemana

"La docencia siempre ha sido algo muy importante, es tan importante como la parte artística. Las dos cuestiones siempre han sido algo que cultivo" cuenta Joaquín Alem y cuenta que cuando surgió la posibilidad de irse a Alemania con una propuesta de trabajo para la Ópera de Bremen, una ciudad que linda con Oldemburg, a los pocos meses presentó un proyecto en la universidad. "La movida acá con los conservatorios y las universidades" señala y asegura que "al ser todo tan internacional las propuestas son muy variadas" El proyecto que presentó interesó, aunque también señala que hubo una cuota de suerte.

La Universidad Carl von Ossietzky es muy grande y tambien tiene el área de música con una carrera de siete años. Allí desde hace cuatro años dirige "un Ensamble de Música Latinoamericana pero en realidad se hace música argentina y brasilera, incluyendo la uruguaya como música rioplatense". Este grupo está formado por chicos que "generalmente estudian artes y pedagogía

"La educación musical en Alemania es fundamental y muy importante, por ende los, maestros de música ganan buen dinero" afirma.

"El seminario de bandoneon es una cosa maravillosa. Es la primera vez que el bandoneón está en un programa de estudio de una universidad alemana" cuenta y señala que ya existe en Francia, en Holanda, "pero en Alemania no había hasta el semestre pasado".

Como impulsor del proyecto, el olavarriense cuenta que "tuvo buena aceptación y tuvimos una primera experiencia. Veremos cómo sigue y cómo planteo las cosas". Hace poco tuvo otra noticia que lo puso muy contento. "A partir del semestre que viene estoy encargado del área de Composición y Análisis de la universidad.

Mientras tanto, espera que sigan llegando repercusiones de su último disco, "he tenido algunas repercusiones de medios alemanes", y que la pandemia permita abrir distintos espacios para poder presentarlo.

"Tenia un proyecto para estrenar una obra para bandoneón y orquesta de cuerdas pero se pospuso por el aislamiento" cuenta. Durante la cuarentena además se quebró un brazo, aunque eso no lo paralizó. Como puede tocar el piano con la mano derecha se dedicó a componer una obra "de cerca de una hora". Dice que es un trabajo intenso que calcula le llevará dos años pero prefiere no revelar mucho sobre el tema. Sólo una pequeña pista: "tiene que ver con Argentina".

Discos

R.F.

Cuatro son los discos que Joaquin Alem publicó en los últimos años. En el 2004 salió "Circulo Nómade", en el 2009 fue "Esencia" y en el 2013 llegó "Sangre Arcoiris". Los tres con un sonido puramente tanguero entre lo contemporáneo y lo clásico. La diferencia en su obra está dada en su cuarto disco. "«Lado A y Lado A», con producción de Kai Leinweber para el sello Calygram, tiene un sonido muy distinto a sus discos anteriores, quizás por influencia del lugar.

"El disco es un producto de la pandemia" explica. "Lo escribí y lo grabé en un estudio de aquí. Es un disco de dúos pero los dos instrumentos está tocados por mi aunque las composiciones son para dúos de guitarra y bandoneón".

"Tuve que tocar una línea primero de guitarra y luego tuve que reaccionar musicalmente a lo que habia grabado" cuenta y lo describe como "una linda experiencia".

Información para melómanos y músicos: Todos sus discos se pueden escuchar en todas las plataformas de streaming.