"La ficción no la tenemos que perder nunca, porque nos ayuda a vivir"
En pocos días, "Rumbo sur" saldrá de la imprenta y Juan Carlos Parini tendrá en la calle su segundo libro. La novela narra las peripecias de un grupo de personas que se proponen radicarse de forma pacífica en las islas Malvinas.
Rodrigo Fernández - [email protected]
"Todo esto es ficción y la vida qué es. La vida es una ficción. Es tu ficción, mi ficción y la de todos los seres humanos. Entonces la ficción no la tenemos que perder nunca, porque nos ayuda a vivir y a salir de otras problemáticas", dice Juan Carlos Parini. Mientras espera que "Rumbo sur", su segunda novela, esté en las librerías de la ciudad en los próximos días, relata cómo nació el relato que narra las aventuras de un grupo de personas que deciden reunirse con el objetivo de instalarse en las islas Malvinas de forma pacífica.
"La idea de la novela surgió de la nada", dice, y recuerda que fue en el 2009 cuando mientras hablaba con su yerno sobre las posibilidades que encerraba que un grupo de civiles argentinos se acercaran a bordo de un buque a las islas Malvinas para radicarse allí.
Finalmente comenzaría a tomar forma en el 2020, cuando se puso a trabajar "sin saber cómo arrancaba, ni de adelante ni de atrás, hasta que empecé a tomar vuelo".
"Escribir es como empezar un viaje. Sabía que el objetivo era civiles metidos en las Malvinas, considerando que es tierra argentina, pero me fue llevando la misma trama, creando personajes, las situaciones, sin tener un plan a largo plazo. Tenía un esquema del día y lo desarrollaba. No es que estuve pensando toda la novela. Es natural, no es esquemática", explica, y agrega que "es una novela que la siento como una experiencia de vida y de cosas que pasan. Tenés lo costumbrista, lo político, aventuras y las participaciones de personajes reales importantes".
Releyéndola encontró que en algunos momentos hay observaciones poéticas que todavía lo emocionan. "Hay un montón de ingredientes que se suman a la imaginación, como la filosofía, también hay partes con humor. Es una novela tan heterogénea y con tantos ingredientes como un menú".
"Escribo lo que siento y voy haciéndolo sin tirar tiros al aire. Tomo mucho de las características de los personajes, del humor, la preocupación, de la psicología, para la narración", asegura.
Un escritor organizado, pero indisciplinado
"Soy un escritor bastante indisciplinado, pero me funciona así. No tengo una obligación, sino que la tengo conmigo mismo. Lo que siento, pienso, razono, me gustaría que otros lo conocerían. No hay ningún interés monetario en el tema, es una cosa que me sale de adentro", dice.
Por eso, para él, "las ganas no tienen horario" y asegura que puede escribir "un día tres horas, pasar una semana y no escribir nada y otro día 10 minutos. Ese es mi régimen. Escribo cuando tengo ganas de escribir".
Por otro lado no quiere dejar de reflexionar acerca de que "en un libro vos no tenés que pensar en su valor monetario, porque tiene otro tipo de valor que no lo tiene otra cosa. Vos te comprás un coche, comida o lo que sea y se termina. Pero un libro vos lo tenés y te transforma algo en la cabeza, adentro, y que es para toda la vida. Así que para mí un libro no tiene precio".
"Como lector no tengo la paciencia de ponerme a leer un libro largo y hace tiempo que no leo. Es como que me he saturado", confiesa, aunque reconoce que seguramente hay muchas influencias de lo que ha leído,"pero no lo hice pensando en eso, sino que porque me metí en un tema, lo desarrollé y llegué a un punto donde estaba para seguir con la aventura".
Con algunas líneas que daban como resultado un esquema que fue desarrollando "hasta que lo termine, freno, me tomo la pausa y quizás a los 10 días lo vuelvo a agarrar"
"Todo escritor en sus obras pone parte de hechos de su vida o que están en su inconsciente y parte de su experiencia, de lo que vio y observa en la sociedad". Para él es "como un cuadro que pinté y salió así".
Una primera experiencia
"Escribir lo tenía como una semilla oculta, no me molestaba ni nada. Pero cuando dejé mi actividad pública y comercial fue el momento de decir 'me largo' ".
"Mi primera novela fue una experiencia piloto para ponerme a escribir. A mí me gusta escribir más cuento, es más difícil escribir un cuento que una novela", dice sobre "El viaje".
"En un cuento tenés que tener una claridad y una síntesis especial para ubicarte y que no se te vaya para ningún lado". En ese sentido confiesa que le gustan más los cuentos "porque son mas cortos y los termino", dice riéndose. Cuando encaró al escritura de su primera novela ya tenía varios cuentos escritos.
En "El viaje", una novela donde el protagonista muere e ingresa a "un túnel subatómico y lo va a acompañando su ángel de la Guarda". Parini asegura que el tema le surgió de toda la lectura de textos espirituales y religiosos que fue leyendo a lo largo de su vida.
"Me ponía a escribir y sentía una cosa que me iba llevando", afirma, y recuerda el camino de exploración que hizo a lo largo de su vida en todo lo relativo a la religión y la teología para saber qué pasa después de la muerte.
"Tuve una gran duda cuando comencé a escribirla porque me metía en un área que no todo el mundo la tiene, salvo algún sacerdote. De las experiencias de gente que volvió de la muerte, que vieron la luz".
Fue en una charla con un sacerdote que sintió que iba por el buen camino. "Usted escriba lo quiera escribir", le dijo, y "no agregó una palabra más sobre el tema". "Eso me liberó para un montón de cosas. Cuando me pongo a escribir algo y me trabo me acuerdo de aquellas palabras. Por eso 'escribo lo que quiero escribir' ".
En ese sentido explica que "algunos se van a divertir, a otros les vendrá bien, otros se amargaran. Cada lector tiene distintos sentimientos e interpretaciones. No quiero escribir para vender algo, sino que escribo lo que quiero porque me gusta y que cada uno lo interprete como quiera".
"Con 'El viaje' tuve lindas satisfacciones. Me llamó una persona que tenía un trauma por un fallecimiento cercano y que cuando leyó el libro deshizo los nudos y se le abrió el panorama".
Sobre ese libro que les cambió la vida a muchas lectores, Parini también siente que "todo lo que escribí lo tenía adentro mío, no me cambió nada. Lo único es que saqué de adentro lo que tenía. Fui hurgando y saliendo a las páginas".
"Ahora que lo empecé a releer para poder hacer una nueva edición lo he revalorizado, porque le encontré algunas cosas muy profundas e interesantes. Creo que una lectura no es hacerlo como para distraernos o bajar el estrés. Hoy leer es como degustar una comida y la vas a querer repetir dos o tres veces hasta que le tomes el gusto. Pienso que 'El viaje', lo mismo que 'Rumbo sur', son novelas para volverlas a releer".
"Me siento muy conforme con la novela -dice a propósito de 'Rumbo sur'-. No me importa si se van a vender 10 o 10 mil libros, pero es una obra que me conforma muchísimo y me hizo muy feliz".
Escribir y corregir
"Corregir es la mochila y el peso y la tortura que tiene cada escritor. Vos escribís, después corregir es complemente incómodo. Es una tortura", afirma entre risas.
"Rumbo sur" la he corregido varias veces, dejaba pasar una semana y volvía a encontrar frases que no me pegaban. Ahora con la prueba de galera la tengo que volver a leer para que salga bien".
"Cualquier escritor te va a decir que es el vía crucis de la escritura. Podes tener un corrector, pero quizás no sabes qué te cambió o no. Vos tenés que volver a leer todo. La otra cosa es la frase que dice que 'el enemigo del autor no es la piratería, sino el anonimato'. Esos dos conceptos hay que tenerlos siempre en cuenta: la corrección y el anonimato".
Mientras prepara la edición de su nuevo libro y la reedición de su primera novela, Juan Carlos Parini explica que "hay que tener ganas y deseo para escribir y para hacerlo tenés que estar libre de la problemática que te rodea. Ahora estoy con hacer conocer el libro en Buenos Aires, Olavarría y también Santa Cruz, donde ocurre parte de la trama. Tengo ese en mente, pero tengo 20 argumentos para desarrollar una novela, pero por ahí no agarro ninguno y me aparece un bichito raro y voy a ir a ese que me llama. No tengo previsto hacer nada, tengo que esperar que me venga".
Una novela que trasciende
"La novela de Parini es una encomiable producción literaria de un narrador con una trayectoria destacada", dice el profesor Rubén Darío Gasparini, quien es uno de los autores del prólogo de "Rumbo sur". A cargo del taller de novela, teoría y lenguaje de la SADE, Gasparini recuerda que Juan Carlos Parini llegó un día con sus primeros bocetos de la novela bajo el brazo, y afirma que en ella "se fusionan el qué y el cómo porque cuando hablamos de la novela como objeto estético, como producto literario, encontramos que lo que dice es fundamental, pero la forma en que lo dice la hace trascendente".
"Rumbo sur" superó las expectativas del propio autor porque una novela que tiene como propósito dejar un testimonio de una realidad producida por la ficción", explica, y asegura que "es de alguna forma una novela que tranquilamente se puede comparar con "La invención de Morel".
"La importancia de la novela de Parini para la literatura argentina de los últimos diez años se puede ver desde dos aspectos. Desde lo literario exhibe la maquinaria del relato moderno con sus múltiples posibilidades. Desde la originalidad, tiene un estilo de decir que es inconfundible porque aunque uno no vea su nombre ya sabe que es él".
Para Gasparini, "Rumbo sur" "es una novela que se puede valorar tanto desde lo semántico como desde lo literario por la originalidad que encierra".