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Una fuerte crítica a la conducta social de los olavarrienses durante la pandemia, el examen sobre la realidad sanitaria de la Ciudad y una severa advertencia sobre el estado actual del Hospital Municipal "Dr. Héctor Cura" formuló ayer el doctor Iván Recabarren, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva del nosocomio público olavarriense.

En un repaso sobre distintos tópicos, Recabarren hizo revelaciones elocuentes, muy duras, pero sorprendió con lo que se ve en el andar cotidiano y no siempre es evaluado con semejante claridad.

El testimonio de Recabarren fue una descarnada carga de realismo sobre el comportamiento ciudadano a lo largo de estos inacabables meses.

"Todo el mundo sabe, porque cuando leemos el informe hay un promedio de 50 casos diarios, que la internación en terapia intensiva se mantiene en valores preocupantes todavía. En este preciso momento las camas disponibles en UTI para una situación normal están llenas con pacientes de Covid" alertó.

"Hablamos de una disponibilidad eventual de 20 camas, de las cuales habilitadas en sí hay 17. Sólo unas semanas atrás, cuando atravesamos por un período crítico, debimos habilitar una de esas que no siempre vamos a usar. Así que hemos vuelto a las divisiones convencionales, es decir terapia intensiva Covid, UTI no Covid y unidad coronaria" reveló.

En tal sentido, mencionó que "había una cierta disponibilidad de camas, pero ese beneficio se perdió en los últimos días. Volvimos a estar con una población de pacientes Covid que no nos deja tranquilos".

"No nos ahoga, como en los peores momentos, pero ese flujo continuo de pacientes críticos sigue siendo preocupante, aunque por suerte hay otras enfermedades y preocupaciones médicas que requieren terapia intensiva -como los traumas- que aún no tienen alta incidencia" apuntó.

"Los accidentes generan una proporción de trabajo y un requerimiento de enfermería, kinesio y médicos muy importantes, y hoy tenemos dos personas con traumas severos internados, lo cual no alcanza a ser un problema mayor. Eso está ayudando a que podamos tolerar esta meseta alta de casos Covid como una situación más manejable" celebró.

El doctor Recabarren comentó que "es bueno ver que la ciudad se alivia, ver un movimiento que en muchos casos se asemeja al normal, pero la gente debe saber que no nos sobra nada, que sigue habiendo muchos casos, que si a esos casos se suman los problemas habituales del invierno puede ser caótico".

Como el año pasado, extremar cuidados no sólo protege contra el coronavirus: "También, está claro, que el cuidado para no contraer Covid también previene el contagio de la gripe común que tiene su incidencia en complicaciones mayores que eventualmente llegan a terapia intensiva. Entonces, mantener los cuidados aliviaría el sistema por disminuir la cantidad de infecciones comunes por neumonías en Epoc, neumonías virales".

Apelando a la historia sanitaria de Olavarría, precisó que "son cargas en invierno en estas ciudades que están controladas por el distanciamiento que aún se mantiene en cierto grado. El efecto ya no es tan grande como en 2020, porque cuando uno cada tres o cuatro muestras son negativas, es gente que tiene gripe, pero no tiene Covid".

"El dato nos está diciendo que están circulando los otros virus habituales de la gripe. Por lo tanto, hay que insistir con la población de riesgo para que se vacune contra la gripe y, eventualmente, contra la neumonía porque es disminuir el riesgo personal y social en general" aconsejó.

"Hay muchas personas con gripe, que tiene compromisos importantes como dolor de cabeza, dolores musculares, fiebre elevada, malestar, que deben guardar reposo en sus domicilios. No puedo dar un número exacto porque el registro de los virus de la influenza no se estaba haciendo en la comunidad, pero está creciendo y deberíamos acentuar los cuidados para que eso no se transforme en un problema de salud serio" advirtió.

En la pelea dentro de esta pesadilla que va para el año y medio, el doctor Recabarren resaltó que "toda la gestión de salud trabaja en forma conjunta. Estamos atravesando la pandemia con una sensación de que vamos todos en el mismo barco, empujando cada uno en lo que puede, entonces las pequeñas observaciones que hago sobre las fallas son con buena onda, y también porque formo parte del equipo de gestión".

Ahí fue donde el titular de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital incursionó en una temática para estudiar desde el foco sociológico.

"Hay algunas conclusiones para atrás que quizás todavía es demasiado pronto para hacerlas. La comunicación a la comunidad fue buena, en cuanto a cuánto Covid tenemos y cuánto no tenemos, qué podemos hacer y qué no podemos hacer, pero la gente no tiene claro si por la calle debe ir con barbijo o no" observó.

"Se ve gente con barbijo y gente sin barbijo. Se vio también en el peor momento de la pandemia, que no es éste" recordó.

"Todo el mundo contesta que sabe estas cosas, pero no es sólo conocer, saber, sino insistir en ganar ese compromiso social que acá hay que empujar entre todos para prevenir los casos, y previniendo los casos tenemos menos enfermos y con menos enfermos hay menor mortalidad" enfatizó Recabarren.

"Queda lejos para la historia personal de cada uno ver la dispersión de este virus en la comunidad. No se observa en la vida diaria; una de cada 100 familias lo ha visto, pero muchos de quienes no lo han visto se conducen de forma irresponsable, porque no entienden el efecto negativo de su conducta en dos o tres que contagian al no hacer lo que deben hacer" cuestionó.

"Nosotros no necesitamos poner mala cara, represión, cerrar la economía del país, pero son necesarias conductas activas. Por ejemplo, dando una vuelta por la ciudad nadie respeta el paso por la derecha. Qué pena que no lo tenemos incorporado todos y nos salga inconscientemente esa cosa de pueblo, del que transita por las calles Necochea o Rivadavia y se cree que tiene preferencia" comparó Recabarren.

"Cosas pequeñas, como el respeto para el ciclista, para el peatón. Vivimos chocándonos en calles que tienen semáforos. Hacemos las cosas mal. Es una cuestión de educación" indicó.

"Acá hay 10 normas a cumplir mínimas que no implican perjudicar la circulación de la gente y la economía, pero controlemos las formas que se necesitan, no diríamos para contagio cero, pero sí para disminuir este flujo demasiado importante que sigue comprometiendo el sistema y no sabemos hasta dónde nos puede llevar" evaluó.

"Aún no estamos seguros de que la vacuna va a llegar antes que la tercera ola o la tercera ola nos va a abrumar de nuevo. Y depende de dos cosas: la vacunación y el cuidado mínimo que debemos tener", insistió.

"También pasa algo que nosotros como sociedad carecemos. Premiemos al que hace bien las cosas y sancionemos socialmente al que las hace mal, al que participa en las fiestas clandestinas, a gente maliciosa que sabía que tenía Covid y salió a las calles a hacer sus cosas. Está mal, porque a su vez hay una grandisimísima mayoría de Olavarría que hicieron las cosas como corresponde" destacó.

"Ese pequeño grupo, al que no le importó, hizo mucho daño. Todavía la cosa no está cerrada para saber cómo nos fue, pero le digo al ciudadano que el impacto del Covid en la población de Olavarría se corresponde con los números a nivel nacional" sentenció.

"O sea, nosotros nos comportamos en cuanto a infectados y mortalidad como el promedio del país. No hicimos la diferencia. No debemos valorarnos a nosotros mismos sobre cómo somos como sociedad, somos como el promedio del país" determinó Recabarren.

"Me da pena. Perdimos la oportunidad de haber hecho algo distinto. En ese sentido la gestión tiene su responsabilidad, pero me parece que el peso del resultado está en las conductas personales sumadas de todos los olavarrienses, porque hicimos las cosas como las hacemos acá. No somos coreanos y nos pasó lo que nos pasó" lamentó.

Repasó Recabarren también la actualidad del personal de salud, tan exigido en esta pandemia: "Están trabajando casi como en el peor momento. Realmente hay un agotamiento, un cansancio. Lo único que ha cambiado es que entre las vacunas y los casos de Covid la mayoría del personal está inmunizado"

"Es muy importante señalar el gran trabajo de los enfermeros. Ellos son la base de toda esta situación de cuidados, en esta lucha entre morir y vivir, y la gente que consiguió vivir fue por todo el cuidado que hicieron los enfermeros, junto con kinesiólogos, médicos", subrayó.

"Estos chicos se contagiaron casi todos, entonces en este momento hay un alivio personal. Es muy poco probable que nos agarre y nos haga mal, pero el trabajo sigue. La guardia ha tenido momentos donde parecía aliviarse la situación y otros en los que volvía a recibir pacientes y lo último, muy importante, muchos pacientes jóvenes graves" marcó el doctor Recabarren.

"Hay personas adultas no añosas comprometidas severamente por la Covid, y todas estas semanas han pasado muchas gravemente afectadas por la enfermedad que no tenían grandes factores de riesgo" significó y acotó que "si bien la obesidad morbosa ha sido un factor clave en las personas jóvenes que no les fue bien, también tenemos pacientes muy graves que no llegan a esa caracterización".

"Hay personas seriamente comprometidas que no se alejan mucho de ese perfil de jóvenes sanos que no tendría por qué irles mal, pero la incidencia es tan alta que algunos de esos que se contagian y no estaban en la peor situación la están pasando mal porque hay demasiado virus circulando" reportó.

"Como la gente mayor la tuvo o se vacunó el riesgo está recayendo sobre las personas que aún no se enfermaron o no se vacunaron, aun siendo jóvenes o relativamente sanos" explicó.

"Se entiende que la economía no se puede parar, que debemos seguir, pero tendríamos que seguir respetando los mejores cuidados que se pueden hacer en este contexto porque nos está yendo mal" avisó.

Al respecto, reflexionó que "hay historias personales que son difíciles de contar. Pero la gente que la pasó mal se dio cuenta, se sienten culpables, algunos se arrepienten de sus conductas. Debemos tratar de hacer las cosas mejor, sin necesidad de señalar a nadie. Si más personas hacemos lo que debemos hacer nos va a ir mejor".

"Haciendo las cosas bien y mal se ha ido avanzando hacia una inmunidad poblacional importante que va a cortar la cadena de contagios, pero todavía no" confirmó.

El doctor Recabarren se mostró esperanzado en que la campaña de vacunación, con la enorme cantidad de dosis que se esperan para julio, pueda cambiar definitivamente el sentido de la curva tan temida.

"Por supuesto que va a ayudar. Son dos dosis, recién cuatro semanas después de la segunda las personas estarán totalmente protegidas, pero no asegura dos cosas: que no se van a infectar y que no van a contagiar. Al vacunado no le va a pasar nada, pero a las dos o tres personas no vacunadas que pueden implicar en esa cadena de contagios las puede perjudicar mucho" certificó.

Con crudeza, estimó que "no se debe hacer mal al otro y en eso no me parece que la valoración sea positiva. No creo que en Olavarría hayamos sido los peores del mundo, pero tampoco fuimos tan responsables como debimos ser como sociedad, y no nos fue de la mejor manera".

En el líquido mágico que viene dentro de los viales está la gran esperanza de la humanidad y del doctor Recabarren: "Es probable que con la vacunación avanzando en este mes que corre terminemos con una población ampliamente vacunada como para empezar a cortar la cadena de contagios, pero aún no se ve".

"La noticia más importante a nivel epidemiológico es que seguimos con demasiados casos, eso significa demasiado riesgo de personas que se enfermen y a la vez que demasiadas personas que se mueran de Covid. Hay que controlar los contagios, sino nos morimos más, porque todavía no contamos con un remedio que permita cortar la enfermedad con sólo tomar una píldora" concluyó.