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Las hojas que caen de los árboles en otoño han comprometido tanto a poetas, barrenderos, como a podadores.

En esta transición entre el verano y el invierno de 2021, y cuando los árboles aún no se muestran en su total desnudez, ya se ven camionetas con ramas en sus cajas, o en pequeños acoplados, circulando por las calles de la Ciudad.

¿Todas las plantas deben podarse? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Cualquiera lo puede hacer? ¿Es indiferente el tipo de herramientas?

Las respuestas no son tan lineales ni tan simples.

"Empiezo a ver las mutilaciones que se están haciendo con los árboles en Olavarría y me dan ganas de llorar" lamentó la ingeniera agrónoma Belén Rosini, docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires.

La primera decisión importante para un frentista es la elección de la especie a plantar.

"Es un dato clave, porque evitaría que sucedan estas cosas. A veces se han puesto árboles muy grandes, y la gente tiende más a podarlos" dijo.

Si bien es el tiempo de poda, Belén hizo algunas aclaraciones: "No ya, porque todavía las plantas están con hojas, lo que quiere decir que tienen alguna actividad. Siempre hay que esperar que larguen todas sus hojas para empezar con las podas de los árboles frutales y los árboles de las veredas".

"La primera premisa es que no hay que podar. Nunca, porque una poda es un daño, una lastimadura que se le hace a una planta, salvo que el árbol de una vereda tenga una rama que esté a la altura de un peatón, o de un auto, o en lugares con cartelería y quieren que ese cartel se vea" comentó.

En cuanto a las ramas que atraviesan los cables, precisó que "lo hay que hacer es conducir esas ramas y que pasen por el costado. Siempre hay que tratar de hacer el mínimo daño".

No hay que tocar las plantas si no es necesario sintetizó la ingeniera Rosini.

"Hay que ser muy cuidadosos con el tamaño de las ramas que se podan. Normalmente deben ser ramas pequeñas, sino los daños son importantes y generan esas pudriciones lentas que se denominan caries, como sucede con muchos árboles que hay en el centro" analizó.

"Son cicatrices que no terminan de cerrar y a largo plazo no sólo adelantan la muerte de los árboles, sino que son peligrosas porque las ramas se pueden caer con los vientos fuertes" acotó.

Belén consideró que "todas esas tronchadas terribles, dolorosas a la vista, crean muchas ramitas que terminan siendo un problema, porque se quiebran con facilidad; la planta no puede generar la suficiente energía durante la primavera y el verano para crear ramas nuevas, y esos árboles se terminan secando".

En síntesis, la ingeniera Rosini subrayó que no se deben podar los árboles de la vereda salvo que sea necesario, y en caso de hacerlo llamar a gente capacitada en el oficio.

Por otro lado, advirtió que exige un cuidado especial la elección de las herramientas para la poda.

"Deben ser idóneas, estar bien afiladas. Es inaceptable ver a una persona podando con un hacha, y cuando se está podando con motosierras significa que se están atacando a ramas muy grandes y esas ramas grandes son las que luego no alcanzan a cicatrizar y cerrar sus heridas" indicó.

"Lamentablemente este es un tema cultural, que hay que trabajarlo profundamente, educando al frentista ciudadano para que no haga la poda" propuso.

"A veces lo hace porque son árboles grandes y le generan problemas, pero también suelen hacerlo porque empieza el otoño y está la idea equivocada de que es necesario hacer la poda sí o sí todos los años" afirmó Belén.

Ciudad gris como pocas, Belén mostró el anhelo de que "la gente ponga la energía esta primavera en plantar un árbol, cuidarlo, regarlo y mantenerlos lindos, por todos los beneficios que genera un ámbito más verde. Siempre pensando en árboles medianos, con poca raíz, que no rompen tanto las veredas".

Dos de las especies autóctonas más bellas, el ceibo y el jacarandá, son según Belén demasiado grandes como para colocarlos en las veredas.

"En algunas ciudades se piensa el arbolado con más de un propósito, como en Azul por ejemplo, que tiene todo el casco céntrico con naranja amarga. No sólo por el beneficio del oxígeno, porque bajan la temperatura y dan sombra, sino porque ofrecen una fruta para comerla o hacer un dulce" apuntó.

La poda de árboles frutales tiene sus particularidades. "Están orientadas más que nada a darle una forma al árbol", aclaró.

A los frutales se les hacen distintos tipos de poda señaló Belén: "La de mantenimiento, la de formación en vaso para que le entre bien la luz y el sol en el medio, y después todo lo que es de sanidad".

Acerca de este último ítem dijo que "se va a las casas y se cortan las ramas que están secas por taladro o esas cosas".

Desde Agronomía Olavarría, su lugar de trabajo, Belén cerró con una confesión: "Para mí es un placer poder asesorarlos y ayudarlos. Que la gente venga a nuestro local porque no nos molesta; prefiero que vengan a preguntar todo el tiempo qué hacer con un árbol antes de que tomen la decisión de podarlos".

El Municipio empezó su trabajo

El pasado lunes por la mañana se iniciaron los trabajos de poda en el veredón municipal sobre Rivadavia, entre Belgrano y San Martín, "con el objetivo de controlar la invasión de tordos en el centro de la Ciudad, que dificultan la transitabilidad y el reposo en los espacios públicos", según el parte oficial.

"Las copas de los árboles (plátanos) por características propias mantienen el follaje hasta mediados de junio y sirven de abrigo durante la noche para estas aves durante la etapa juvenil, que llegan a la plaza minutos antes del comienzo de la noche y se retiran al aclarar en la mañana" sigue el texto.

"En este sentido -tal como sucedió años anteriores- se planificaron una serie de tareas que consisten en el acortamiento de ramas con excesiva longitud a dos metros y medio por encima de la cicatriz de poda anterior y la defoliación total de todos los brotes bajos que quedan en los plátanos".

"Posteriormente se procederá al chipeado de todo el material obtenido de la poda y traslado a diferentes lugares para mulching y compostaje".

Los siguientes pasos son por calle Vicente López, entre San Martín y Belgrano, y luego por la Plaza Central.

Los trabajos están a cargo del personal municipal, bajo la supervisión de la Secretaría de Mantenimiento y Obras Públicas.

Herramientas a usar

* Las tijeras de mano o podaderas, más manejables que los serruchos, están indicadas para las ramas más pequeñas.

Constan de una hoja cortante en forma curva y otra que sirve de apoyo.

Las tijeras de una sola mano se emplean para podar ramas de unos 20 milímetros de diámetro, y las de dos manos para cortar tallos de 30 milímetros en adelante. Los mangos largos de las podaderas de dos manos ahorran mucho esfuerzo.

* Las sierras o serruchos de poda son necesarias para podar ramas gruesas.

Las hay de muchas clases en función de su tamaño, el tipo de dientes, el espesor del cuerpo (rígido o flexible) y la forma de la hoja (curva, recta o plegable).

Es fundamental que los dientes estén perfectamente afilados.

* Los cuchillos o navajas de jardinero se utilizan para rematar determinados cortes de ramas gruesas que no quedan limpios con otras herramientas. Su hoja curva y afilada favorece un corte neto y preciso.