Rodrigo Fernández

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Yoli Pérez está a cargo de una de la bibliotecas mas antiguas de la ciudad y mientras conversamos sentados en el medio del gran salón donde se acumulan miles de libros, ella no deja de mirar todo lo que sucede a su alrededor. Los primeros lectores de la mañana llegan con una pila de libros bajo el brazo para devolver y una vez que los dejan sobre el escritorio se dirigen hacia las estanterias. Yoli los mira y los deja hacer. "El grupo de lectores que tenemos son fieles" asegura en algún momento de la entrevista con FINDE y agrega que tarde o temprano todos aquellos que leen, que tienen una relación con los libros, siempre vuelven. Y aunque la tecnología siga avanzando el libro está esperando por llegar y conmover a nuevos lectores.

Siempre rodeada de libros

Yoli Pérez es desde hace más de 15 años bibliotecaria y 10 de ellos trabajando en la biblioteca Primero de Mayo. "Todo la vida tuve libros, en mi casa siempre leí desde chiquita" cuenta. Si bien "muchos no había, mis padres eran trabajadores que vivían con lo justo. Pero si había novelas y las revistas de El Tony y Dartagnan, que canjeaba y leían mi mamá y mi papá".

"Entonces lo que hacía era esperar que ellos terminaran de leer para ir y sacarles las revistas. Mucho que no me dejaban leer porque era chica, tenia 10 años. Les sacaba las revistas y me quedaba leyendo tapada con las frazadas y con una linterna para que no se enteren que estaba leyendo los revistas" dice entre risas y agrega que se recuerda perfectamente "detrás de la puerta mirando hasta que mi papá terminara de leer y dejara en la mesita de luz la revista para sacarsela y leerla". Con el paso de los años sus padres empezaron a comprarle libros infantiles.

"No iba a bibliotecas, viajábamos mucho e íbamos de un lado a otro porque lo trasladaban a mi papá. Entonces nosotros nunca podíamos atesorar los libros porque siempre teníamos que ir dejando cosas cuando nos mudabamos de un lado a otro pero mi mamá nos compraba libros, así que siempre teníamos libros".

Cuando se casó siguió comprando libros y en el momento que podía leía. Luego, sus hijos tuvieron los libros que ella tenía de chica. "Ellos se criaron dentro de los libros" afirma.

Siendo adolescente su padre se enfermó y Yoli debió abandonar la escuela Secundaria para trabajar y ayudar a su familia. Pero años después pudo terminar sus estudios así que "cuando salió la posibilidad de la profesion dije sí y hoy no me arrepiento porque es lo que me apasiona ser". Fueron más de 4 años de esfuerzo y estudio. En aquellos tiempos la carrera de bibliotecaria se podía cursar por intermedio del Municipio durante la gestión de Helios Eseverri. "Para estudiar de grande necesitas el apoyo de toda tu familia" asegura.

Hacia los libros

Tras recibirse Yoli empezó a trabajar en la biblioteca Coty Laborde donde estuvo 3 años. Su último año allí trabajo también en la biblioteca Primero de Mayo."No es fácil trabajar en dos bibliotecas populares. Sí podés trabajar en una biblioteca popular y en una escuela porque son intereses distintos" explica y agrega que "en dos bibliotecas que tienen intereses parecidos y actividades, puede llegar a haber un conflicto".

La bilioteca Primero de Mayo "tiene muchos años y muchos libros que no estaban todos cargados en el sistema. Todavía hoy sigo cargando".

"Cuando llegué había alrededor de 26 mil libros y hoy hay 32 mil. Todo eso lo fui cargando y adquiriendo en estos ultimos años. Aparte de la nuevo que va entrando, lo de antes que no estaba organizado porque por este lugar pasaron muchas personas por acá" y cuenta que muchos de ellas bibliotecarios pero otro buen número no lo eran."Los bibliotearios empezaron a trabajar a partir del 2002 y la biblioteca tiene 107 años. Estaba todo acomodado pero no estában organizados para que cualquiera que viniera pudiera encontrar los libros. Esa es una tarea que me tocó a mi. Capacité a las chicas que trabajan acá, que no eran bibliotecarias, y entre las tres logramos tener una colección ágil y saber qué era todo lo que había, porque al no estar en el sistema todo el material era muy dificl saber qué tenías y qué no" afirma sobre el trabajo de hormiga "que todavía hoy sigue".

"Ahora apuntamos a trabajar directamente desde la computadora, en poner uan para la gente para que pueda buscar sola los libros como una manera de agilizar los prestamos y poder infromar mejor a la gente".

Los cambios del lector

"El grupo de lectoras soporte, que son las que nos acompañan desde hace muchísimos años que son fieles y que quieren los ultimos libros, que se llevan de a tres libros y que a los 15 días están desesperadas por tres libros más" cuenta y describe que están en el rango de edad de entre los 50 en adelante. "Eso no ha cambiado, siguen viniendo a buscar el libro de papel y les gusta".

Por otro lado "sí hemos visto en los jóvenes que la tecnología ha impactado más. Antes las tardes eran muy concurridas con chicos que venían a buscar información, que se juntan en grupo. Siempre tenias las mesas ocupados, cuatro días a la semana seguro. Ahora eso no pasa. Siguen viniendo pero no en esa cantidad porque los chicos ahora desde que se despiertan hasta que se durmen están con el celular y allí tienen todo"

Para Yoli "cuando se dice que los chicos no leen, leen más porqiue todo lo ven en el celular lo tienen que leer pero no libros" y "cuando tienen que leer un libro para la escuela siempre esperan hasta último momento y lo hacen desde el celular".

Es por ello que "la tecnología en ese aspecto impactó mas en los jóvenes pero el que es lector siempre vuelve a la biblioteca y el lector desde chico, por ahí lo deja durante la adolescencia porque los intereses son otros pero después retoma".

El segundo tipo de lector es "el grupo de menos de 50 años, que son los que ya han terminado una carrera, que trabajan, que siempre fueron lectores y que las encanta las novelas románticas". Luego plantea otra diferencia y explica que el porcentaje es del 80 femenino contra el 20 masculino.

La biblioteca: sobrevivir y hacer frente a las nuevas tecnologías

"Vamos acomodandonos a medida que va surgiendo la necesidad. En este momento y por cuestiones económicas, lo que tenemos que hacer es renovar los equipos. De todas maneras, en la búsqueda de información que los chicos tienem acceso desde el celular, muchas veces no es lo que buscan" comenta y señala que "internet te manda todo lo que vos quieras pero el chico por ahí no sabe que es lo mas apropiado para tarea que necesita hacer", es por eso que "suelen venir a la biblioteca a pedirnos información más precisa y los asesoramos"

Aquel rol docente que tenían antaño fue mutando aunque "mientras buscan en internet nos piden libros

"De textos escolares no, porque los chicos buscan la información en internet. Vienen acá cuando el docente les exige que sea de libros porque le pide la cita bibliográfica y ellos tienen que sacar la información de los libros" dice y agrega que "nosotros tenemos manuales de 5 añós años atrás que ya están obsoletos, no los usan"

La bibliotecaria señala que "el día a día es dificil. Tenemos muchos gastos en la tarea diaria y nos mantenemos con la cuota de socio, quien tambien sufre la crisis económica y cuando hay que achicarse lo primero que se achica es la biblioteca, estamos contando con algunos subisidios que nos ayudan"

"Tenemos muchos libros que por la mala encuadernación se deshojan y no tenemos ni el tiempo ni el recurso para poder arreglarlos. Necesitamos tener a una personas continuamente arreglando libros. Eso no lo tenemos entonces los arreglamos cuando podemos" manifiesta.

Menciona que si bien "los subsidios nos ayudan, hay momentos que estamos apretados. Pero se sale adelante haciendo actividades y vendiendo libros usados, haciendo anotadores con elementos reciclados, se hacen actividades culturales los fines de semana y eso deja algo para la biblioteca"

"Con un poquito de allá y de acá seguimos tirando" afirma y declara que la biblioteca cuenta con 450 socios.

"Me sigue emocionando el mundo de los libros" dice y para concluir asegura que "si volviera atrás elegiría la misma profesión".