Forma parte de la historia de La Sociedad Rural de Olavarría por ser la única mujer que hasta el momento ocupó la presidencia de la entidad, pero también porque durante su mandato estuvo al frente del conflicto por la famosa Resolución 125 que la llevó a tomar un gran protagonismo.

A diez años de dejar su mandato, Norma Urruty asegura que "llegué sin habérmelo propuesto y me encariñé con esto después de que lo hice".

Estuvo al frente de la SRO durante seis años y desde 2006 integró también la mesa directiva de Carbap, llegando a ser vicepresidenta 1°. Asegura que ser mujer no es impedimento para ningún cargo, solo hay que querer hacerlo.

Norma Urruty asumió en diciembre de 2004, cuando debió reemplazar al anterior presidente Raúl Omar Iguiñiz, quien falleció en un accidente automovilístico. "Él fue el que me invitó a participar y así me inicié en el gremialismo", recuerda.

Reelecta en 2006, permaneció al frente de la entidad hasta 2010 y define que fueron años convulsionados y de mucho trabajo. "Nunca se me había cruzado formar parte del gremialismo rural", asegura mientras sigue con la tarea de representar a la Sociedad Rural de nuestra ciudad en Carbap, ya en tiempos más tranquilos.

En el balance, asume que sus años de mandato "fueron buenos desde lo económico hasta el éxito de las exposiciones. Trajimos muchos eventos de ganadería de importancia".

Recuerda, además, su buen vínculo con Helios Eseverri y confiesa que "él me enseño muchas cosas, en algunas estuvimos de acuerdo y en otras no, pero me enseñó cómo discutir con quien tenía el poder, cómo no llevarte todo por delante y respetar al otro. Me dio un espacio muy importante y consejos que siempre tuve presente y aún hoy los recuerdo con mis amigas cuando converso de estos temas".

Haber sido hasta el momento la única mujer que condujo la Sociedad Rural en Olavarría no genera en ella nada especial. "Creo que tranquilamente estas cosas se pueden dar, lo que pasa es que hay poca participación de las mujeres en la comisión directiva; pero si a alguien mujer le interesara formar parte o asociarse a La Rural y empezar a trabajar podría ser presidente porque no hay ningún tipo de impedimento por ser mujer. Solo tienen que tener el interés y la voluntad de hacerlo"

De su experiencia saca muchas cosas positivas. "A mí me gusto, me encariñé después de que lo hice porque le vi la utilidad que tiene ese rol. También es sumamente importante tener más apoyo de los productores, habrá que buscarlo porque en general los apoyos aparecen cuando hay conflictos mayores y hasta que eso pasa hay miles de instancias intermedias".

Le tocó estar al frente del conflicto por la Resolución 125 y hoy dice que aprendió mucho de esa experiencia.

Tiempos convulsionados

En medio de su mandato el sector atravesó uno de los conflictos más trascendentes. Era el 2008 y desde el Gobierno nacional conducido por Cristina Fernández de Kirchner se pretendía retornar hacia un sistema móvil para las retenciones impositivas a las exportaciones de soja, trigo y maíz.

Entonces tomó la posta en la ruta junto a los productores. Pasaron 129 días de intensos reclamos y en forma de proyecto de ley la iniciativa se trató en el Congreso, pero no prosperó.

Fueron días de mucho cansancio. También sentía preocupación porque yo tenía la responsabilidad sobre ellos, que nada les pasara; pero estaba convencida de que lo que estaba haciendo era lo correcto porque no había posibilidad de dialogar ni consensuar", sintetiza.

Aquel suceso llevó a que por primera vez tuviera que interiorizarse y empezar "a interactuar con la política".

En este camino, conoció a distintas personalidades del ámbito político que hoy destaca por su acompañamiento. "Cuando Cristina (Fernández) dijo que íbamos al Congreso, Bebe Lanceta que era diputado nacional vino a Carbap y nos empezó a enseñar cómo eran los pasos que debíamos seguir porque no teníamos ni idea. Él nos ayudó montón, también Elisa Carrió, Margarita Stolbizer y Jorge Sarghini", entre otros.

Los gremialistas de mayor experiencia decían que aquella manifestación del sector rural del 2008 iba a ser algo histórico "y no se confundieron", reafirma la ex dirigente.

Es que aquel conflicto "logró que todas las entidades se unieran en un mismo reclamo. Siempre costaba juntar a todos y sigue costando".

Esa experiencia la obligó a estar más cerca de la política, "a interactuar", a tal punto que en 2009 la alianza de De Narváez-Macri-Solá le propuso una senaduría provincial que finalmente no aceptó porque "iba a quedar mal con mi gente, creo que si no sos del palo de la política terminás quedando sola, hay otros intereses".

De todas formas, "aprendí mucho de eso, vivís en otro mundo y empezás a ver cómo funciona a política en este país".

Lo que más destaca es "la unión y el compromiso de todo el sector rural. Pero lamentablemente eso se visibiliza solo cuando hay un conflicto fuerte, no es algo fluido y permanente.

Durante el conflicto de 2008 la respuesta de todos los productores "fue muy movilizadora. Me acuerdo que mantuvimos una reunión en Recalde donde los productores plantearon que estaban lejos y que no podían venir a ayudar en los piquetes, pero que nos acompañarían con otras cosas. Así, me acuerdo que se negaron a hacer la fiesta de Recalde en apoyo al reclamo, es una fiesta súper importante para ellos y decidieron no hacerla, fue un acompañamiento súper motivador".

Aún después de que dejara la presidencia de la Sociedad Rural, "varias veces los productores me llamaban cuando se aproximaba alguna elección para ver cómo veía yo el panorama. Eso es un orgullo. En definitiva es parte de este trabajo porque lo que uno hace es representarlos. Eso me llena el alma, es más de lo que pensaba".