Josefina Bargas // @JosefinaB // jbargas@elpopular.com.ar

A raíz de lo sucedido con los procesos electorales durante 2019, EL POPULAR habló con Pablo Palazzolo quien analizó lo esperado y las sorpresas, las figuras destacadas y el impacto de los resultados de la economía. Olavarría en el "interior profundo amarillo" de la Provincia y los protagonistas de la campaña local.

El politólogo y docente sostuvo que "a Macri las cosas le salieron muy bien para el tipo de política que él diseñó" y consideró que "los desafíos" que tiene el Gobierno Nacional "sólo podrán ser atendidos con un éxito relativo si el Frente de Todos logra mantener la unión".

-¿Cómo definís el año electoral?

-El año electoral tiene sorpresas. No es una sorpresa que haya perdido Macri, ni que haya perdido Vidal, ni que haya ganado Galli. Pero sí es una sorpresa cómo se dieron las elecciones. Macri pudo haber perdido por mucho más, lo cual abre muchos interrogantes hacia la gobernabilidad de estos años y hacia el futuro también de las fuerzas políticas.

-¿Por qué no fue una sorpresa que perdiera Macri y sí esto de que podría haber perdido por más?

-Pasó que a partir de 2017 se empezaron a sentir los efectos de las políticas negativas que tomó Macri. Hay gente que pretende todavía creer que las cosas a Macri le salieron mal. En realidad a Macri las cosas le salieron muy bien para el tipo de política que él diseñó, o que aceptó poner en marcha en 2015.

-¿Se cumplieron los objetivos de Macri?

-No sé si se cumplieron sus objetivos, porque había ajustes muchos más profundos. La ley de reforma laboral estaba por ejemplo en uno de los objetivos que era plasmar lo que Macri hizo en la realidad. En la realidad logró bajar el costo de los salarios. Claramente fue un proyecto empresarial, un proyecto de clase alta, que tuvo un objetivo cumplido en lo fáctico y un objetivo sin cumplir en lo legal que era coronar todo eso con una ley de flexibilización laboral, que es un eufemismo para decir una ley para quitar derechos a los trabajadores. Pero de hecho los trabajadores perdieron un 20% del poder adquisitivo de sus salarios durante el gobierno de Macri.

-Al comparar las PASO y la general, ¿qué hizo Macri que terminó siendo positivo para esa idea de "podría haber perdido por mucho más"?

-Lo que muchos llamaban la gira despedida en realidad no fue una gira de despedida. Fue una gira para intentar revertir hasta dónde más pudiera el resultado que fue muy adverso de las PASO. Y se logró, porque hay un trabajo... hay gente que cree que la batalla cultural entre el peronismo y el no peronismo, entre progresismo y la derecha -como se la quiera definir- empezó en 2015. Fue mucho antes y hay todo un trabajo en las redes sociales, mediático. El personaje más importante que Macri tuvo a su alrededor en los últimos 8 años fue Durán Barba. No fue ningún político, ni un economista, fue el artífice de esta victoria en la batalla cultural que tuvo el macrismo y la derecha.

-¿Qué pasó en la provincia de Buenos Aires que tampoco viste un resultado sorpresivo?

-La provincia de Buenos Aires es a su vez la más rica y la más pobre del país. No fue sorpresivo porque el proceso de desindustrialización que produjo Macri impactó muy fuerte en algunas zonas de la provincia, especialmente en el conurbano. La industria se vio muy afectada y eso con la caída del empleo industrial generó una caída muy fuerte en el consumo, en el comercio, en regiones donde la agricultura no sirve de contrapeso porque no existe.

-No fue sorpresivo que perdiera Vidal, pero ¿fue sorpresivo que ganara Kicillof?

-No. Si algo hizo bien Kicillof en estos cuatro años fue generar identidad propia. Desprenderse de esa cuestión de ex ministro de Economía de Cristina y pasar a ser un tipo que logró generar identidad propia. Debe haber sido el único político que se tomó dos años o tres y recorrió los 135 distritos. Para cuando llegó el momento de la elección era un nombre conocido en todas las ciudades de la provincia.

-¿Por qué no fue sorpresa que ganara Galli en Olavarría?

-Creo que hay varios factores. Un factor es el candidato de la oposición. Federico Aguilera -que en lo personal es una persona excelente, que está formando su carrera política- no era una figura lo suficientemente fuerte como para poder combatir a una figura que en términos electorales, no en términos de gobierno, venía consolidada como es Ezequiel Galli. Y después hubo errores en la campaña política. Federico creo que planteó una campaña desde los barrios hacia el centro y todos sabemos que en Olavarría las elecciones se ganan al revés. También hay una representación cultural desde el imaginario político olavarriense que está más bien formado en la derecha, de que votar a La Cámpora que es el sector político del que proviene Federico, no era aceptable desde el punto de vista ideológico. Todo eso contribuyó a una derrota. No era sorpresivo que ganaran las elecciones, pero lo que sí es sorpresivo es el porcentaje. Cinco de cada diez olavarrienses terminaron votando a Galli. Sacó más votos que Vidal y que Macri.

-¿Era esperada la recuperación de votos de Vidal en Olavarría? Mostraste como fue uno de los distritos donde más votos recuperó de las PASO a la general.

-Sí. La provincia de Buenos Aires históricamente está muy dividida entre el conurbano y el interior. Olavarría es un caso especial porque de los 10 o 12 distritos medianos es el más industrial de todos. Es la más afectada por los vaivenes del mercado interno porque la industria olavarriense depende de la construcción y cuando la construcción se para o cae significativamente impacta de manera negativa en nuestra ciudad. Y sin embargo, el votante promedio de Olavarría, sobre todo el trabajador, tiene un perfil de derecha muy importante. Perfil que es producto de muchas cosas, hay que profundizar en la historia obrera de Olavarría para darse cuenta de que muchas veces los trabajadores olavarrienses votan en contra de sus propios intereses.

-En 2015 hubo una oleada general de votar hacia un lado. Pero ahora hubo un resultado en las Paso y otro en la general que Olavarría no acompañó la tendencia de la provincia.

-No, pero sí acompaño el comportamiento de otros distritos similares. Pasó lo mismo en La Plata, en Mar del Plata, en Bahía Blanca. En Tandil ya era un poco más grande la diferencia. En el interior profundo amarillo del mapa de la provincia de Buenos Aires fue muy fuerte el éxito de los intendentes de Juntos por el Cambio más allá de lo que estaba pasando en Provincia y Nación. Y termina siendo también hasta una cuestión de quiénes son las personas. Porque también hay victorias de intendentes del peronismo o del Frente de Todos que no se entiende cómo pueden haber resultado electos. Depende también de la impronta personal que le han dado algunos intendentes y que tiene que ver mucho más con la figura del intendente que con la fuerza política a la que pertenece.

-En la Séptima Sección todos los intendentes han sido reelectos. ¿Qué quiere decir y qué perspectiva abre?

-Abre todas las perspectivas porque como todos sabemos el poder no es transferible. El intendente puede ungir a un candidato que le parezca potable pero eso no quiere decir que la gente lo vaya a votar. Las razones tienen que ver con esta impronta conservadora del interior de la provincia. Por que no es solamente en la Séptima, en casi todos los distritos de la provincia del interior los intendentes fueron reelectos.

-¿La tendencia es que es muy posible ser reelecto?

-Sí, creo que si no hacen grandes macanas y, aunque las hagan si están lejos de las fechas de las elecciones tienen muchas posibilidades de ser reelectos.

-¿Es trasladable a los gobernadores y presidentes?

-No porque la política en el nivel provincial y nacional está mucho más mediada, es menos directa. Se conocen mucho menos en la realidad a los gobernadores y a los presidentes que lo que se conoce a los intendentes. Las imágenes que se forman las personas de quiénes los gobiernan son distintas según sean de su propia ciudad y de la Provincia o de la Nación. Y según los medios que consuman.

-¿Qué se ve de los primeros pasos que dieron Alberto Fernández y Cristina Fernández? ¿Qué se puede prever para 2020?

-Yo defino el gobierno de Macri como un proceso muy importante de transferencia inversa de recursos desde los sectores medios y bajos hacia los más altos de la sociedad. Es el neoliberalismo. Los Fernández, el Frente de Todos, ganaron las elecciones con la promesa de cambiar esa redistribución negativa del ingreso y los recursos. Para ello va a tener que tocar muchos intereses que se han visto especialmente fortalecidos en estos últimos cuatro años. Eso en lo profundo. Lo que está pasando en la Legislatura contra la Ley Tributaria del gobernador es un ejemplo de cómo va a venir el año respecto a este cambio profundo en la sociedad, que es además el motivo por el cual fue votado el Frente de Todos. Por otro lado está la coyuntura, no solamente hubo una transferencia negativa de recursos en lo que dejó el macrismo, deja una deuda muy grande acompañada de fuga de divisas (que no es lo mismo que dejar una deuda solamente con la plata está en obras o en la economía funcionando) y deja la estanflación, el país en un estado de vulnerabilidad externa muy grande. Entonces, eso combinado, más el proceso de transferencia inversa de recursos genera una situación que no va a ser solucionable en un año, ni dos, ni tres. Cuando la propaganda del actual oficialismo habla de "tierra arrasada" se refiere a eso. Y en el medio hay una demanda retenida muy grande porque hay gente que ha perdido su trabajo que hace tal vez tres años y necesita solución ahora. Y hay problemas estructurales de fondos, por ejemplo en la provincia de Buenos Aires la situación de las escuelas y la educación. Todas estas cuestiones hacen que los desafíos que debe atender el Gobierno sean muy grandes y sólo podrán ser atendidos con un éxito relativo si el Frente de Todos logra mantener la unión.

-¿Hay signos de ruptura?

-Si logra mantener la unidad política va a poder enfrentar estos desafíos y salir más o menos airoso de las cuestiones que se van a presentar. Hasta ahora hay signos positivos de la unidad. Que la CGT haya salido a decir que los senadores de la provincia de Buenos Aires deben votarle la Ley Tributaria al gobernador Kicillof es un hecho auspicioso que no ocurre siempre. Por lo menos a dentro del campo nacional y popular que suele dividirse.

-En el plano local hubo muchas preguntas de cómo se veía Ezequiel Galli gobernando con Alberto Fernández y Axel Kicillof. ¿Es un tema importante la diferencia partidaria?

-Un intendente tiene que tener tres cosas. Primero tiene que ser un buen producto electoral, tiene que ganar la elección. Segundo tiene que saber manejar el Estado. Tercero tiene que saber hacer política. De esas tres cosas Galli hoy tiene las dos primeras. Es un buen producto electoral y aprendió a manejar el Estado. A mí me quedó una duda muy grande si sabe hacer política. Lo que pasó en el Concejo Deliberante con el tema del aumento de tasas me plantea muchas dudas de la capacidad de hacer política que tenga esta gente y eso es muy grave.

-¿Por qué?

-Me parece que se plantaron y creyeron que no era necesario negociar, que ya que ganaron las elecciones y no necesitan negociar más. Y la política es negociación siempre, independientemente de cómo ganes las elecciones. Y hay otras cosas que marcan que no han aprendido a hacer política. La Bonsifest fue un impacto negativo, si leés las redes sociales lo han criticado por todos lados y con justa razón al Intendente por autorizar la fiesta en Estudiantes, por los problemas de molestias a media ciudad. Es un hecho que impacta en el corazón de sus propios votantes, en la franja central de la ciudad que está cerca del club: centro y San Vicente es el núcleo de votantes de Juntos por el Cambio. No aprendieron de lo del Indio, que uno pensó que habían aprendido y después de 4 años...

-Está suficientemente lejos de las elecciones...

-Sí, como lo dije. Y como fue lo del Indio.

-Con Cristina Fernández se habló mucho de quién iba a gobernar. ¿Cómo se comportó este año y qué importancia va a tener en este mandato?

-Creo que desde el punto de vista de la estrategia política, si la diseñó ella, fue una genialidad. Logró salir de la centralidad de la escena sin perder poder. Logró armar una fórmula ganadora (qué le podían criticar a Alberto) y logró unir a la parte más importante del peronismo, el kirchnerismo puro con el massismo. En eso tiene una centralidad importante. Ahora, cómo va a ser la gobernabilidad creo que no va a ser para nada problemática. Creo que está claro que Alberto Fernández toma las decisiones, es un político bien que habla con todo el mundo. Va a haber millones de errores como hay en toda gestión. El problema no es si una gestión tiene o no errores, e incluso si tiene o no corrupción; lo que importa es la intencionalidad, para qué lado va. Y pareciera ser que para el lado que va el Gobierno del Frente de Todos hoy es auspicioso para la sociedad Argentina, para lo colectivo.