Cuando en marzo de 2020 el gobierno nacional anunció el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, ni el más pesimista de todos pensaba que poco más un año más tarde seguiríamos en una situación similar y con un elevado aumento de casos de Covid-19 a nivel nacional.

A las preocupaciones por evitar el colapso sanitario, el impacto en la economía provocado por la pandemia y las medidas impuestas por el gobierno, se suma una problemática que alerta a los profesionales de la psicología: el estado y la salud mental de todos los argentinos.

Es que, en un promedio global, desde el comienzo de la pandemia han aumentado los casos de ansiedad, depresión, ataques de pánico, insomnio y ataques de ira, entre otras patologías. Cada una de ellas vinculadas a las preocupaciones provocadas por la pandemia y al miedo a contraer la enfermedad.

En este sentido, la psicóloga Yesica Schamberger señaló que "las consecuencias de la pandemia son diversas y dependen mucho del estilo de vida, el entorno social y la edad que tenga cada persona. Todo se relaciona con las preocupaciones por adquirir Covid-19 o adquirir otro tipo de enfermedad. Está muy en relación con lo que es el temor a la pérdida de seres queridos".

A lo largo de este tiempo de aislamiento hemos transitado por varios cambios de fase que generan enormes modificaciones en las actividades sociales que están permitidas.

"El ser humano tiene una característica que es que funciona mucho por automatización de hábitos, de hecho, la rutina es la que nos permite organizar nuestra vida diaria. Con el cambio de restricciones, aperturas y cierres, esas cuestiones se ven afectadas directamente porque las personas no llegan a estabilizarse en una rutina cuando ya deben adecuarse a otra nueva", afirmó.

La adaptación

La licenciada Schamberger, aseguró que tanto niños como jóvenes y adultos han sido afectados por el aislamiento y la pandemia que transitamos desde marzo del año pasado. Sin embargo, destacó que en cada una de las franjas etarias las problemáticas que se hacen presente son distintas, al igual que la adaptación a las medidas impuestas.

En este sentido, aclaró que "se podría pensar que los jóvenes son los más afectados en este momento por la pandemia y el aislamiento debido a que son quienes más necesitan actividad social ya sea por cuestiones laborales, de estudios o proyectos de crecimiento".

Mientras que, los niños "al tener gran capacidad de empatía tienen mucho temor a perder a figuras de apoyo emocional como pueden ser familiares cercanos".

Los seres humanos somos seres sociales por lo que tenemos la necesidad de vivir en sociedad y de generar vínculos con otras personas para mejorar nuestro bienestar general. Por esta razón, es que muchas veces vemos cierta resistencia a las nuevas medidas.

Sin embargo, la psicóloga Schamberger señaló que este no es el único factor, sino que "en un principio se puede llegar a pensar que es por la falta de conciencia y el egoísmo. Además, estas resistencias pueden incluir un mecanismo de resistencia de negación, de decir ‘esto a mi no me va a pasar’ o ‘pasa en otro lugar, pero acá no’".

Ayuda

Las preocupaciones de las personas se ven exaltadas ante el temor por contraer la enfermedad, la pérdida de seres queridos, la situación económica y la incertidumbre sobre lo que puede ocurrir en el futuro cercano. De esta manera, se genera no solo ansiedad y angustia, sino que se presentan muchos casos de ira e irritabilidad.

En relación a esto, Schamberger informó que "esta situación puede incrementar lo que es el consumo de sustancias como alcohol, tabaco, marihuana y cocaína. Quizás si no se pide ayuda a tiempo o no se tienen los recursos necesarios para ser asistido de manera inmediata se recurre a otros tipos de salida que no están indicados".

Y agregó que "en el último tiempo se ha visto mucho el aumento de la urgencia y de la emergencia, ante el crecimiento de la ansiedad se ve que hay una necesidad de ser asistido en forma inmediata".

En este sentido, destacó que para mejorar nuestra salud mental y calmar la ira que genera la situación, debemos "aceptar que las emociones negativas son esperables dentro de un marco social en una pandemia. Es normal que las personas tengan temor o alguna angustia en este contexto, sin embargo, si estas emociones negativas se conservan en el tiempo es necesario solicitar ayuda".

Otra forma de mitigar estas consecuencias de la pandemia es mantener un contacto fluido con gente de nuestra confianza ya sean familiares o amigos, siempre adecuándonos a lo establecido por el gobierno nacional.

Además, aseveró que "lo que se puede ser es dar apoyo social a personas que lo necesitan, cuando apoyamos al otro nos genera sensación de bienestar. Entonces en este momento usar la empatía no solo nos permite ayudar a la otra persona, sino que también nos ayudamos a nosotros mismos".

Por último, mencionó la importancia de consumir información referida a la pandemia en un determinado momento y en un espacio de tiempo limitado.

Las consultas psicológicas

Desde el inicio de la pandemia han aumentado considerablemente las consultas a psicólogos. Al igual que la mayoría de las personas, los profesionales de la psicología debieron adecuarse a una nueva normalidad.

Si bien en este momento, Schamberger está atendiendo de manera presencial con estrictos protocolos, aún algunos pacientes son atendidos de manera virtual como sucedió en gran parte de la etapa de aislamiento.

"No todos los pacientes se sienten cómodos con la modalidad virtual, aquellos que tienen la predisposición para hacerlo no requieren de un mayor esfuerzo y los resultados son excelentes. De hecho, muchos pacientes que iniciaron de manera virtual hoy por hoy continúan con esa modalidad", comentó.

Las consultas virtuales incluyen llamada telefónica convencional o por videollamada; pero también se ha utilizado el chat de WhatsApp. Este último es utilizado "para aquellas personas que no tienen un espacio para estar solos y no pueden hablar, se hace para aumentar el tema de la confidencialidad".

En cuanto a la efectividad de esta metodología relató que "depende mucho de aquello que el paciente necesite trabajar o resolver. Para algunas patologías es más complejo y con niños es bastante complicado hacerlo de manera virtual ya que ellos son muy visuales".

Sin embargo, concluyó en que "en general han sido muy útiles y no se ha registrado mucha resistencia ante esta modalidad".