Los ojos tanto de los perros como de las personas contienen celdas especiales para capturar la luz, conocidas como ''conos'', que responden al color. Los perros tienen menos conos que la mayoría de los humanos, lo que sugiere que su visión del color no será tan rica o intensa como la nuestra. Sin embargo, el truco para ver colores no se basa solamente en tener conos, sino en tener diferentes tipos, cada uno sintonizado a diferentes longitudes de onda de luz. Los seres humanos tienen tres diferentes tipos de conos y la actividad combinada de estos les da su rango completo de visión a color.

Cuando a una persona le falta uno de esos tres tipos de conos, se produce alguno de los tipos más comunes de daltonismo. Acromatismo. Muy poco habitual. El sujeto no posee ningún pigmento o los conos en cuestión no son en ningún caso funcionales y solo ve en escalas de grises, negro y blanco. Dicromatismo. En el que solemos pensar cuando hablamos de este problema. Se produce la ausencia de uno de los tipos de pigmentos, con lo que no es posible percibir un color en cuestión ni aquellos colores asociados a él (por ejemplo, el rojo y en consecuencia también el naranja). Tricromatismo anómalo. La persona en cuestión posee los mismos tres tipos de pigmentos que la mayor parte de la población, pero sin embargo al menos uno está alterado y no es funcional.

Con solo dos conos, el individuo aún puede ver colores, pero muchos menos que alguien con una visión normal del color. Esta es la situación de los perros, que también tienen solamente dos tipos de conos. En un estudio realizado por Jay Neitz en la Universidad de California, investigó cuánto veían exactamente. La muestra consistía en varias pruebas en las que se les mostraba a un grupo de estos animales tres paneles de luz, uno tras otro. Dos eran del mismo color, pero el tercero era distinto. La tarea de los perros consistía en encontrar el que era distinto y presionarlo. Si lo hacía bien, recibía un premio. Neitz confirmó que los perros sí ven colores, pero en muchos menos que nosotros. Ven el mundo en, básicamente, amarillo, azul y gris. Otros colores que nosotros distinguimos perfectamente, como el verde o el naranja, los ven amarillento, y también confunden el violeta como azul. Es bastante irónico, por tanto porque, como señala Coren, muchos de los juguetes más populares para estos animales son rojos y naranjas, unos colores que en realidad no pueden ver bien, y a veces puede costarles distinguir.