Rodrigo Fernández// rfernandez@elpopular.com.ar

La tapa del disco es simple y sin embargo guarda un sentido profundo con el nacimiento de la banda. Un elefante, de aquellos que nuestras abuelas tenían sobre la repisa, cubierto por una capa de cemento. Como si se tratara del esqueleto de Joseph Merrick, el inglés con el triste honor de haber entrado a la Historia por una enfermedad que lo deformaba pero no le quitaba ni un gramo de una inteligencia superior a la media. Así suena el disco del cuarteto que tiene entre sus filas a dos olavarrienses, con una fuerza basada en el sonido de las guitarras pero con un respeto por la melodía y las composiciones de las canciones. Lo que importa es la música, parece decir, el adentro, porque lo de afuera es nada más que lo que se ve.

Si bien el proyecto de la banda nace como tal en 2017, Martín Othasegui asegura que es de mucho tiempo antes. Cuando comenzaron a pensar con Gastón Dealegre en la posibilidad de darle forma a ese sueño de finales de la escuela secundaria. "Ahí empezamos a componer y por cosas de la vida Gastón se va a estudiar a Buenos Aires, yo me quedo acá estudiando el profesorado de Arte. El vínculo quedó siempre, trabajamos sobre temas, pero nunca concretamos nada".

"Pasó el tiempo, llegó el 2017" y por cosas de la vida sus destinos volvieron a cruzarse. Ambos estaban en una búsqueda y "nos salió retomar aquello que habíamos dejado".

Sin bajista y sin baterista comenzaron a trabajar con lo que tenían: la voz de Martín y la guitarra de Gastón. Con la Ciudad de Buenos Aires de fondo.

"El disco se hizo con muy pocos recursos", explica Martín y señala que la importancia de utilizar sampleos "suena bien. La masterizamos en el estudio de Mariano Otero. Cuando empezamos a grabar teníamos casi todos los temas y para fin del 2017 se agrega Emanuel Gil en el bajo". Con su llegada comienzan a grabar las melodías del bajo y ayudó en el proceso de grabación.

"Todo lo que es armonía lo hacía Gastón, todo lo que es melodía lo trabajábamos entre los dos pero las letras eran mías", expone y cuenta que el disco se grabó entre finales del 2017 y principios de 2018. Eran días de kilómetros y kilómetros para Martín ya que las demás partes del trío vivían en Buenos Aires. Aunque a veces se llegaban hasta la ciudad.

El baterista Fernando Moreno se sumó a la banda cuando el disco estaba completamente grabado pero al escuchar el disco, que estaba subido a las plataformas digitales, enseguida "se copó mucho".

Gastón había sido el encargado de grabar la batería electrónica y Martín afirma que "la idea era esa".

"Cuando empezamos a escuchar los temas y ver por dónde iba la onda, charlamos acerca de que fuera medio minimalista. Si bien tiene un montón de violas grabadas pero que por los menos no se escuche demasiado cargado. No baterías con demasiados arreglos ni cosas que parezcan complejas". Aunque admite que "armónicamente es bastante complejo"

"Siempre trabajábamos del mismo modo: una estructura de canción. Estrofa, algún puente y estribillo. Y una vez que había melodías armadas, arriba de eso poníamos ´el pie que entra en el zapatito´. Buscarle la letra para el clima que daba". Eso que hace al concepto de la banda. Con el primer disco en la calle, que lleva por nombre el de la banda, el cuarteto salió a los escenarios de la Ciudad de Buenos Aires y Olavarría.

Un concepto más que una banda

"Cuando me preguntan qué es ´Hombre Elefante´ yo digo que es una idea", afirma y luego comenta que "estábamos terminando de grabar el disco acá y nos juntamos con Alejandro Dimeglio, que es quien nos dio una mano importante en lo que es el registro fotográfico y en un video. Charlando con él le contamos que no teníamos nombre. En un momento dijimos ya tenemos algo hecho y por qué no nos fijamos por dónde va lo que hacemos y tratemos de ir buscando algo que sea reflejo de eso. Analizando las letras, los climas, eso nos importaba bastante".

"Para mí ´Hombre Elefante´ es un personaje. Un personaje como el tapado, el desplazado. La voz detrás del muro. ´Hombre Elefante´ también puede ser un lugar, el costado de la vía, un baldío, una cantera, un monoambiente en la Capital", dice Martín y agrega que "como ciertas situaciones, porque tiene que ver con las historias que se cuentan en los temas, con el clima".

"La mayoría de los relatos que contamos en las canciones son de personajes de Olavarría. En algún punto tienen alguna reminiscencia" dice y menciona al artista plástico Daniel Fitte como uno de los que los guío para construir una imagen de la banda, que sea le reflejo de la idea.

"Fitte tiene en sus obras un poco del relato de la aldea, esas historias mínimas que él dice haber conocido en Sierras Bayas, y con eso contar un mundo".

En una época el artista sierrabayense había trabajado diversos elementos de lo cotidiano y los había cementado. Entre ellos había un elefante. "A nosotros nos pareció que ese elefante hablaba de una situación cotidiana, muy íntimo, cementado, tapado de alguna manera". De tal forma los impactó que terminó siendo la figura conceptual de la banda. Marcelo Góngora fue el encargado de la foto que ilustra el disco y también junto a Fitte los ayudó a pensar el concepto.

Música e influencias

"Los temas que se abordan son los de siempre en el Arte", asegura Martín y señala que "el amor, muerte, vida, esperanza, van a rondar todas las canciones por ahí. Nosotros no inventamos nada", dice y ríe.

En cuanto a la música comenta que se pueden encontrar reminiscencias de otras bandas como Soda Stereo o los Redondos. "En realidad una referencia concreta ... si ya está todo hecho".

"Sí lo que tenemos es que escuchamos mucha música en inglés" pero "somos una banda roquera". De eso se dieron cuenta en los primeros ensayos con la banda a pleno. "El ensayo sonó con mucha más contundencia que en el disco, mucho mas sanguíneo" señala.

"Cuando vos tocás tenés la libertad de poder jugar, interpretar de otra manera, darte otra soltura. Mientras que en el disco tenés que recortar y organizar. En eso puede que se pueda perder cierta naturalidad en la interpretación" dice y es por eso que a él le gusta mas cantar en vivo pero reconoce que el trabajo de grabar un disco le hizo ganar en experiencia.

"Nuestra música apela a otros lugares, es más sensible" señala y resalta una frase de Daniel Fitte que intenta explicar algo del significado de sus canciones: "la vida de uno es la obra".

"Hombre Elefante" entrará al estudio para grabar su segundo disco cerca de fin de año y ya saben que tendrá seis canciones. Por eso habrá que estar atentos a una nueva presentación en la ciudad y disfrutar de aquellas historias simples que se volvieron canción.