"Mi mamá fue golpeada y estamos aterrados, ¿esperan a que me mate?"
Las resoluciones de la Justicia, una vez más, dejan un sabor amargo. La semana pasada el Juzgado de Garantías Nº 1 negó la prisión preventiva y excarceló a un hombre acusado de una serie de delitos en contexto de violencia de género. La víctima, madre de seis hijos, desilusionada y con miedo, teme que el agresor se acerque a su familia y lleve adelante alguna de las tantas amenazas que recibió de él y su familia, que vive a unos 50 metros de su casa.
Siempre rompía todo en mi casa, siempre se descargaba rompiendo todo o pegándome
Esta joven mujer, de poco más de 30 años, llegó hasta EL POPULAR con una carpeta atiborrada de denuncias, notificaciones, órdenes del Juzgado de Familia local que nunca se respetaron, entre otros documentos. Entre ellas se encontraba la resolución de la jueza Fabiana San Román, en la que concedió la excarcelación bajo una caución real de 5 mil pesos al imputado por amenazas, agresiones, desobediencias, todos en contexto de violencia de género y donde la víctima es su ex pareja, con la que tiene una pequeña de poco más de un año. Se decidió resguardar la identidad de las partes con el objetivo de preservar la integridad de la víctima.
La pareja convivió pocos meses, y el hombre se fue a vivir con su madre y hermanos en un domicilio ubicado en las cercanías de la casa de la mujer. Sin embargo, los episodios de violencia se continuaron en el tiempo, con la participación tanto del agresor como de su familia. "El vínculo siempre estuvo atravesado por episodios de violencia, psicológica, física, económica y ambiental. Las agresiones también han sido causadas por la familia de origen (del agresor) y suelen generarse cuando acude a la policía y/o solicita intervención judicial", es un extracto del informe del área de Políticas de Género Municipal.
"Se ha podido observar el daño y desgaste que ha provocado (en la víctima) el estar expuesta a las continuas situaciones de violencia. En los últimos días previos a la detención se advirtió un estado de desesperación extremo"
"Se ha podido observar el daño y desgaste que ha provocado (en la víctima) el estar expuesta a las continuas situaciones de violencia. En los últimos días previos a la detención se advirtió un estado de desesperación extremo", agrega este informe que integra la causa judicial. Las actuaciones fueron coordinadas y elevadas a juicio desde de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 10 de Olavarría, en la que se desempeña la Secretaría especializada en Violencia Familiar y de Género.
Las denuncias
Desde enero de 2019 hasta el mes pasado fueron presentadas cerca de una decena de denuncias, en el marco de varios hechos de violencia que se dieron en el interior de la casa de la víctima y también en el barrio donde viven ambas partes. Algunos de los episodios sucedieron mientras regían órdenes de prohibición de contacto, acercamiento y comunicación entre las partes, que fueron emitidas por el Juzgado de Familia local.
La mujer ubica tres momentos en los que debió denunciar a su ex pareja y su familia. El primero de ellos, y más grave, fue en enero de 2019, cuando cursaba 5 meses de embarazo y fue golpeada y agredida brutalmente por el padre de la pequeña que llevaba en su vientre. Estuvo hospitalizada varios días porque corría riesgo de perder el bebé. "Me agarró del cuello y me empujó contra la pared. Luego me soltó y pateó la puerta de la habitación que es de madera. Después la arrancó de la bisagra. La puerta se cae sobre mi hombro. Yo lloraba, no entendía nada. Me saqué la puerta de encima y la tiré al piso y él se puso a saltar arriba de la puerta y la destrozó. Me dijo que se había cagado la vida (...) que él tenía su casa y sus cosas y no tenía que aguantarme a mí y a mis hijos", fue lo que denunció la mujer.
El temor es un sentimiento constante en su vida, por ella, por sus hijos y por sus padres.
"Muchas veces no lo he denunciado porque tenía la esperanza de que él iba cambiar. Me gritaba, me insultaba, pero todo eso no lo veía como violencia. No me permitía ni hacer un mandado, no me dejaba usar redes sociales. Siempre rompía todo en mi casa, siempre se descargaba rompiendo todo o pegándome", son otras declaraciones que integran la causa judicial.
Si bien luego de que nació la pequeña las cosas parecieron calmarse, aunque el padre "la vio pocas veces", los episodios de violencia y amenazas resurgieron en enero de este año, donde además, como en situaciones anteriores, participaron también familiares del agresor.
- Los últimos hechos ocurrieron a principios de junio, luego de que se incendiara la vivienda del acusado y este último culpara a su ex pareja por el incidente. Desde ese momento se dieron una continuidad de enfrentamientos a tiros y discusiones en el barrio, y en el medio siguieron las amenazas y atropellos contra la víctima, sus hijos y sus padres, agravado por la cercanía entre sus viviendas.
El miedo sigue, y desde la semana pasada, cuando desde el Centro de Asistencia a la Víctima la notificaron que el agresor quedaba libre, el temor es un sentimiento constante en su vida, por ella, por sus hijos y por sus padres. En la resolución de la jueza San Román dispuso que el excarcelado se radicara en un domicilio alejado al de la víctima, y "abstenerse de acercarse a la persona de la víctima (...), así como de cometer cualquier acto de comunicación (...) sea este por cualquier medio". En caso de que incumpliera estas obligaciones "se revocará inmediatamente el beneficio concedido, ordenando su inmediata detención y alojamiento en unidad penal".
"Yo ahora tengo un botón, mi mamá fue golpeada y estamos aterrados, con mucho miedo. ¿En qué momento sé si no se me puede acercar a la esquina de mi casa? No me dieron una respuesta sobre como iba a ser controlado este chico, ¿esperan a que me mate?", se preguntó la joven. Hasta ahora, nadie le dio respuestas.