Crecieron sin los abuelos o abuelas defendiéndolos de algún reto paterno. No los tuvieron en sus actos escolares ni en sus cumpleaños y les faltó el consentimiento que, según marca la ley implícita de los vínculos, ejercen abuelas y abuelos. Sin embargo, ellos sienten que conocen a esos seres que el Estado hizo desaparecer de la forma más cruel y violenta.

Los relatos llegaron de voces de sus madres o padres. Y fueron reconstruyendo la propia historia familiar con las ausencias, pero también con los ideales, los valores, los principios de aquellos jóvenes que en los ´70 militaron causas que hoy ellos siguen defendiendo.

Son los Nietes. Y el sustantivo inclusivo habla de la marca de la nueva generación.

La agrupación nació con jóvenes de Buenos Aires y La Plata en agosto de 2019 -cuando se discutía si el beneficio del 2 x1 alcanzaba a genocidas- y durante la pandemia se fue ampliando hacia el interior del país. Facundo y Santiago Villeres, de Olavarría, son dos de los más de 100 jóvenes que la integran. Facudo asume que "se comparte militancia, ideales e historias de vida".

Los padres y madres de les nietes fueron transmitiendo sus experiencias, cargadas de dolor y búsquedas. "De alguna forma te pasan la posta, uno se identifica en la situación y lo toma de forma personal sin que nadie lo imponga. Vas sabiendo donde militar, cómo participar. Una forma de reivindicar a los abuelos y abuelas es formando parte de estas agrupaciones, apoyando causas de defensa de derechos humanos que es lo que ellos hubiesen querido si estuviesen con nosotros", dice Facundo a Agencia Comunica.

La historia

Ana Tauil (24) es estudiante de Sociología y vive en Tigre. Cuando ella y su hermana comenzaron a ser parte de la agrupación sintieron que se encontraban, en algún sentido, con una nueva identidad. "Soy hija de un hijo de desaparecidos. De repente también soy nieta. Nunca lo había pensado desde ese lugar".

Muchas de las historias de sus padres o madres son conocidas públicamente, pero ellos convivieron con los detalles. "Siempre fui consciente de la angustia de mi papá. Pensarme a mi en ese lugar, qué me pasaría a mí con eso es fuerte", cuenta Ana, intentado ponerse en el lugar de su padre.

Facundo coincide. "Nuestros padres protagonizaron lo peor. Yo no sabía en detalle muchas cosas que escuchamos en las audiencias de Monte Pelloni. Sí me acuerdo de preguntar por qué no estaban los abuelos paternos en algunas ocasiones", cuenta quien creció junto a su bisabuela y bisabuelo paterno. Pero reconoce que las nuevas generaciones corren con la ventaja de un camino de búsqueda de verdad y justicia que empezaron sus bisabuelos y sus padres que fueron parte, en varias casos, de la agrupación Hijos. "Nuestros viejos allanaron el camino, nosotros no sufrimos la estigmatización del ´algo habrán hecho´. Con los juicios a los genocidas mi generación ya lo ve distinto". Y a nivel personal, "mi papá siempre apoyando en todo, enseñando, es el que me permitió saber y conocer mi historia. En mi casa él siempre habló, yo supe quien era mi abuela y abuelo gracias a la pasión y el recuerdo siempre tan vivo. Eso es gracias a mi papá".

Por eso siente, como Ana, que "la lucha fuerte fue la de ellos, haber seguido el legado de las abuelas y participar como hijos sin dudas fue el camino más duro", sintetiza.

El hoy

¿Qué los moviliza hoy? Los jóvenes no dudan en afirmar que es el interés por causas de defensa de los derechos humanos. "Sumarse y comprometerse. Es como un mensaje de tranquilidad a abuelas y padres y madres porque la lucha continuará", asegura Ana Tauil.

Pero también pretenden "mantener viva la memoria, la historia. No solo para que estos hechos no vuelvan a suceder sino que hay algo que nos interpela y tiene que ver con los sueños de nuestres abueles de un mundo más igualitario, porque nos encontramos en un mundo altamente desigual. Lo que nos convoca tiene que ver con los hechos de violaciones a los derechos humanos que nos siguen sucediendo. Es por demás urgente organizarnos y ver de qué manera podemos contribuir a esta lucha por defender un mundo más justo. Hoy hay acciones como la desaparición forzada de personas en Latinoamérica, el accionar de las fuerzas policiales, la violencia institucional, son hechos del presente. Eso nos convoca", explica Ana. Por eso la participación y las demandas, hoy por redes, pero siempre vigentes y permanentes.

"Claramente la política de derechos humanos se interrumpió durante el macrismo, es un dato que se puede ver en la baja del presupuesto en distintos programas", agrega Facundo Villeres. "Han considerado a los derechos humanos como un curro, denostando a Hebe, criticando a Ignacio por ser nieto de, hablando mal de Abuelas. Son los discursos del odio , la intolerancia y la violencia que siguen vigentes, recrudeciendo lo más oscuro de la historia argentina reciente". Su compañera de militancia coincide: "los mensajes negacionistas siguen. Pero lo bueno es que gracias al trabajo de abuelas, madres e hijos que han luchado han logrado generar este consenso y conciencia sobre esto que ocurrió. Nosotros sentimos mucho respeto y admiración por eso y también queremos formarnos", dicen quienes nacieron y vivieron siempre en democracia.

Es su tiempo. No porque las anteriores generaciones se corran, sino porque arremeten ellos. Con sus juventudes y las banderas que vienen heredando. Les Nietes tienen otros matices, anidan fuerzas nuevas, enarbolan nuevos sueños, pero con los mismos ideales. Con la memoria intacta y el compromiso de seguir la lucha. (Agencia Comunica-Facultad de Ciencias Sociales)