A un año del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado por un grupo de rugbiers de la ciudad de Zárate a la salida de un boliche en la localidad balnearia de Villa Gesell, su madre aseguró que el momento más duro de su vida fue haber recibido "la noticia más cruel", que es la muerte de un hijo, dijo que ya no volverá a ser feliz y que anhela "que se fije fecha de juicio oral" para que todos los imputados sean condenados.

Con la voz pausada y por momentos quebrada por el dolor, Graciela Sosa recordó en una charla con Télam a su hijo como "un chico solidario, bueno" y "amigo de sus amigos" y consideró que los rugbiers detenidos por el crimen "son todos culpables, todos tuvieron un rol" y que "la forma en que masacraron a Fernando es imperdonable".

Desde el crimen de su hijo, tanto Graciela como su esposo, Silvino Báez, mantuvieron la memoria de su hijo con acciones solidarias y una de ellas fue organizada para hoy, para homenajearlo, en la que realizarán con todos los amigos de Fernando una colecta solidaria en el Parque Rivadavia, del barrio porteño de Caballito, donde juntarán alimentos no perecederos y útiles escolares.

"El momento más duro fue cuando recibimos la noticia de la muerte de Fernando. No la esperábamos, como creo que ningún padre que manda a su hijo de vacaciones esperaría esta noticia tan cruel", expresó Graciela, quien agregó que "la forma en que masacraron a Fernando, es imperdonable".

El crimen de Fernando (18) ocurrió la madrugada del 18 de enero pasado, cuando fue atacado a patadas y trompadas por un grupo de rugbiers a la salida del boliche "Le Brique", en pleno centro de Villa Gesell.

Horas después del hecho, fueron detenidos diez rugbiers oriundos de la ciudad bonaerense de Zárate que se hallaban durmiendo en una casa a pocas cuadras del boliche en el que fue asesinado el joven.

También fue detenido un joven remero llamado Pablo Ventura, quien fue involucrado en el caso por alguno de los rugbiers, aunque fue liberado cuatro días después y sobreseído en la causa porque se determinó que esa noche no había salido de la casa de sus padres en Zárate.

Los imputados

Los jóvenes imputados por el delito de "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas" son Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (19), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (21), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21).

En tanto, la justicia sobreseyó a Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19) por entender que no participaron del ataque, aunque la defensa solicitó que éste último sea también enviado a juicio, que aún no tiene fecha de inicio.

Con relación a los agresores, Graciela sostuvo que "todos tuvieron un rol distinto" pero que "todos golpearon a Fernando hasta terminar con su vida".

"Para nosotros, como padres, todos son culpables. Hasta el día que me muera, para mi todos son culpables", enfatizó la madre de Fernando, quien consideró: "Este año, lo que más anhelamos, es que se fije fecha y se pueda llevar a cabo el juicio y que reciban lo que se merecen. Condena perpetua es la justicia más justa".

"Cada día es muy difícil, se lo extraña mucho en casa. Ya no es vida, ahora vivimos por vivir. Se acabó el ser felices, no tenemos el motor por el que luchábamos. Tratamos de aprender a convivir con este dolor, que será para siempre", dijo Graciela, acongojada, en la entrevista con Télam, que fue realizada unas horas después de haber sido recibida, junto a su esposo, por el presidente Alberto Fernández.

Encuentro con el Presidente

La madre de Fernando Báez Sosa expresó su satisfacción por haber sido recibida junto a su esposo por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, el jueves último en la Casa Rosada, con quien conversaron "acerca de la vida" de su hijo y de la Justicia, "para que nunca más haya otro Fernando".

"El Presidente nos recibió muy bien, se comprometió en darnos su apoyo como Presidente, pero también como padre. Estoy conforme con él por haber recibido su apoyo porque es muy importante", dijo Graciela Sosa en una entrevista con Télam, al cumplirse el primer aniversario de la muerte de su hijo, ocurrida en la localidad balnearia de Villa Gesell tras ser atacado a patadas y trompadas por un grupo de rugbiers.

"El Presidente fue muy cálido, era como si nos conociéramos (de antes), como amigos. Charlamos, conversamos del tema, acerca de la vida de Fernando y sobre todo hablamos de la justicia, para que nunca más haya otro Fernando en este mundo, que solamente fue a divertirse en sus vacaciones y no regresó", contó.

En el encuentro participaron también el legislador Leandro Santoro y el miembro del Observatorio de Víctimas del Delito y sobreviviente de la Masacre de Flores, Matías Bagnato, informaron fuentes oficiales.

El joven remero aún no sabe quién lo involucró

"Pasé días horribles, todos me miraban como si fuera un asesino". Esas palabras expresadas con dolor son de Pablo Ventura, el joven remero que fue detenido tras el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell y liberado cuatro días después por falta de pruebas, quien aseguró que aún desconoce cuál de los 10 rugbiers involucrados en el crimen fue el que lo involucró en el hecho.

En diálogo con Télam desde Zárate, donde vive con su familia, Ventura (22) expresó que si bien ahora se encuentra "bien", le "llevó tiempo recuperarse" del dolor por haber permanecido cuatro días detenido tras haber sido mencionado insólitamente por alguno de los imputados, aparentemente con la intención de despegarse del homicidio.

"Hoy en día estoy bien, me llevó tiempo recuperarme. El recuerdo siempre queda, es todo muy loco porque estás tranquilo en tu casa, te nombran y te vienen a buscar", dijo el joven remero.

Ventura recordó cómo fueron los momentos en los que la policía llegó a su casa en horas del mediodía de aquel 18 de enero y lo trasladaron a la sede policial de Campana.

"Me dijeron que solo tenía que ir testificar a Campana, recién ahí me dicen que debían llevarme a Villa Gesell. Yo no sabía nada de lo que había pasado. Al llegar allá, me dicen que me acusaban de asesinato. Fue una situación horrible", recordó.

El joven fue trasladado en patrullero a la localidad balnearia y estuvo cuatro días detenido en la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI), en una celda "totalmente solo".

"El primer día fue horrible, todos me miraban como si yo fuera el asesino", expresó.

El remero señaló que solo "conocía de vista" a los rugbiers implicados en el asesinato de Báez Sosa, pero que nunca había hablado con ninguno y que tampoco se cruzó con ellos mientras estuvo detenido.

A un año de ser vinculado como partícipe del crimen de Fernando, Ventura aún no sabe quién de todos los jóvenes lo mencionó para vincularlo al hecho.

"Hasta hoy no se sabe quién me nombró. Por suerte se logró llegar a la verdad", afirmó.

El joven fue liberado y sobreseído de la causa a los pocos días por decisión del juez de Garantías, David Mancinelli, tras comprobarse que no había salido de Zárate en la noche del hecho.

Con respecto a la familia Báez Sosa, el joven dijo que intentó comunicarse cuando realizaron el primer pedido de justicia en el Congreso de la Nación y que solo intercambió algunos mensajes vía redes sociales con Julieta, novia de Fernando, a quien le dijo que se ponía a su disposición para lo que necesitara.

Ventura forma parte del equipo de remo del Club Náutico Zárate, donde entrena todos los días. Durante el año pasado, producto de la pandemia, no pudo competir pero aseguró que espera este año poder hacerlo.

"La pandemia también me puso mal. Por suerte no necesité ir al psicólogo. Me llevó dos o tres meses recuperarme. Sentía angustia, tristeza, no me sentía bien", sostuvo.