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El ingeniero Orfel Fariña observa que en la actualidad, y pese a que había anticipado un panorama opuesto, "hoy no hay un desarrollo ni de la obra pública, que suele motorizar la economía en general y tampoco la obra privada porque la rentabilidad es mínima".

En diálogo con "Un Cacho de mañana", por FM 98 POP, el profesional hizo el cálculo para ver cuál era el porcentaje de renta de la construcción privada, los departamentos, por ejemplo, y le daba solamente "el 0,25 por ciento".

Los alquileres están relativamente bajos por el costo de construcción aunque no lo sean por el nivel salarial. Pero no hay obra pública aunque "si existe un intento del Gobierno de invertir allí unos 500 mil millones de pesos".

Dijo además que a principios de año los precios de los materiales "estaban un tanto aquietados, y, aunque no siguieron el aumento del dólar, hoy se han movido por encima de la inflación y no por la demanda sino por una especie de tensiones entre el aumento de precios y lo que consideran que deben valer, pero no por un incremento de la actividad".

Obras para el disfrute

Un departamento de dos ambientes costaba el año pasado 40 mil dólares, hoy puede valer, según Fariña, "unos 30 mil de la moneda estadounidense y la rentabilidad es del 0,25 por ciento. Los alquileres están congelados y ya nadie construye para vender porque no hay demanda y porque los alquileres no son redituables. La gente por ahí prefiere preservar sus dólares en una caja de seguridad", dijo.

"No hay obra pública y tampoco a nivel local porque a lo sumo será una repavimentación, por lo que solo mueve la economía la obra privada y algunas inversiones que puede hacer L’Amali que toca la economía local solo de manera tangencial".

"No hay plan Procrear y se mueve muy poco, con cuentagotas. Solamente puede mover algo si se termina el Polo Judicial, una obra iniciada durante el gobierno de María Eugenia Vidal pero que quedó tan incoclusa como el Partenón o el Coliseo". Tampoco se hizo la autovía sobre la Ruta 3, una obra faraónica que anunciaron José López, el arrojador de bolsos con dólares por sobre los muros del convento, también lo hizo Cristina Kirchner, Daniel Scioli, Felipe Solá y Mauricio Macri quien llegó a licitarla pero todo quedó ahí nomás.

Hace un par de meses Orfel Fariña confiaba como también ahoa que ""serán las obras pequeñas las que den empleo rápidamente, pero se va a ir creciendo desde allí, y bienvenida esas pequeñas inversiones porque por largo tiempo no va a haber otras. Creo que todavía falta para las obras de grandes dimensiones, no hay inversión pública ni privada y hasta que no se de esta conjunción dificilmente podamos recuperar esa situación anterior".

En un momento fueron los departamentos el objetivo para invertir el dinero que no se iba al dólar. Pero hoy, por la falta de rentabilidad, tampoco lo son. "Las únicas obras son para el disfrute personal y con ella se está ocupando la gente de la construcción", dijo a "Un Cacho de mañana", por FM 98 POP.

La gente no puede viajar, y el plazo fijo no le es rentable, por lo tanto, la termina invirtiendo a su plata en su propia casa. "Si tenía que hacer algún arreglo, alguna churrasquerita, alguna habitación más, o un baño por ejemplo, aprovecha esos ahorros y se los gasta allí porque no tiene la posibilidad de sostener alguna otra actividad económica.".

Para Fariña, si una persona tiene dólares, se queda ahí nomás porque "ya la inversión la tendría asegurada, pero fuera de ello, no aprovecha ni para comprarse ropa, ni hacer un viaje ni nada. Tampoco le alcanza para comprar una vivienda porque estaríamos hablando de otros montos". Esto lo dijo hace dos meses y parecía profético.

"Hoy, para recuperar la invesión, se necesitan unos 400 meses de alquiler. Por ello es que está todo parado y no hay otra actividad en la construcción que la obra privada y chica. La personal, la que la gente la hace porque no sabe en qué gastar sus ahorros. Y hasta que no aparezca la obra pública o los planes de vivienda nada se va a mover como espera la economía. A propósito de ello, Tapalqué, Benito Juárez y Pehuajó está licitando viviendas". Lo dijo como queriendo insuflar de un poco de esperanza al ánimo de la gente ya sacudido por la pandemia y la malaria económica.