"Nos quedamos mal por la insistencia, ¿qué se van a llevar de acá?"
En la madrugada del martes a las 3:30, delincuentes intentaron ingresar al Hogar de Señoras y de Hombres ubicado en Merlo y Lamadrid. Los abuelos se encontraban descansando y no adviertieron el hecho.
La encargada del Hogar Marina Huarte dialogó con El Popular para brindar detalles de lo sucedido. "Nosotros tenemos un ''patiecito'' pegado a las puertas de la cocina que son dobles de las cuales una de ellas siempre está trabada del lado de afuera, es decir que no la podés abrir. En el patiecito habíamos dejado una baranda para que el señor de mantenimiento se la lleve para arreglarla".
Con ese elemento los delincuentes "hicieron palanca para romper todas la bisagras y despegaron todo el marco de aluminio de la pared. Con la misma baranda realizaron lo mismo con la puerta de madera".
De acuerdo al relato, se presume serían dos los ladrones dado que "sobre la puerta hay un ventiluz por lo que mientras uno de ellos golpeaba para romper el vidrio", el otro colaboraba sosteniéndolo desde el piso. "Del otro lado, estaban dos empleadas y mientras una de ellas gritaba la otra llamó a la policía", describiendo el momento de temor y angustia que originaba la situación.
Huarte aclaró que le llama la atención el hecho, primero porque "en este barrio a cada rato pasa la policía, tal vez es por el Juzgado" y segundo porque "nos quedamos mal por la insistencia. ¿Qué se van a llevar de acá?", se preguntó la mujer. "Lo único que hay son los televisores de los abuelos/las, nos hay elementos de valor, no hay dinero" concluyó.
"Nosotros tenemos cámaras adentro y justo están instalando cámaras afuera. Antes teníamos a una persona que cuidaba toda la madrugada el predio y desde hace un mes y medio fue desafectado", aclaró.
Sin robo pero con daños
"Llama la atención, pero creo que nadie escapa a esto. Los abuelos no se enteraron", dijo Huarte aunque reconoció el drama que ocasionó el intento de robo. "Fue un problema por la tormenta porque las bisagras de alumnio no se consiguen. Hay un herrero que está haciendo una traba como las de las puertas de campo más que nada para dar seguridad a las chicas" que trabajan en el lugar.
La mujer expresó que "las habitaciones están arriba y del otro lado. Los 42 abuelos estaban descansando y las dos empleadas estaban trabajando".
Finalmente en el contexto de pandemia, recordó que "hasta la semana pasada las chicas se quedaban a dormir por el Covid-19 y justo el lunes pasado se decidió. Eran dos señoras que hace años que están y tienen experiencia pero cuando me llamaron estaban descompuestas. Sintieron que los delincuetes lograban entrar. No pudieron ver si estaban con la cara descubierta o no".