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La dura pulseada que desde 2008 sostienen el campo y el Gobierno nacional, con cualquiera de los dos Fernández sentados en el sillón de Rivadavia (Alberto o Cristina), registró ayer un nuevo capítulo con la protesta del sector rural que tuvo su epicentro en San Nicolás, y su eco en Olavarría a través de una convocatoria de la Sociedad Rural.

Los manifestantes se congregaron minutos antes de las 10.30 en la Plaza Central, en específico en la porción de la calle San Martín convertida hace años en el "Paseo Jesús Mendía", donde tuvo como protagonista central a Sebastián Matrella, titular de la SR local.

Portando banderas argentinas, la caravana ensayó la tradicional vuelta por las arterias céntricas, se detuvo nuevamente en el "Paseo Jesús Mendía" y acto seguido se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino en la plaza principal de la Ciudad.

En ese ámbito, Matrella se refirió al "descontento de la gente", indicó que "el sector rural se encuentra en un problema porque cerraron las exportaciones", se refirió al índice de pobreza que hay en el país, exhortó a "votar bien" en las próximas elecciones legislativas y pidió "terminar con esta famosa grieta que tenemos, que nos está haciendo un daño tremendo, y trabajar para el país".

Por la tarde, el dirigente ruralista accedió a una entrevista con este Diario.

"Esta convocatoria estaba de la mano con la convocatoria de San Nicolás. Nosotros quisimos darle forma acá en Olavarría para que la gente que no pudo viajar tenga la oportunidad de manifestarse. Creíamos oportuno convocar a otros sectores, que también están pasando por un mal momento. Es una realidad esto" argumentó Matrella.

- En la Plaza no sólo hablaste de la situación del sector, sino que te referiste a otras cuestiones, como la pobreza, las elecciones de medio término.

- Nosotros queremos meter a todos los sectores en esto, porque la problemática de la Argentina excede a lo que es el campo.

Si nosotros pensáramos que el problema sólo está en el sector agropecuario la protesta sería totalmente distinta, pero creemos que nos excede. Tenemos una inflación de 50%, una pobreza del 50%.

Hay algo que no está funcionando desde hace muchos años, no desde hace un año y medio o dos, y encima se toman las medidas equivocadas. Como lo que nos pasó a nosotros. Un sector productivo que hoy está exportando, que le costó abrir mercados y de un día para el otro nos dijeron que nos cerraban las exportaciones.

Eso generó un montón de problemas en la producción, y sobre todo al país, que dejan de entrarle los dólares que necesita para un montón de cosas.

- El argumento fue proteger la mesa de los argentinos.

- Nosotros somos conscientes de que la mayoría de la gente no tiene acceso a la carne por su precio, pero si está cara no es sólo por el sector cárnico; tiene que ver la inflación y también la pérdida de poder adquisitivo de la población.

Se podrían haber utilizado otras herramientas para solucionar el problema, sin cerrar las exportaciones, generando un conflicto que dejó cesantes a empleados de frigoríficos, frigoríficos que han cerrado con la consecuente pérdida de trabajo.

Hay también que recalcar que hay carnes alternativas a la carne vacuna, como el pollo y el cerdo, que están funcionando muy bien.

- La protesta se expresó. ¿Hay una propuesta para salir de esta situación que ustedes describen?

- Para mí es un gran acuerdo, que aún no se ha visto en el país. Que se llame a todos los sectores alrededor de una mesa de diálogo, en la que estén la iglesia, los empresarios, los sindicatos, los partidos políticos.

Dejar atrás esta grieta que nos está terminando de hundir, y que coincidan en cinco o diez puntos importantes en salud, educación y economía para ver si de una vez por todas podemos arrancar. Porque si seguimos de esta manera, que el que entra le echa la culpa a su antecesor, no vamos a avanzar.

Desde que retornó la democracia tiene una gran deuda con el pueblo argentino. No hemos avanzado, hemos generado cada vez más pobreza. Los diferentes Gobiernos no han podido solucionar los problemas. Evidentemente algo estamos haciendo mal.

Todos estos chicos que hoy están en la pobreza están condenados al fracaso, pero nadie lo dice.

No hablo de colores políticos, porque todos han tenido la oportunidad de gobernar y ni siquiera han podido cambiar algo. También hay que decir que esto no se va a cambiar de un día para el otro, pero alguien debe empezar a hacerlo, y nosotros no lo vemos desde hace mucho tiempo.

- Hace 13 años que las posturas parecen irreconciliables.

- Yo creo que no debe existir otra alternativa a que nos sentemos a una mesa de diálogo todos, porque sino esto no va a funcionar. La grieta es entre los políticos, con el vecino, y hasta familias se han alejado por esta famosa grieta, que no pasaba en la Argentina. Esto no puede pasar más.

Yo no puedo pretender que todos piensen como yo, pero debo respetar, tener cierta tolerancia con los que piensan distinto. Llevando las cosas al extremo, como se está haciendo, estamos sufriendo las consecuencias.

Una lástima, porque la Argentina no tiene los problemas religiosos y de otro tipo que tienen otros países. Podríamos estar mucho mejor de lo que estamos, sin embargo no logramos solucionar nuestros problemas. Por eso pido una cierta tregua para poder sacar el país adelante".

- Este Gobierno, de 17 meses de gestión 13 fueron en la crisis sanitaria más grave en la historia moderna. ¿Ustedes contemplan eso?

- Uno no puede negar lo obvio. Pero hay países y países. Algunos han manejado la pandemia de diferente manera.

También es cierto que cayó en plena crisis económica y eso agravó todo. En el transcurso del año pasado el Gobierno no tuvo otra que empezar a emitir como emitió para cubrir las necesidades y darle dinero a la gente que no podía trabajar.

Opino que la política de las vacunas no fue la correcta; hubo vacunados VIP, y un montón de cosas en las que el Gobierno se ha equivocado y mucho. En el caso del campo, el Gobierno volvió a tropezar con la misma piedra.

- Tu referencia a las vacunas se pareció mucho al discurso de la oposición. Lo cierto es que la Argentinaya recibió 28 millones de dosis y a mediados de julio tendrá por lo menos 35. Tan mal no está a nivel global.

- Creo que en principio no se arregló bien con las vacunas; porque no se arregló con los laboratorios que se tendría que haber arreglado en su momento. Había un acuerdo por 13 millones de vacunas Pfizer que podrían haber llegado antes, y no se llegó a un acuerdo.

- Ese número nunca fue confirmado y además Pfizer tuvo muchos problemas para cumplir con las entregas en todo el mundo. Chile compró 10 millones y recibió 2.

- Es cierto, todo el mundo tuvo problemas. El problema de las vacunas ha sido global, yo no lo discuto. Todos hablamos con el diario del lunes, pero el Gobierno ha tenido muchas falencias. Por ejemplo, acá en Olavarría ni siquiera le dieron la potestad al Municipio para vacunar en el Banco de Leche, que vacunaron toda la vida, y por eso se perdieron las primeras 450 dosis.

- En Olavarría, como en toda la Provincia, la campaña de vacunación ha tenido elogios unánimes. Inclusive de vecinos muy opositores al actual Gobierno nacional y provincial.

- Es verdad; yo también me vacuné en la Unicén hace 20 días y no voy a criticar por criticar todo. No soy de los que critican por deporte. Es más, en la Sociedad Rural tenemos relación con la Provincia, con el diputado (César) Valicenti. Nos hemos reunido por el tema seguridad; no es todo blanco y negro.

Hay cosas que son positivas, como lo que está haciendo el ministro Berni con las policías rurales, que obviamente lo apoyamos, y estamos en contacto permanente para ver cómo podemos aportar para la Escuela de Cadetes.

- Propondrías esta experiencia a los niveles más altos.

- Me parece que tiene que existir cierta comunicación. No podemos estar todo el día como perro y gato. No todo lo que hace uno está bien, y lo que hace el otro está mal. De esta manera que lo estamos llevando adelante el país no ha avanzado.

Creo que los partidos políticos han perdido protagonismo. Ya no se separan entre peronistas, radicales, socialistas, sino entre los que buscan un futuro mejor para el país y lo que no lo quieren; entre los que quieren honestidad y los que entran para enriquecerse. Por ese lado hay que atacar la cuestión.

El sector agropecuario siempre debe estar abierto al diálogo, pero debe ser un diálogo en el cual las partes se escuchen, sino es monólogo. Y lo que ha estado pasando es eso; nosotros tratamos de explicarle de muchas maneras al Gobierno que las medidas que está tomando no son las correctas.

Hoy la carne no ha bajado en las carnicerías, y ha bajado un montón el kilo vivo en Liniers por la intervención del mercado. Entonces el problema es que la cadena se está quedando con la diferencia.

Para bajar los precios hay que incentivar a la producción, y con estas medidas se está atentando contra ello, porque hay empresarios que tenían un montón de proyectos y van a dejar de invertir.

Una medida intempestiva lo único que hace es generar un montón de problemas. Hoy los frigoríficos tienen contenedores parados en el puerto con carne que ya está paga de Europa, y eso ocasiona también inconvenientes en la cadena de pagos.

- ¿Qué puede pasar el lunes, luego de esta protesta del campo?

- Absolutamente nada. Nosotros teníamos la necesidad de manifestarnos de forma pacífica, como lo hicimos, le dimos la oportunidad a la gente de la zona, pero creo que no va a cambiar la relación con el Gobierno.

El Gobierno sabe perfectamente cuál es la problemática y que esto del cierre de las exportaciones no iba a solucionar el precio de la carne. Esperemos que en algún momento las partes se puedan sentar a dialogar y encontrar un punto de acuerdo.