"Queremos que estos personajes terminen su vida en la cárcel, pero que tenga sentido"
El miembro de la Comisión por la Memoria de Olavarría analizó el fallo del Tribunal Federal de Mar del Plata, que ordenó la "inmediata libertad" del genocida Walter "Vikingo" Grosse.
Carmelo Vinci, víctima del terrorismo de estado entre 1977 y 1982, e integrante de la Comisión por la Memoria de Olavarría, se pronunció ayer sobre el sentimiento contradictorio que experimentó al saber que el Tribunal Federal de Mar del Plata ordenó la "inmediata libertad" del genocida Walter "Vikingo" Grosse.
Los camaristas que integran el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Mar del Plata argumentaron que el ex militar padece un cuadro de demencia, "sin la capacidad de ser resocializado", y las características de este proceso psicológico-psiquiátrico "impiden que comprenda el sentido de la pena".
El fallo fue dictado de manera unánime por los jueces de cámara Roberto Atilio Falcone, Fernando Marcelo Machado Pelloni y Nicolás Toselli. El primero de ellos presidió el TOF que condenó a Grosse a prisión perpetua en el juicio que se realizó en la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría entre septiembre y diciembre del 2014.
Por tal razón, Vinci se puso en contacto durante la jornada de ayer con la doctora Mariana Catanzaro (abogada por la APDH, y parte de la querella en el juicio Monte Peloni II) y con el doctor Guillermo Torremare, copresidente de la APDH (Asamblea Permanente de los Derechos Humanos).
Sobre el veredicto, Carmelo comentó que "existe una coincidencia en lo que nos pareció el fallo".
"Es un tema controversial; depende del lado que uno se ubique. Por una parte nosotros somos víctimas, y por otra integrantes de organismos de derechos humanos" advirtió.
"Como país insignia en la defensa de los derechos humanos no estaría mal esta medida, aunque a nosotros nos duela profundamente ver en libertad a alguien que nunca tuvo un atisbo de arrepentimiento por sus actos, que nunca declaró en juicio y nunca aportó un elemento, siendo uno de los que podría haber dicho dónde están los compañeros desaparecidos de Olavarría" enfatizó.
"Nosotros como víctimas, y los organismos de derechos humanos también, opinamos que los represores deben cumplir toda su condena en cárceles comunes, pero en este caso uno de los jueces de Cámara que otorgó su libertad -Roberto Atilio Falcone- integró el Tribunal Oral en el momento de la condena en Monte Peloni I, y nosotros tenemos un concepto muy positivo de él" señaló Vinci.
Parado en su lugar de miembro de un organismo de derechos humanos, reivindicó que "las cárceles no deben ser para castigo, y si en este momento por las pericias que se hicieron -a las que no tuvimos acceso- el tipo no está consciente de lo que es estar preso, para qué va a estar preso".
"Además ya estaba en su casa, de última ya tenía prisión domiciliaria. Nosotros queremos que estos personajes terminen su vida en la cárcel, pero que tenga sentido" acotó.
Vinci enarboló una histórica bandera de los organismos de derechos humanos: memoria, verdad y justicia. "No sé si hay que aclararlo demasiado, pero fueron dos clases de sociedades las encargadas de juzgar a unos y a otros" subrayó.
"Mientras nosotros estuvimos presos hubo compañeros con problemas psicológicos, que se suicidaron en la cárcel empujados por la situación, y ese Estado terrorista nunca hizo nada para aliviarles la condición" comparó.
"Tenemos el caso de ‘Negrito’ Toledo (Jorge), tuvimos otros compañeros que sufrían de esquizofrenia y debieron comerse la cárcel. Este estado democrático, por suerte, les brinda todas las garantías y con nuestros jueces hasta se pueden dar el lujo de irse a sus casas" resaltó Vinci.
"No nos mueve la venganza, no actuamos como ellos, pero recordamos que el ‘Negro’ Toledo murió en la cárcel, no fue atendido y lo llevaron al suicidio negandole la medicación. Hay una compañera internada desde hace muchísimo tiempo en un psiquiátrico del Gran Buenos Aires como consecuencia de las detenciones" describió.
"Ellos nunca prestaron atención a estos casos; nosotros defendemos a un Estado insignia en materia de derechos humanos y vemos bien que esté atento a estas situaciones, al margen del dolor que nos provoca ver libre" reiteró.
"Muchos dirán que nosotros sólo vemos los derechos humanos para el lado nuestro, y en realidad no es así" señaló.
Carmelo Vinci tenía apenas 23 años cuando fue detenido un 22 de septiembre de 1977, en la madrugada posterior a los festejos por el día de la primavera en Olavarría.
En la noche de ese día fue llevado a Monte Peloni, donde estuvo cerca de 45 días, y luego fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Nº 7 de Azul.
Pasó también por la comisaría de Tandil y finalmente el 28 de diciembre de 1977 fue condenado y sometido por el delito de asociación ilícita.
A partir de ese momento ingresó a la Unidad 9 de La Plata en dos momentos. Desde comienzos de 1978 hasta mayo de 1979 y desde noviembre de 1981 hasta el 24 de diciembre de 1982 cuando fue liberado, según una entrevista publicada por "Comunica", agencia de noticias de la Facultad de Ciencias Sociales de la Unicen.
A partir de su liberación, Carmelo ha tenido una participación muy activa vinculado a los organismos de derechos humanos y en los juicios de Monte Peloni I y II.
"Las Madres y las Abuelas son los faros que tenemos y que nos ayudan a discernir las cosas ante episodios como estos" mencionó.
Con las consideraciones del caso, Vinci dijo que los organismos estarán atentos a la evolución del "Caso Grosse".
Citó el antecedente de Argentino Alberto Balquinta, ex comisario bonaerense acusado por delitos de lesa humanidad, quien dos días después de que lo separaran del proceso Monte Peloni II, por su presunto delicado estado de salud, fue fotografiado caminando a cinco cuadras del centro de Olavarría, y las imágenes llegaron a manos de la fiscalía.
"Por entonces Balquinta había presentado un recurso y el Tribunal lo liberó. Nosotros lo encontramos caminando por la calle, hicimos una presentación, volvió a la cárcel y fue juzgado" recordó.
"¿Como hicieron la evaluación de Grosse, por Zoom o se la hizo un médico? -se preguntó-. Comentan que estos tipos cuando van a las audiencias se presentan barburdos, orinados y en muy mal estado, como para demostrar que desde el punto de vista cognitivo no están bien. Después en sus casas hacen vida normal".
"Este tipo (Grosse) era jefe de inteligencia del Ejército en la zona de Olavarría y tiene las herramientas suficientes como para montar una escena. Imaginarán la forma en que yo creo que debería terminar sus días, en la cárcel como Videla" confesó.
Para Vinci y los organismos hay un punto que les da tranquilidad: "Por lo que sé la resolución no es permanente, sino que pide que de alguna manera tengan una revisión cada dos o tres meses, así que estaremos atentos".
En tal sentido, anticipó que "si consideramos que la situación es real, no vamos a hacer ninguna presentación; en el caso de que tengamos alguna duda de que pueda estar fingiendo la haremos".
Prontuario criminal
Walter Jorge Grosse el miércoles 24 de mayo de 2006 encabezó la agresión contra varios periodistas durante el acto en Plaza San Martín de Buenos Aires, reivindicatorio de la dictadura militar.
Entre 1976 y 1977 fue jefe de inteligencia del Area de Seguridad 124, correspondiente a la Guarnición Olavarría, que comprendía el campo de concentración Monte Peloni.
Grosse, alias "El Vikingo", participó en secuestros de personas que nunca recuperaron su libertad y fue denunciado por el ensañamiento en la tortura de los detenidos - desaparecidos.
Su nombre aparece en los registros de la CONADEP, en diversos expedientes judiciales, en un informe de la Comisión por la Memoria de Olavarría y en los archivos de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
Nueve días antes de la salvaje agresión a periodistas su nombre había sido mencionado en las audiencias del juicio por la verdad que la Cámara Federal de Mar del Plata realizó en Olavarría, lo cual abría la perspectiva para su procesamiento, ya que la nulidad de las leyes de punto final y de obediencia debida le quitó la protección que le había acordado el gobierno del ex presidente Raúl Alfonsín.
Entre los secuestrados en Olavarría que siguen desaparecidos está José Alfredo Pareja. Según declaró su padre ante la justicia, Pareja fue compañero de estudios del ex presidente Néstor Kirchner.