¿Cómo se encuentra el Centro de Martilleros?

Se ha formado un grupo de trabajo muy lindo, porque se ha acercado mucha gente joven que era uno de los objetivos que tenía esta comisión directiva y realmente eso fue algo excelente. Hoy estamos en alrededor de 80 socios en el Centro de Martilleros, aunque rondamos los 110 matriculados en Olavarría. ¿Si faltaría incorporar a esos 30 que faltan?, puede ser, sí, pero nunca sabemos por qué no se quieren sumar. A veces hacemos campañas, pero hay gente que no quiere participar y hay que respetar sus decisiones. Lo bueno, reitero, es que se sumaron muchos colegas jóvenes que generalmente tienen ideas que son mejores que las nuestras, que ya tenemos algunos años y hace mucho tiempo que estamos. Así que ellos hacen algunas movidas muy lindas para el Día de Niño o para el Día de Jubilado, por lo que hacen colectas y lo que consiguen se lo vuelcan a algunas instituciones de la ciudad, como centros de jubilados o merenderos o comedores barriales, por ejemplo, es decir donde hay gente con muchas necesidades.

Siempre es bueno sumar gente joven a las comisiones...

No hay dudas de eso. Estos chicos le pusieron una gran onda a esta movida, tienen marcadas las instituciones a las que le donan las cosas, por lo que todo esto ayuda al grupo que se ha afianzado, tenemos diálogo entre todos y además las puertas del Centro están abiertas para absolutamente todos los que quieran incorporarse. Inclusive van juntando cosas para regalar, las clasifican y las llevan a la sede del Centro, y desde ahí colaboramos con los merenderos para llevarles golosinas -no comida, vale aclarar- así como juguetes para los chicos. Se ha hecho un grupo muy lindo y estamos preparando para festejar nuestro día, por lo que organizaremos una cena de reencuentro ya que no pudo hacerse en los dos años anteriores, y hay una convocatoria bastante importante. Al tener diálogo y tener contacto con la mayoría de los colegas en forma más seguida, todo se hace más fácil en la profesión. Cuando alguien tiene alguna duda o si hay pedido por alguna propiedad, se comunican entre ellos para solucionar el inconveniente y darle una respuesta al cliente. Eso también es muy bueno para la profesión, ya que también hay unión entre los más jóvenes y los veteranos.

Se ve que hay solidaridad entre los profesionales...

Totalmente. Si alguien precisa conseguir una casa en determinada ubicación o con determinadas comodidades, entonces pone en el grupo de WhatsApp y enseguida hay cuatro o cinco que responden. De la misma manera que nos pasamos información, porque todo lo que me envía el Colegio de Martilleros -que tiene sede en Azul, y nosotros pertenecemos a ese Colegio-, se los reenvío a todos para que estén informados de las novedades. Inclusive en el consejo directivo del Colegio hay representantes de Olavarría, que se reúnen dos veces por mes y nos acercan todas las inquietudes. Así que estamos al tanto de las actualizaciones, de los valores mensuales de los ABAO (Aporte Básico Anual Obligatorio), de las novedades respecto de los aportes de jubilaciones, los cursos que salgan como los de perito procesal que se hacen en Azul, etc. Ultimamente nos enviaron un correo y cada colega hace los sellados de contratos de locación, a través de la web, y lo elevan al Colegio. Es decir, hay buena comunicación que es fundamental.

¿Cambió mucho la forma de trabajar de los martilleros debido a la pandemia?

Sí, claro que cambió. También se intensificó todo con las redes sociales, inclusive. Porque antes venía un cliente para mostrarle una casa y había que recorrer toda la ciudad para que pueda ver distintas propiedades, y a veces pasaba que al final no se hacía la operación. En cambio con la redes sociales y la tecnología se les puede mostrar fotos, la gente se mete en las plataformas y va eligiendo, si el barrio le gusta o no, por lo que todo eso ayuda mucho. Y entre colegas se envían las fotos de una casa cuando está por realizarse un negocio, para mostrarle al cliente, por lo que hay muchísima solidaridad en ese sentido.

¿El regreso de los remates presenciales es algo que se extrañaba mucho, no?

Sí, por supuesto. Por fin regresaron los remates presenciales, volvimos un poco a la normalidad, desde hace poco más de dos semanas. Estuvimos luchando durante un año para que regresara esta modalidad de venta y tuve reuniones y charlas con el Comité de Crisis, con distintos estamentos de la Municipalidad, estuve siempre en continuo contacto, pero se iban modificando los protocolos. Así que tuvimos que acatar las medidas debido a la pandemia, no quedaba alternativa, pero teníamos apuro para comenzar a trabajar ya que estuvimos un año y medio sin hacer remates. Ahora ya nos autorizaron y comenzamos hace quince días, mientras que el público también tenía necesidad de ir a los remates presenciales.

Algunos martilleros hacían remates por Internet, que fue una buena alternativa...

Así es. Durante la pandemia algunos colegas comenzaron con los remates virtuales, que eso también tenía su público obviamente, en diferentes días y horarios. Pero yo destaco los presenciales, porque desde hace 35 años que estoy en la profesión y siempre los hice de esa manera, por lo que los estábamos esperando con muchas ganas. Y al público también se le permite ir a ver la mercadería en los locales de los martilleros, como es mi caso. Estuvimos casi cuatro meses cerrados del todo, de a poco la gente comenzó a animarse a andar por la calle respetando siempre los protocolos, y ahora ya estamos arrancando. La gente también está concientizada y sabe que debe cuidarse, por lo que este es un puntapié fundamental para arrancar a trabajar.

¿Cuál es el próximo objetivo del Centro de Martilleros de Olavarría?

Con una directiva que nos bajó el Colegio de Martilleros de Azul, a través del presidente y su consejo, así como de los delegados que nos representan, está la posibilidad para hacer reformas en la sede de nuestro Centro de Martilleros de Olavarría. Había un anteproyecto y ahora se confirmó, por lo que se van a refaccionar las instalaciones para brindarles mayores comodidades a los asociados que tenemos, ya que contábamos con una sala de reuniones que era la famosa sala de remates. Estamos con esa idea para concretar que se había suspendido oportunamente por la pandemia, ya que queríamos reformar esas instalaciones y en las últimas charlas que tuvimos con el presidente del Colegio esa idea sigue encaminada. Nosotros tenemos una propiedad en comodato (en 9 de Julio 2263), que no es nuestra pero sí del Colegio, pero la idea es mantenerla bien y que sea lo más cómoda y práctica posible para poder reunirnos. Así que estamos ahora con ese proyecto y el objetivo es arrancar el próximo año, por lo que estamos muy contentos ya que el Colegio nos tiró esta hermosa mochila para hacer las reformas, por lo que ya se llamaron a dos o tres empresas para que nos presenten los presupuestos. Si se logra hacer esa obra, que son con recursos del Colegio, van a ser excelente porque permitirá una mayor comodidad a los martilleros asociados del Centro.