"Si a mí alguien me pregunta qué soy, yo me defino como médico", así comienza su descripción la médica oncóloga Dora D' Arcangelo, quien recibió un reconocimiento por los 50 años de ejercicio de la profesión por parte del Círculo Médico de Olavarría.

En la previa a recibir su distinción con medalla de oro, D' Arcangelo explicó que para el acto "tuve que hacer un pequeño resumen de mi trayectoria y la hacía y la volvía a hacer porque era muy difícil poner 50 años de vida en cuatro o cinco líneas".

Si bien gran parte de su vida la vivió como médica, describió que "soy una apasionada de lo que hago, me interesa y es como que no lo he sentido. El tiempo pasa pero como sigo entusiasmada en lo que hago no lo noto".

"Creo que es una actividad que está tan comprometida con lo humano y con los sentimientos que uno la va desarrollando como algo natural por más que implique el esfuerzo de estar actualizado, mucho más en mi especialidad que es muy importante lo que recibís de los pacientes porque hay mucho compromiso de vida", añadió.

Sus estudios los realizó en la Universidad de Buenos Aires y, una vez recibida, su carrera comenzó en el Hospital San Martín de La Plata donde fue docente y llegó a la Jefatura de Trabajos Prácticos en Clínica Médica y fue jefe de la guardia del Hospital Interzonal Melchor Romero de La Plata.

"Una vez que finalicé mi estadía en La Plata, donde me casé y tuve a mis dos hijos, me trasladé a Olavarría". En nuestra ciudad realizó un concurso en el Hospital de Oncología y comenzó a desarrollar su especialidad.

En este sentido, D' Arcangelo comentó que "fui jefe de servicio del Hospital Provincial de Oncología Luciano Fortabat y hasta que termine mi periodo hospitalario y ahora sigo trabajando en la gestión privada. Por otra parte, la actividad docente la traje a Olavarría en una cátedra de Medicina Interna que ejercí durante 24 años".

Si bien ahora describe que su profesión "es como mi segunda piel y se hace muy difícil de abandonar", en el momento de decidir que carrera estudiar tuvo algunas dudas.

"Yo esto de la vocación no se si es tan así, lo que a mi me gustaba era la figura de médico porque uno veía la parte médica en series o películas. Entonces ese aspecto de servicio, esa relación social, esa entrega y al mismo tiempo poder resolver problemas creo que eso es algo que me llamó la atención", detalló Dora.

En relación a esto, señaló que cuando cursaba la secundaria su dilema estaba entre la medicina y la química "pero el aspecto social y el estar en contacto con la gente fue lo que me definió por la medicina y una vez que la empecé uno la va desarrollando, va pasando por muchas etapas y ya se vuelve parte de uno mismo".

Las dificultades económicas

"Lo que menos me gusta de mi profesión son las dificultades que uno tiene para vivir de la profesión. Al inicio de mi carrera hice cinco años de actividad hospitalaria ad honorem. En las guardias mismas uno hace un sacrificio de 24 horas y no te reditúa", comenzó relatando D' Arcangelo con respecto a las dificultades que atraviesan los profesionales de la medicina.

Si bien la situación que comenta es de los comienzos de su carrera como médica, la situación no es muy diferente a día de hoy. "Uno está cobrando con respecto a las obras sociales, es decir que lo que haces hoy lo cobras 3 meses después. Con el desfasaje que existe en lo económico se pierde parte de lo que deberían pagarte por la inflación", comentó.

"Sentís que pones mucho esfuerzo y que no te reditúa lo suficiente. Por eso lo que está pasando hoy en día es que mucha gente joven emigra, es una tristeza que pase eso", expresó con disconformidad.

Pese a convivir con esta problemática, D' Arcangelo nunca puso en duda la continuidad de su carrera como médica.

"Lo que más me ha motivado son dos elementos: el hecho de poder estar permanentemente estudiando y la relación con la gente de la cual recibo muchísimo afecto porque así como yo trato de ayudarlos, ellos a mi me dan mucho reconocimiento y en la diaria siempre tengo una palabra de agradecimiento", afirmó.

Para finalizar se refirió a los futuros profesionales y señaló que hay una diferencia de su época de estudiante con las nuevas camadas de ingresantes a la facultad. "Cuando yo empecé mi carrera éramos un tercio mujeres y el resto varones, porque había un predominio de varones, ahora creo que se invirtió esa situación, los varones se caracterizan por moverse más con el razonamiento y las mujeres somos más emocionales en ese sentido.