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"Momentáneamente no le voy a contestar a Stuppia", expresó Fernando Bueno, a cuento de las declaraciones del secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Olavarría publicadas ayer en estas páginas.

La escueta respuesta del titular del Colegio de Farmacéuticos de Olavarría remite a la polémica frase pronunciada por Stuppia quien, en el marco de la instalación de una farmacia gremial del STMO, dijo que "si hay algo que está cartelizado en Olavarría son los precios de los medicamentos".

"Hay un negocio armado en Olavarría. Las farmacias, acá y en todos lados, le meten todo el tiempo la mano en el bolsillo a las familias olavarrienses y, como soy un defensor de la competencia, quiero muchas más farmacias y mejores precios" denunció el dirigente gremial.

"Sencillamente es una cuestión legal, él está haciendo un trámite y yo no voy a entrar en su juego" afirmó Bueno y dijo que "los precios de los medicamentos son los mismos en todo el país".

"El precio de los medicamentos está fijado por los laboratorios y a los aumentos los autoriza el Estado. Somos treinta y pico farmacias en Olavarría, más dos o tres farmacias gremiales, que nos regimos por ello" mencionó.

"Cuando validamos una receta el precio sale de un servidor, o sea que no lo decidimos nosotros, así que no tienen mucho asidero las acusaciones de Stuppia. Yo represento a una agrupación profesional y no debo mezclar temas profesionales con cuestiones políticas" afirmó.

Bueno refutó que Stuppia está "pidiendo la habilitación de una farmacia por fuera de la ley y, como sabe que va a enfrentarse con algunas cuestiones, lleva el tema a los medios para que tome estado público".

Fue objeto de debate días atrás el aumento que han sufrido los medicamento en el contexto de la más grave crisis sanitaria que ha sufrido la humanidad en el último siglo.

"Los precios de los medicamentos han acompañado los movimientos de la inflación. Los índices que se hablan, superiores al 1000%, son imposibles porque ya la situación es crítica. Ese incremento en los últimos 6 años podría ser, pero en un año no" analizó Bueno.

"Algunos laboratorios disponen un aumento diferenciado, pero porque tienen un máximo para hacerlo. Existen productos aumentan por debajo, otros por encima, pero eso siempre está controlado por el Estado. No son libres los precios de los medicamentos" indicó.

El sector experimentó en el momento más restrictivo de la pandemia una suba considerable en el consumo de medicación psiquiátrica. El panorama hoy es diferente según Bueno.

"Quizás haya disminuido un poco. Se notó más el impacto en el primer semestre de la cuarentena, después con la recuperación de una pseudo normalidad cayó, pero sí aún hay gente con trastornos en el sueño" informó.

Bueno entregó una opinión profesional ante el pedido de sectores de la oposición al gobierno nacional, que reclamaron la venta liberada de vacunas contra el coronavirus en farmacias.

"Con esta coyuntura lo veo inviable" advirtió.

"Quizás cuando pase la pandemia y como fue con la vacuna de la gripe un alto porcentaje de la población esté vacunada, sea posible. Hoy no. Si se les complica a los estados nacionales conseguir vacunas y armar una logística más o menos seria, sería complejo que llegue a las farmacias" opinó.

La charla fue propia para volver a sus expresiones durante la primera quincena de este año, cuando se había manifestado en EL POPULAR contrario a la aplicación de la vacuna Sputnik V.

"No me da la seguridad necesaria, al menos por la información a la que he tenido acceso" opinó, y argumentó luego que "en 30 años no he visto medicamentos que se aprueben de esta manera, entonces no me genera mucha confianza".

Hoy, avalada por el prestigioso medio de divulgación científica The Lancet, y consideraba más allá de las contaminaciones de la geopolítica como una de las más eficaces del mercado, la opinión de Bueno sobre el antídoto desarrollado por el Instituto Gamaleya es parecida.

"Aún no me anoté para vacunarme y creo que con esto digo todo" subrayó.

"Soy personal de salud y no tendría impedimentos para aplicármela si me hubiese anotado" expuso.

"No tengo miedo, tengo cuidado" planteó el titular de los farmacéuticos y acotó: "Llevamos un año y pico de esta pandemia; he tenido personal con COVID en la farmacia y hemos cumplido bien con los protocolos porque no nos hemos contagiado. Creo que miedo no hay que tenerle a esta enfermedad, hay que tener cuidado".

"Miedo me da cuando salgo al Parque y veo grupos de 10 ó 12 chicos sin barbijos, tomando de un solo mate. La verdad es que no han tomado conciencia, y a esta altura no hay forma de que tomen conciencia de esto" diagnosticó Bueno.

"Cuando puedo salgo a caminar y me cuesta creer lo que uno ve de cerca. Y no son chicos chiquitos. Estaría bárbaro que se reúnan en otra instancia, cada uno con su mate. No sé si no les interesa, o lo hacen a propósito porque es en una zona visible".

"Son situaciones difíciles de entender para uno. Hay que ver con qué lógica la miran ellos, pero creo que en este momento se requiere prudencia, justo hoy que bajó muchísimo la edad de contagio y aumentó la letalidad" alertó.

"Indudablemente es difícil hacerles tomar conciencia. Y no sólo por ellos, sino porque en la casa deben tener algún familiar enfermo, un adulto mayor, pero parece que no hay por dónde entrarles" lamentó.

Volviendo a la campaña de inmunización, Fernando Bueno manifestó que "la situación sigue estando igual, más allá de una vacuna u otra. No hay una provisión asegurada que priorice a los grupos de riesgo. Sí reconozco que es el único camino posible a seguir, pero la lógica de la pandemia y la producción mundial de vacunas nos muestran una realidad bastante caótica" reflexionó.

¿Qué es la cartelización?

La cartelización es aquella conducta desplegada por un grupo de compañías que tienen el objeto de eliminar la libre competencia económica.

Se trata de una estrategia ilegal desarrollada por las empresas que integran el cartel para lograr sus objetivos e indicadores corporativos, y ocasiona efectos negativos tanto para el usuario, comprador o consumidor final como para aquellos que se desempeñan en el mismo sector económico.

La colaboración, facilitamiento, autorización, ejecución y tolerancia en las conductas de cartelización empresarial se constituyen como gestiones típicas, antijurídicas y culpables, por tanto, son sancionables.

El término cartel alude a la ley del más fuerte, con la capacidad necesaria para lograr sus objetivos mediante acuerdos o sometimientos.

La cartelización tiene efectos perniciosos en la economía. Reduce la competencia afectando negativamente a los consumidores a través de mayores precios, menor cantidad, variedad y calidad de productos.

Además, al largo plazo reducen la innovación y el desarrollo económico general.

En términos generales es más sencillo hacer un cártel cuando existen pocos competidores (es más fácil negociar), el producto o servicio es homogéneo (no diferenciado), existen importantes barreras a la entrada (de lo contrario las utilidades atraen a nuevos competidores), el mercado es transparente en cuanto a precios (es fácil observar si alguna empresa ha modificado sus precios), entre otros factores.

Los precios de los medicamentos

Pese a que la inflación de 2020 en Argentina fue de 36, 1% la mayoría de los medicamentos aumentaron en promedio más del doble de esa cifra y algunos superaron el 1300% de aumento en un año, según un informe que reproduce el portal infonegocios.info.

En lo que refiere a la pandemia, la variación acumulada de precios de los medicamentos y descartables con insumos que se utilizan para combatir la COVID-19 fue de 119,7%.

Los datos surgen de un dossier de la Unión Argentina de Salud (UAS), que nuclea a clínicas, sanatorios, hospitales, centros de diagnóstico, obras sociales, financiadores y servicios de urgencia.

Su Observatorio realiza informes que monitorean el avance de los precios en los medicamentos de uso ambulatorio, hospitalario y particularmente aquellos de alto costo, insumos y prótesis.

Los medicamentos de uso hospitalario aumentaron un promedio de 278%, pero productos como el Propofol -que se utiliza en pacientes graves con COVID 19- tuvo un aumento anual de 335%.

El Acenocumarol, que es un anticoagulante necesario para evitar Accidentes Cerebrovasculares (ACV) en personas que padecen arritmias, incrementó su precio de venta al público una 1397%.

"El incremento de los insumos y los medicamentos son impuestos por una oferta muy concentrada frente a la que no hay ninguna posibilidad de negociación y van en desmedro del ingreso de sanatorios y honorarios profesionales", señaló el informe.

Los medicamentos de alto costo llegan a superar los 500.000 pesos por unidad y tuvieron aumentos superiores al 55%. Por su parte, los fármacos de uso común en pacientes ambulatorios, en 2020 aumentaron 46,1%.

En lo que respecta a los medicamentos utilizados para el tratamiento de VIH, hepatitis, ITS y Tuberculosis aumentaron un 84% promedio, aunque hay algunos que llegaron a aumentar un 1300%.

Hay medicamentos como el Treprostinil, para la hipertensión pulmonar, que tiene un precio cercano a los 13 millones de pesos. En este caso por cada paciente con esta patología se requieren 28 ampollas, según explica el informe.