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La primera imagen es un teclado y unas luces que dan color al improvisado escenario. Pronto aparece José y pregunta al público virtual si hace frío. Es uno de los sábados más fríos desde que descendió el otoño sobre la ciudad y él se permite un chiste. "Está lindo" suelta mientras desliza sus dedos sobre el teclado. "Un sábado lindo para cantar" dice y mira a la cámara para recomendar correr las sillas y ponerse a bailar para que se vaya un poco el frío. Después mira el celular y comienza a saludar a todos. Nombres y lugares, muchos, y hasta promete un chamamé. Cuando se suma Mary, el público redobla los mensajes, los saludos y los pedidos. La cantante asegura con una sonrisa que tenernos a todos detrás de la pantalla"es como recibirlos en casa". No pasan muchos segundos hasta que José arranca con el teclado y Mary empieza a cantar. Los mensajes siguen apareciendo y todos saludan y recuerdan tiempos mejores donde la palabra "pandemia" casi ni se usaba, donde la música sonaba fuerte en los boliches o en las fiestas, donde nadie temía contagiarse y los abrazos y los besos no alcanzaban para demostrar la felicidad. Pero desde hace más de un año el mundo es otro y "Dulce Morena" se adaptó pero sin dejar de brindarse a su público, que fielmente los espera cada sábado.

Juntos en la vida y en la música

"Hace muchos años que estamos con José, mi compañero de vida y de trabajo" cuenta Mary. Conviene destacar que ni ella ni José necesitan apellidos. Todos saben que ambos son "Dulce Morena" y eso basta para identificarlos.

"A mi me gustaba mucho cantar y por intermedio de un amigo conocí a José, quien como tecladista estuvo en muchas bandas de Olavarría, y tuve el placer de largarme como solista a cantar" prosigue y destaca que "gracias a Dios nos fue y no está yendo muy bien"

Mary revela que el origen del nombre del grupo fue gracias a sus hijas. "Ellas me dijeron: mamá sos una morena muy dulce, muy linda y te amamos, y tu grupo se tiene que llamar "Dulce Morena".

José se suma a la charla y comenta que llevan "21 años juntos y hemos disfrutado muchísimo y vamos a seguir, si podemos, mucho más. Es muy importante para nosotros estar todavía vigentes después de estar tantos años juntos".

Menciona que "en 21 años hemos tenido percances pero musicalmente no sino en las rutas pero gracias a Dios estamos felices". Ahora "estamos encerrados por la pandemia" pero eso no los detiene y dice que el streaming surgió para "poder darle a la gente todos los fines de semana un vivo a través de Facebook".

Del primer show a los escenarios de la región

Ahora es José, el hombre en los teclado, quien toma la posta y narra que se dedicó a la música "prácticamente toda mi vida pero a la par trabajaba en un expreso donde estuve 20 años"

"Desde chico estaba en la música y después tuve un intervalo de unos 10 años. Volví en el año 87 y hasta el día de hoy acá estoy" afirma y recalca que, tras su participación en varias bandas de la ciudad y las localidades, "parte de mi vida se la debo a la música".

Mary recuerda que "antes de cantar era ama de casa, madre de tres nenas. Me dediqué a mi casa, a mi familia, a mis hijas, hasta que un día llegó el momento de salir a cantar y a disfrutar de lo que más me gusta hacer: Cantar para todos los amigos".

"El primer baile que hicimos fue en Mariano Moreno" rememora José, que tiene marcada la fecha en la memoria. "1 de abril del año 2000. Ahí fue nuestro bautismo de fuego"

Ese primer show los llevaría luego a los escenarios de El Fortín y Fomento Pueblo Nuevo. Posteriormente, comenzaron a recorrer la región pasando por Tandil, Azul, Pehuajó, Pirovano, Benito Juárez, entre otros lugares.

"Fuimos abriendo caminos, empezando a girar" explica y señala que "a 250 kilómetros de Olavarría hemos tocado en la mayoría de los lugares".

"La gente nos apoyó desde el primer momento. Tuvimos suerte que la gente nos acompañó" dice y cuenta que "habia lugares como Tandil donde íbamos cada 45 días, después una vez por mes dando la vuelta". Además tocaban en fiestas populares, como el aniversario de la ciudad, el Festival de Doma y Folclore ya sea en el escenario mayor o en las peñas, en los bailes de Talleres Protegidos o en la tradicional fiesta regional del PAMI.

"En los comienzos hacíamos bailes de jubilados y después de las 12 de la noche íbamos para El Fortin o a Fomento" recuerda y asegura que "nos fuimos organizando y más o menos. Después de 10 años empezamos a hacer un baile en Pehuajó, al otro día en Olavarria, o el otro sábado viajamos a Pringles y hacíamos Olavarría. No queríamos viajar mucho porque uno después se van cansando".

Un repertorio para cada público

"El repertorio lo buscamos entre los dos" afirma José y agrega que "siempre en la semana de ensayo vamos buscando temas nuevos y agregamos".

"Ir a un baile de jubilados o a una cena es completamente distinto que ir a los boliches porque es otra clase de música. Uno se adapta a la gente" explica.

"Generalmente son diferentes los repertorios. Con la gente grande uno hace la música del recuerdo, más la típica. En los bailes generalmente vamos con otro repertorio, vamos mas con lo nuevo. Todo los temas que están de moda tratamos de hacerlos para estar actualizado con la gente mas joven". Aunque a veces "hay lugares donde te encontrás con gente joven y también mayor. Entonces ahí vas mezclando lo nuevo y lo viejo para mantener siempre la pista llena" dice y declara que "mantenerla llena es lo mejor para el músico"

"Uno va viendo los lugares y trabaja sobre la marcha" pero "hay lugares que se bailan todo" dice y se ríe.

Para Mary "la pandemia fue un golpe muy bajo para todos. Para los que viven de la música, y otros rubros que son independientes, fue muy complicado. Es muy complicado actualmente" y explica que el streaming surgió también porque "tenemos la necesidad de estar cerca de la gente, de hacerles compañía. Estamos todos encerrados y creo que un poco de música alegra el alma y es muy importante para nosotros hacerles compañía".

"Tenemos buena repercusión porque la gente nos acompaña o nos manda mensajes preguntándonos si vamos a hacer el vivo el sábado. Eso nos llena el alma y nos impulsa a continuar" dice y cuenta que "el sábado nos esperan desde temprano, tenemos muchas visitas y muchos saludos"

Mary señala que "nos acompaña mucho la gente y es muy lindo. Esperamos el sábado para disfrutar con ellos lo que hemos disfrutado juntos tantos años y con la esperanza de en algún momento volvernos a encontrar y nos vamos a volver a dar un abrazo y poder expresar lo que hemos sentido siempre"

"Mientras está el vivo, ellos se están comunicando. Se escriben, se mandan saludos. Es una manera de conectarse todos" describe.

Seguir hasta que lo diga Dios

"Somos los únicos en la familia que estamos en la música. Nuestros hijos y nietos no, ellos están en otra cosa" cuentan y explican que sus hijos "son grandes, con muchas responsabilidades del trabajo y de sus hijos y entonces es como que no".

Mary también señala que "este estilo de música tampoco les va porque escuchan otra cosa, como el reggaeton, el trap o el rap, nada que ver. Escuchar cumbia sólo los abuelos, hasta ahí llegamos" dice .José dice que se va a estar sobre un escenario "hasta que Dios diga". "Le vamos a poner garra como siempre y esperamos terminar lo mejor posible" pero "Dios dirá hasta cuándo tenemos que estar arriba de un escenario".

Por otro lado afirma que si bien "los nietos se divierten con nosotros, bailan y cantan pero no están para subir a un escenario.

"Ojalá" desean a coro la posibilidad de legarles a sus nietos el camino que trazaron en la música. "Siempre nos preguntamos qué va a pasar. No sabemos, capaz que tengo 80 años y todavía sigo arriba del escenario" arriesga José. Mientras tanto Mary dice que va a cantar "hasta que tenga voz".

"Me imagino con 80 años yendo a un centro de jubilados a cantar una ranchera".

"Como me gusta tanto sé que lo voy a hacer, mientras que Dios me dé vida y fuerzas para hacerlo voy a estar" cierra.