"Como empresa de seguridad, durante la pandemia trabajamos de manera normal. Inclusive en algunos casos tuvimos que reforzar puestos de trabajo porque las canteras, caleras y mineras donde prestamos nuestro servicio si bien estaban sin actividad, había que brindar seguridad. Más allá de que algunas personas se enfermaron, por lo que hubo que reemplazarlas, y también hubo que hacer inversión en productos para que utilizaran durante la pandemia. Así fue que hubo distanciamiento en los pagos normales y como actividad esencial no pudimos acceder a los ATP, solamente nos dieron por dos períodos, por lo que por aportes y contribuciones tuvimos que tomar los préstamos blandos que hubo en ese momento y hoy los estamos pagando. Así fue se generó una situación complicada que hay que seguir afrontándola" comenzó contando Mario Antista, uno de los propietarios de la empresa de seguridad Almena, junto con su socio Jorge Domínguez.

"Ahora tenemos la misma cantidad de gente, como siempre. El problema que estamos sufriendo es la inflación y la variable de salarios, por lo que siempre estamos atrasados cuando negociamos los precios de nuestro servicio con las empresas. Hubo revisión de paritarias para ajustar y todavía no tenemos la aceptación por parte de las empresas, y los componentes de los costos que tenemos han aumentado muchísimo: el mantenimiento de los vehículos, combustible, lubricantes, cubiertas, etc. Las cubiertas para transporte de personal duran seis meses y cada una cuesta 73 mil pesos. Eso forma parte también de la estructura de costos y hay que hacerle entender al cliente que no es solamente el aumento del salario del trabajador lo que repercute en el precio final, porque hasta la vestimenta del personal está carísima: un par de borcegos, que duran también seis meses, cuestan 20 mil pesos porque son especiales para usar en las canteras, y ni hablar de la indumentaria. Después las empresas aceptan, o no, el aumento del valor que le estamos pidiendo", agregó Antista.

"Como empresa nos seguimos manteniendo aunque con dificultades. Casi que se terminó la pandemia y la AFIP comenzó a intimar, y si no se pagan en el momento o se hace un plan entonces viene el juicio. Y ahí aparece el abogado de la AFIP, por lo que se devengan honorarios y son costos que se van sumando. Así es muy difícil. Pero seguimos trabajando con varias empresas, como Minerar, Minera Tandil, Cerro del Aguila, Cerro Negro, Guerrico, Puma, Coopelectric, Changomás, en la planta depuradora de obras sanitarias. En la zona de canteras tenemos mucha gente trabajando y estamos rondando en un plantel de 100 trabajadores, con vehículos de apoyo y también tenemos el sistema de monitoreo y asistencia de alarmas, que viene a ser una división especial integrada por doce personas. Ellos tienen tres móviles para trabajar más un "muleto". También tenemos un móvil para supervisión que trabaja durante las 24 horas, por lo que hubo que comprar una camioneta S10 para ir a las canteras, y contamos con un utilitario y un móvil dedicado para llevar personal", agregó.

"Independientemente de los salarios, que son bajos aunque también son bajos más allá de que es difícil pagar más de lo que fijan los convenios, lo que se necesita en nuestro caso como mediana empresa es tener un crédito un poco más blando. Debemos hacer una renovación de la flota de vehículos, que tienen ya más de cinco años y es más caro el mantenimiento que comprar uno nuevo. No hay préstamos y eso que la pyme es la que genera mayor cantidad de mano de obra en el país. Nosotros estamos adheridos a CAESE, que es la Cámara Argentina, y somos socios de la Cámara Empresaria donde se plantean estas situaciones y también pertenece a CAME. Se necesita que el gobierno subsidie préstamos para hacer una reactivación productiva, a cinco años, que sean pagables. Antes había lissing, que era un poco caro, pero hoy es imposible asumirlos", señaló Mario.

"Con eso podríamos acomodar un poco la situación, aunque no hay que olvidarse de la presión impositiva que es tremenda. Un ejemplo: nosotros facturamos en los primeros días del mes y ese IVA ya está devengado y hay que pagarlo el 20 del mes siguiente, cuando todavía no cobramos porque las órdenes de compra son a 60 días. Por eso hay que pagar los sueldos por lo que hay que salir a vender los cheques en el sistema financiero, y ese costo es muy grande. Pero el principal proveedor que tiene una empresa de seguridad es el empleado, el vigilador, y hay que tratar de estar al día. Los costos impositivos son grandes, por supuesto. Felizmente, tenemos un excelente plantel de trabajadores, no hay mayormente quejas aunque siempre hay alguna cosa que ocurre, pero en líneas generales la empresa presta un muy buen servicio, con una supervisión permanente durante las 24 horas y se recorren todos los puestos con contacto permanente. Y en la medida que el país comience a mejorar, lo nuestro acompaña porque el empresario está enfocado en producir, pero necesita la tranquilidad de que hay una empresa que le está cuidando sus intereses que es lo que está haciendo Almena", terminó diciendo Mario Antista.