"Todos podemos tener una enfermedad reumática"
Marcela Velázquez (51) se recibió el 3 de marzo de 1994 en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Plata. La vocación la tenía desde muy chica y cuando cuenta de aquellos días de escuela primaria y secundaria, en su Sierras Bayas natal, se emociona y se le nota en los ojos, porque fueron momentos en los que ya se imaginaba siendo lo que hoy es: doctora en medicina.
"Mi vocación nació en el lugar donde yo nací, en la maternidad del doctor Peniza. Ibamos asiduamente porque mi papá nos mandaba cuando teníamos algún problema y me encantaba ir, porque siempre me regalaba algo, como una jeringa por ejemplo, porque sabía que me gustaba. Ahí empecé a incursionar con los muñecos y luego me regalaron un jueguito de enfermera. Es decir, quería ser enfermera. Y cuando estaba quinto año (hice el jardín cuando se inauguró en Cristo Rey, la primaria en la Escuela 14 y el secundario en el Instituto Sierras Bayas) yo quería saber si realmente me gustaba esto de ir estudiar afuera, si iba a ser un gasto exagerado para mis viejos, así que un día me llama mi tía Hilda para decirme que había un curso de enfermería. Sólo se necesitaba haber terminado la primaria. Lo hice y rendí fácil, el examen fue fácil. Tenía 17 años, y entonces empecé el curso de enfermería a la tarde a Olavarría, mientras que a la mañana iba a la escuela" cuenta la doctora Marcela Velázquez, que hoy celebra su día de una manera muy especial ya que recibirá un reconocimiento por sus 25 años de trayectoria.
"No falté a clases porque en diciembre, en el último mes, se hacían las prácticas de enfermería y me guardé las faltas. Me recibí de auxiliar de enfermera, pero los encaré a mis padres y les dije que quería estudiar medicina. Mi mamá (Delia Cangrán) y mi papá (Carlos Velázquez, fallecido, pionero en Canteras Argentinas, "un laburador de aquellos", dice) me dijeron que si. Ellos eran muy trabajadores. Mi mamá puso un kiosco en el living de mi casa, fueron creciendo, les fue bien, y mi papá la ayudaba cuando venía de trabajar, así que fue una época buena en lo económico, y me fui a estudiar a La Plata. Con Gabriela Gallastegui, mi amiga del alma desde el jardín, ginecóloga, venía y me contaba, así que me entusiasmé con ir para allá. Me esperó en la terminal y de ahí a la facultad a inscribirme. Me fui sola, sin avisarle a mis viejos, desde un pueblo a La Plata, me asustó un poco, pero en febrero me fui a una pensión con otra amiga y después me mudé a un departamento con Gaby y aún hoy seguimos siendo muy amigas" siguió contando Marcela.
"Terminé en marzo del ´94, me casé en mayo en el 1 de junio entré en la residencia de Clínica Médica con orientación en reumatología. Eran dos años de clínica médica en el Santojani, y fueron dos años mortales de trabajo. Aprendimos sí o sí. Era una época de mucho sida, se morían muchos pacientes en ese momento, y pocos residentes. Quedé bien en el ranking en el examen de residencia y tenía que elegir después donde hacer reumatología y fui al hospital Rivadavia, en Palermo. Allí hice tres años de residencia, me quedé un año después como jefa de residentes y luego instructora, y cuando terminé toda le dije a mi marido de volvernos a Olavarría, a empezar de nuevo de alguna manera" continuó contando la doctora Velázquez, madre de Manuela (21), quien también terminó recientemente el tercer año de la carrera de medicina, pero en nuestra ciudad.
"Tenía 32 años y me vine a Olavarría, a innovar, a empezar desde cero. Estuve tres años en el hospital, ad honorem, y nunca logré un nombramiento. Pero dejé porque empecé a tener mucha demanda a nivel privado, y soy feliz con lo que hago, me encanta hacer consultorio. Ya 25 años de profesión y ni me dí cuenta, pasó muy rápido. Pero conservo mis amigos de la facultad e inclusive nos encontramos varias veces" resaltó la reconocida reumatóloga sierrabayense.
"Soy reumatóloga, pero también hice el curso superior en reumatología en la UBA, y creo que la gente comenzó a conocer más la reumatología cuando vine. Es una especialidad clínica, donde nosotros nos estamos perfeccionando siempre. Yo viajo siempre y tengo muchos congresos al año, es una especialidad ya que hay que saber de todo, como acerca de neumonología, nefrología, hematología, porque abarcamos un poco otras especialidades ya que no nos olvidamos del resto de la medicina. No hacemos prácticas quirúrgicas, ya que cuando un paciente está comprometido lo derivamos al traumatólogo" explicó.
Respecto de los problemas de reumatología, en cuanto a cuándo pueden comenzar los problemas y las causas, la doctora Velázquez señaló que "hay mucha gente que relaciona el reuma con la vejez, y no es así. Hay reumatología infantil inclusive. Puede haber chicos con problemas reumáticos, y depende el caso los derivo al Hospital de Niños de La Plata o a Casa Cuna de Buenos Aires donde tengo mis contactos en reumatología infantil. Pero abarca desde la niñez hasta la vejez. Todos podemos tener una enfermedad reumática. El caso más común es la artritis reumatoidea, desde gente joven hasta grande, y lo que el común de la gente conoce es la artrosis".
"La reumatología está en todo el aparato osteomioarticular, es decir las articulaciones, tendones, músculos, todo el aparato esquelético. Pero a veces puede afectar órganos nobles, como un pulmón, un riñón, tubo digestivo, el sistema hematológico, es decir es muy amplio lo que puede afectar, y las causas son múltiples. Pero hay que educar al paciente en cuanto a su nombre específico, porque no es reuma en forma general, sino que son enfermedades reumáticas. Las causas pueden ser inmunológicas, generalmente no se conocen o se van conociendo más agentes etiológicos que pueden generar las enfermedades. También hay procesos infecciosos que pueden desencadenar estas enfermedades, y también hay una tendencia familiar. Los genes que portamos cada uno pueden hacer expresión de la enfermedad, sumándole el estrés, factores ambientales, y allí pueden aparecer enfermedades reumatológicas. Básicamente nuestro trabajo es en consultorio y los pacientes son crónicos, pero nunca son pacientes con un proceso grave" terminó diciendo Marcela Velázquez.