Enrique Patrón Costas, gerente general de Cantera Piatti, ofreció su versión de los hechos sobre el conflicto que ya lleva cuatro días. Dijo que la mirada del gremio "es una interpretación errada. Nosotros trabajamos con mucha responsabilidad, respetamos las paritarias, incluso está superada en términos absolutos ya que nuestros sueldos superan generalmente entre un 30 y un 40 por ciento el valor de las paritarias, que son sueldos básicos del convenio".

En este sentido, ofreció un ejemplo para clarificar la situación: "si el sueldo de convenio son 100 pesos y hay un aumento de un 20 por ciento, hay que pagar 120. Pero nosotros pagamos entre 130 y 140 pesos. Nosotros buscamos que el aumentos sea igual o mayor del que se recibe por paritaria". El problema es que ahora el gremio pretende que el nuevo aumento se pague sobre el sueldo de bolsillo y la empresa quiere hacerlo sobre el sueldo de convenio.

"Nosotros seguiremos estando a disposición de mantener un dialogo, lo que no significa que debemos aceptar la posición que plantean ellos. Yo he estado en casi todas las reuniones y hemos ido al Ministerio de Trabajo y de alguna manera cerca del conflicto, estamos presentes, pero hemos llegado a una instancia de una posición dura de parte de ellos y muy firme de parte nuestra. Y ahora se requiere de alguna instancia que determine quien tiene razón. No podemos seguir avanzando imponiendo voluntades a través de la fuerza. Hemos hecho denuncia penal porque no puede ser que se impida el acceso a nuestra fuente de trabajo y propiedad privada", dijo en relación a lo sucedido hoy por la mañana. "El espíritu de la compañía es superar las necesidades de nuestros empleados", agregó.

Otro de los puntos de reclamo tiene que ver con el sector del comedor, donde se instalaron cámaras y los obreros manifestaron no sentirse cómodos. Patrón Costas también respondió a eso: "nosotros con mucho esfuerzo pusimos comedor sin cámara. Pero se realizaban robos de las viandas de los propios compañeros y se limpiaban las manos en las cortinas del lugar que con esfuerzo habían hecho las mujeres de empleados. Nos vimos en la obligación de poner una cámara y detectar cual era la fuente de este problema. El comedor es un ambiente único, no podemos permitir que por alguna gente que realiza robos a sus propios compañeros no se tomen medidas. El sindicato observó la cámara, hubo una presentación en el Ministerio de Trabajo y pusimos un cartel porque debemos cumplir ciertos requisitos. Pero de ahí a sacar la cámara, hay una distancia enorme. Porque se puso la cámara y se acabaron los robos de viandas y desmanes".