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No resultó tarea fácil, sino imposible, obtener una respuesta de las autoridades sanitarias del Municipio ante las denuncias realizadas el viernes por falta de personal en terapia intensiva, en el transcurso de una rueda de prensa ofrecida por el Sindicato de Trabajadores Municipales de Olavarría (STMO) en las puertas del Hospital de Pediatría.

"No vamos a contestar", coincidieron los principales responsables del esquema local de salud.

El que sí habló, y con conceptos elocuentes, fue el doctor Iván Recabarren, jefe de Terapia Intensiva del Hospital Municipal, que se esforzó por interpretar a las dos partes del conflicto.

"Hay una gran verdad en esta cuestión, que es el agotamiento, que son muchas horas para pocos enfermeros. Siempre hubo inconvenientes para cumplir con los requisitos, como la correspondencia entre enfermeros y camas de ventilados: debería ser uno por cada cama o por cada dos", explicó.

La realidad de los médicos en la pandemia, para Recabarren, es distinta: "En este momento podemos tener dos médicos de guardia para el área y eso es al menos suficiente. Falta, pero es suficiente".

No concentró los problemas en el "infierno" que representa el abordaje de esta pandemia con carencia de recursos humanos, sino también "los que se trasladan a las familias de los chicos enfermeros que trabajan. Con tanto Covid esto se ha vuelto terrible y realmente trabajamos no siempre con el servicio completo".

No es de ahora el problema.

"Veníamos trabajando con mucha delicadeza porque sabemos que contamos con un número limitado de camas y, no sólo está ese estrés sobre los enfermeros, kinesiólogos y médicos, sino que también en áreas clínicas y de la guardia donde se están atendiendo pacientes complejos, que normalmente no se atienden allí", reveló.

"Todo el sistema está crujiente; está saturado y apretado", sintetizó.

Recabarren advirtió que tanto el intendente Galli como el secretario de salud Caputo en conferencias de prensa alertaban sobre la seriedad de la situación, pero los números seguían subiendo y los recursos siempre eran los mismos.

"A veces quedan dos enfermeras de cada lado por turno y eso no corresponde. Los enfermeros hacen lo que pueden y más allá de lo que pueden, pero su trabajo es muy intenso. Los médicos de terapia intensiva tenemos nuestros momentos, hay que decidir cosas complejas, pero el enfermero debe estar arriba del paciente y es muy agotador", enfatizó.

No siempre terapia intensiva en el Hospital Municipal contó con la capacidad actual. Se fue adaptando terapia intermedia y unidad coronaria para llegar al número que tiene hoy con el objeto de atender pacientes ventilados.

"No es mentira que no hay 20 camas, sino que las camas se transformaron para recibir a pacientes críticos. Originalmente no teníamos ese número porque fuera de este evento tan particular no las necesitábamos. Si se llegaran a necesitar más camas podríamos sumar otras tres, pero no hay todos los elementos para transformarlas", observó.

Se ampliaría la oferta de camas, también la de respiradores, pero siempre se necesitará el acompañamiento de más enfermeros y allí es donde hoy aparece el nudo de la cuestión.

"En ese sentido, la función de la enfermería es más que esencial. Si se dejara al médico solo frente a la situación, nosotros no arreglaríamos nada. Los enfermeros tienen unas capacidades particulares que no son reemplazables", sostuvo.

"Los médicos también atendemos a más gente de lo que dice la norma, pero se podrían estirar un poquito más fácilmente que los enfermeros, que es trabajo sobre trabajo con el paciente. Es cierto entonces ese estrés, esa limitación, ese cansancio, esa tensión… La autoridad se demoró un poco en responder, pero yo creo que lo va a hacer", señaló.

"Entiendo la posición de las autoridades. He hablado con ellos, dicen que tratan de conseguir los recursos, pero no es fácil. Los mismos chicos de enfermería, y los médicos, sabemos que no puede ir cualquier persona a ese lugar. Se necesitan esas habilidades especiales y no es fácil", mencionó el doctor Recabarren.

Aún la presencia de la escuela de enfermería en Olavarría no es una ventaja.

"Contar con la escuela es lo primero, pero hay que hacerlos, hay que lograr que bajen a terapia y demora mucho, porque la pandemia va mucho más rápida que el modelo ideal. Son desajustes que responden a una realidad mundial, salvo en los países muy ricos, pero aún en España, Portugal, Italia tuvieron problemas de cobertura, sobre todo en enfermería", reflexionó.

La realidad los encuentra en una situación parecida a la anterior, pero agravada según su visión.

"Contamos con gente más cansada, pero antes también había ese estrés sobre los enfermeros. Ahora volvió esa carga grande sobre su trabajo y el faltante de personal, pero no es que la autoridad no hizo nada. Conocían el problema, recibieron currículums y después se ve".

"De hecho hay enfermeros y kinesiólogos trabajando en el área que fueron contratados. No es que no se sumó nadie, pero ante el crecimiento de la enfermedad la velocidad con la que se repusieron esas carencias no fue la adecuada. No se puede decir ‘no hicieron nada’, en todo caso no alcanzó lo que hicieron. La pandemia va más rápido que la posibilidad de reponer recursos", apuntó.

"A la gestión de la crisis no se le puede poner un aplazado: los trabajadores bien, nuestra formación profesional también, los kinesiólogos ni hablar, pero la base de la pirámide la conforma el personal de enfermería", proclamó Recabarren.

Como corolario a su abordaje, dejó una frase optimista: "Una cosa interesante es que el reclamo nunca tuvo un carácter de reclamo mezquino, sino de expresar una situación que la autoridad conoce. Y seguimos todos remando en el mismo barco".

Aunque alertó: "Pienso que va a haber una respuesta de las autoridades y nuevas contrataciones, pero si no se detiene el contagio en la comunidad no va alcanzar nada".