"Viví una especie de dos vidas"
El 5 de agosto de 2019 se cumplieron cinco años e Ignacio Montoya Carlotto, nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, el nieto recuperado 114 más famoso de Argentina, decidió no dar entrevistas ni hacer festejos particulares. Usó sus redes sociales para apoyar la lucha de los organismos de derechos humanos "por los nietos que aún faltan recuperar" pero lejos quedaron aquellos momentos donde se mostraba en público.
Nunca dejó de vivir en su pueblo natal de Olavarría, sin embargo hace tiempo que no sale de gira por el exterior ni visita personajes legendarios de la política ni de la cultura.
"Nunca me gustó que la militancia se meta en el arte", suele repetir, como algo que, más allá de sus primeros momentos junto a su abuela Estela y de continuas presencias en lugares emblemáticos de la memoria y del kirchnerismo, sostuvo como un manifiesto íntimo aún en los tiempos de mayor exposición.
Hasta los 36 había sido Ignacio Hurban, hijo único de Juana Rodríguez y Clemente Hurban. Era un pianista y docente del interior, reconocido por un círculo chico formado por otros músicos de folklore y jazz. Pero entonces descubrió que era hijo de Laura Carlotto y Walmir Puño Montoya, dos militantes políticos del peronismo secuestrados en 1977 y asesinados, en distintas secuencias, por la dictadura cívico militar. Ignacio se convirtió en el nieto 114 en ser encontrado.
Cinco años pasaron y ahora Ignacio está ocupado en su profesión: viaja por el país presentando su último disco Todos los nombres, todos los cielos. Lo grabó con su trío, en un tiempo donde, dice, se la pasó haciendo música: tocando, arreglando, componiendo. "Al principio pensé que no influiría para nada en mi oficio de músico. Pero después me di cuenta que cambió absolutamente la relación que establezco con la música que toco", confiesa, y las canciones tienen un tinte introspectivo con temas como Milonga en silencio, Algún día en otra parte y La mujer que tenía todos los nombres del mundo, un disco que, según contó, se lo dedicó a sus padres biológicos. (La nota completa de Juan Manuel Mannarino para Infobae)