"En nuestra cultura estamos educados en esto de acompañar a los seres queridos en el último momento. Para algo fueron creados los velorios y es un ritual necesario que tenemos de despedida. Esta pandemia, tras que nos ha despojado de muchas circunstancias afectivas, también nos despojó de eso", reflexionó la psicóloga Lucrecia Aramburu.

No solo se queda en soledad porque no puede despedir, sino que se queda sola en el duelo

"Es sumar dolor al dolor y, dependiendo de los recursos de cada persona, es cómo lo puede atravesar. Es tristeza que acompaña a la tristeza, y hasta clínicamente puede ejercer un daño aún mayor en la persona que queda", dijo.

"No solo se queda en soledad porque no puede despedir, sino que se queda sola en el duelo. Un velorio, un ritual de despedida implica acompañar al que se va, pero también acompañar al que se queda en este dolor, y en esta situación tampoco puede recibir compañía de algún familiar conviviente", lamentó.

"En nuestra cultura occidental aparece un abrazo, una contención. La palabra va a estar, pero estos momentos necesitan del afecto. Si fuéramos una tribu indígena, u otra cultura, tal vez sería muy diferente, donde por ahí la muerte se ve de otra manera", precisó.

"Para nuestra cultura habría que evaluar si esto no va a dejar un daño psíquico en aquellas personas que no pueden despedir. Todavía que no es duro el duelo, quedar solo en la despedida y sin la compañía...", indicó.

"Depende del recurso simbólico que tenga cada persona cómo va a salir lo más airosamente posible de esta situación. No todos contamos con los mismos recursos simbólicos para poder atravesar un duelo", advirtió.

*Adiós sin velorios, otra marca dolorosa de la pandemia

La licenciada Aramburu señaló que "ya de por sí un duelo es complejo, depende de la relación suele ser aún más complejo, y en soledad... También es cierto que es lo que hay, y hoy en día los psicólogos tratamos de buscar respuestas hasta ahí, donde no las hay".

"Hay que sostener, abrazar y contener desde la palabra. Sin el abrazo, a veces se queda corto en el recurso, y no poder acompañar con el cuerpo es un doble desamparo", cerró.