"¿Por qué la agronomía?, porque siempre me gustó todo lo que estaba relacionado con la naturaleza. Lo tuve bastante claro -si bien no vengo de una familia agropecuaria- y me gustó mucho, nunca dudé de la profesión que estudié. Es más, me maravilló porque cuando uno va a estudiar cree que sólo va a hacerlo sobre producción agropecuaria y sobre trigo, cebada, etc., y el panorama fue tan amplio que me enamoré de la carrera. Me encantó todo lo que tiene que ver con horticultura, floricultura, zoología, todo sobre el estudio de los árboles. Me atrapó cuando estaba estudiando" comenzó contando la ingeniera agrónoma Belén Rosini, quien se recibió en 2005 en la Facultad de Agronomía de Azul, y que hoy celebra su día junto con sus colegas aunque también celebran los veterinarios.

En efecto, hoy se celebra el Día del Ingeniero Agrónomo y del Médico Veterinario. La recordación tiene su origen en el 6 de agosto de 1883 cuando comenzó a dictarse por primera vez en la Argentina la carrera de Agronomía en la Escuela Agrotécnica y Veterinaria "Santa Catalina", en la ciudad de Lomas de Zamora.

"Siempre quedé ligada a la Facultad. Empecé como docente en horticultura y luego comencé en la parte agropecuaria en la Municipalidad. Después me llamó Ricardo Fernández para trabajar en Agronomía Olavarría, en 2007, y desde ahí que estoy aquí. Específicamente, continuamos con el legado que tenía esta Agronomía que es la venta de productos para el campo, y también tenemos un abanico de servicios que tiene que ver con saneamiento ambiental tanto en la región como en el campo y las industrias, y todo lo relacionado con control de plagas y enfermedades en frutales, así como el diseño de los mismos y de montes forestales; también realizamos asesoramiento en quintas o jardines en particular" continuó explicando Belén, quien comparte el aspecto laboral con el ingeniero Dino Ginter. "¿En ganadería? Por supuesto, continuamos realizando asesoramientos, así como en la siembra de fina y gruesa ya que somos distribuidores de marcas líderes", resaltó la ingeniera.

"Somos distribuidores de Buck Semillas en todo lo que es trigo y avena, por ejemplo, así como dos líneas de girasol; también hacemos ensayos de variedades comerciales y otras precomerciales. El año pasado tuvimos un lote demostrativo dentro del partido de Olavarría y allí evaluamos las distintas variedades comercializadas, invitando en noviembre a los productores y semilleros para que vean los resultados de ese ensayo, así podían ver los materiales nuevos y los que están por salir al mercado" explicó.

En cuanto al control de malezas, que es algo que siempre está presente en el sector de la agricultura, Belén señaló que "ese es un tema preocupante, sí. Combatir la maleza es cada vez más complicado y muchas malezas a través de los años han generado resistencia a los productos, por lo tanto debemos estar atentos al comportamiento de las mismas y en monitoreo permanente. Como responsables técnicos y, principalmente generadores de alimentos, debemos ser muy respetuosos y criteriosos al momento de indicar una aplicación . En los lotes aledaños a la ciudad es probable que el productor, al estar regulado por una Ordenanza Municipal sobre buenas prácticas en el uso y Aplicación de Agroquímicos, busque asesoramiento. Pero aún debemos trabajar más sobre el rol del ingeniero en los sistemas productivos y cómo tener mayor participación".

"Los productores lo que más preguntan, usualmente, es sobre reconocimiento de malezas. También por recetas de mezclas, asesorándose en la aplicación, residualidad de los productos en el suelo y en los cultivos, tiempo de espera a la siembra posterior, etc. La aplicación sin consulta y sin receta agronómica se sigue realizando. Es como automedicarse, y el productor tiene tendencia a eso, por lo que debe consultar a un ingeniero agrónomo para no cometer errores. Hay que ver qué tipo de maleza es para ver cómo hay que atacarla. Reconocer la maleza es fundamental para luego hacer un trabajo específico y de la manera más eficiente posible" afirmó Rosini.

"Olavarría es un polo ganadero en la provincia de Buenos Aires, sin dudas, pero hay porcentaje importante de agricultura. La gran parte del partido es ganadero y muchos productores en las mejores zonas de su campo hacen algo de agricultura para alimentar a la hacienda, ya sea maíz, cebada o sorgo; algunos hacen soja sin ninguna expectativa de rendimiento inclusive, como para ir controlando paja o gramilla que va apareciendo. Después también comercializamos maíz, de KWS, y vendemos toda la línea" explicó Belén Rosini.

"¿Girasol?. No demasiado, porque es bastante inestable. El año pasado vendimos bien, fue un buen año para el girasol. Es algo que depende de las condiciones del mercado. Es fluctuante. En cambio el maíz es más constante, ya que hay quien lo hace para grano y también para guardarlo para los animales; venden algo pero lo orientan a la alimentación animal. En cuanto a sorgo vendemos del criadero El Sorgal, que se encuentra en Rojas, y hace años que trabajamos con ellos: comercializamos granífero -que acá se hace muy poco- ya que todo es para ganadería, así como el forrajero que se pastorea en verano y el otro que se usa para diferido, que se siembra en noviembre y lo consumen en pie a partir de mayo aproximadamente" terminó diciendo la ingeniera agrónoma Belén Rosini.