Marcos Rodríguez (*)

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Intrincados procesos a lo largo de la historia hacen que algunas fechas se recuerden recurrentemente. Alrededor de ellas, las comunidades suelen construir identidades, significados y lecturas. Otras fechas nunca no han logrado penetrar los intersticios de la memoria, que es la que permite que esos hechos anclados en el pasado (o una determinada lectura sobre ellos) se conviertan en el presente y lo constituyan. Más misteriosos son aún los avatares que hacen que un acontecimiento, en un principio intensamente recordado, caiga prácticamente en el olvido. Tal es el caso del 26 de mayo de 1879, día de la instalación de la primera corporación municipal de Olavarría y del consecuente origen concreto, práctico y material del partido de Olavarría. Hoy, justamente, 140 años atrás.

Como es sabido, el 25 de noviembre de 1867 el gobernador Adolfo Alsina, a iniciativa del coronel Álvaro Barros, decreta "la formación de un pueblo que llevará la denominación de ''Olavarría'' " en el lugar denominado "Puntas del Arroyo Tapalqué" (Partido del Azul). Declarada Olavarría por la Legislatura bonaerense cabeza de partido el 25 de octubre de 1878 (ley 1242), el 16 de mayo de 1879 el Poder Ejecutivo dictó el decreto fijando los límites del distrito y nombrando a las primeras autoridades, procediéndose el día 26 de ese mes a la instalación de la Corporación Municipal y Juzgado de Paz ante la presencia de 157 vecinos. La Corporación Municipal era un cuerpo de representantes de los vecinos que tenía funciones de las más variadas vinculadas a aspectos ejecutivos, legislativos, judiciales, administrativos y de fomento. Sus miembros eran designados por el Gobierno de la Provincia, lo que ocurrió hasta 1890, cuando los cargos comenzaron a ser electivos en virtud de la nueva Ley Orgánica de las Municipalidades sancionada ese año.

La primera Corporación se constituye, como se indicó, el 26 de mayo de 1879, quedando integrada de esta forma: en el cargo de juez de Paz y presidente de la Corporación, Eulalio Aguilar; como procurador municipal, Celestino Muñoz; tesorero, Manuel Leal; Culto e Instrucción, Emilio Cortés; Policía y Tierras, Manuel Canaveri; y en calidad de suplentes los señores Ángel Moya y Joaquín Pourtalé. Todos ellos han sido homenajeados dándoles sus nombres a distintas calles de la ciudad. De esta manera, Olavarría se desprende de la jurisdicción del Azul. Creado el partido y constituidas sus autoridades, éstas se abocaron a dotar a una Olavarría urbana que rozaba los mil habitantes de las obras que requería el nuevo estatus institucional. Entre ellas se destacaron la construcción del cementerio, los primeros edificios públicos, la división del partido en cuarteles, la constitución de la primera comisión de tierras y la solicitud de fijación de los límites definitivos, entre otras. Más tarde, pasados apenas cuarenta años desde su fundación, en 1908 le será otorgado a la cabecera del partido el estatus de ciudad al sancionarse la Ley 3.100.

Fastuosos fueron los festejos con que se recordó en 1929 los cincuenta años de la autonomía municipal. Los diarios El Popular y La Democracia editan suplementos extraordinarios con motivo del aniversario y en los que reflejan variados aspectos de la vida comunal. Se suma ellos la revista Pequeñeces, bajo la dirección de José V. Jordán, donde se apuntan los hechos y realizaciones más destacadas de los cincuenta años de autonomía municipal. También se destacan en ese mayo de 1929 visitas de destacadas personalidades, inauguraciones y otros festejos alusivos. Bastante más modestos fueron los que correspondieron al centenario, en mayo de 1979, plasmados en un sencillo acto en el hoy Palacio San Martín y centrados en el discurso del, por entonces, intendente interino Luis Escudún.

Se cumplen entonces, hoy, 140 años del inicio real y concreto de la autonomía municipal del partido de Olavarría. Un hito de la historia local que a lo largo del tiempo ha sido progresivamente olvidado. Conmemorar un hecho y el momento en que tuvo lugar nos pone ante el desafío del recuerdo colectivo, reflexivo y, por qué no, formador de conciencia o de un sentido renovado a la luz del presente. Constituye una oportunidad. Así, surgen preguntas que buscan promover la comprensión acerca de aquello que se rememora y se reconoce. En este marco, recordar el nacimiento, allá por mayo de 1879, de nuestro partido nos interpela, entonces, a todos los olavarrienses.

(*) Investigador de la historia olavarriense.

La nota completa en diario El Popular