Un día como hoy, pero de 2014, el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) informó a la CONADI y a la Justicia que el olavarriense que recuperó su identidad como Ignacio Montoya Carlotto era hijo de Laura Estela Carloto y Walmir Oscar Montoya.

En conferencia de prensa que conmovió a la ciudad, el país y el mundo, se conoció que el joven era el nieto desaparecido número 114 y que había sido identificado. Hoy se cumplen ocho años de esa emotiva jornada. La Agencia de Noticias Télam recordó con un video las efemérides de hoy. Mirá el video acá.

La historia

Laura nació el 21 de febrero de 1955 en la ciudad de La Plata. Walmir el 14 de febrero de 1952 en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut. Su familia y amigos lo llamaban "Puño" o "Puñalito".Ambos militaban en la organización Montoneros. A ella sus compañeros la conocían como "Rita" y a él como "Petiso", "Chiquito" o "Capitán Jorge". Laura fue secuestrada el 26 de noviembre de 1977 en su domicilio de la Ciudad de Buenos Aires. Estaba embarazada de dos meses y medio. Walmir fue secuestrado a fines de noviembre de 1977 y, posiblemente, haya permanecido detenido en el CCD " La Cacha ".

Por testimonios de sobrevivientes, se supo que Laura permaneció detenida en el CCD "La Cacha" y que el 26 de junio de 1978 dio a luz un niño al que llamó Guido en un Hospital Militar. Luego del parto, fue regresada a dicho centro clandestino sin su bebé. El 25 de agosto de 1978 fue asesinada y, en 1985, sus restos fueron exhumados en el cementerio de La Plata e identificados por el EAAF.

En mayo de 2009, en el marco de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas llevada adelante por el EAAF, los restos de Walmir fueron identificados. El joven había sido inhumado como NN en el cementerio de Berazategui el 27 de diciembre de 1977.

En junio de 2014, un joven que tenía dudas sobre su identidad se comunicó por correo electrónico con Abuelas de Plaza de Mayo para conocer su origen. Luego de algunos intercambios de mails realizó su presentación formal por correo postal. Posteriormente, se acercó a la sede de Abuelas desde donde se dio intervención a la CONADI y se realizaron los análisis inmunogenéticos en el BNDG.

Hacía tiempo que Ignacio tenía dudas sobre su origen, sin embargo, recién confirmó que no era hijo biológico de quienes lo criaron a partir de una confesión de alguien cercano a la familia unos meses antes de conocer la verdad. Ignacio pudo conocer su historia y reencontrarse con su familia. (www.abuelas.org.ar)