Adjudicatarios del barrio Uocra: entre la desazón y la expectativa
Quedan 27 viviendas por entregar y muchas ya están prácticamente finalizadas. El problema es el pago del Instituto de la Provincia a la empresa constructora que es Wayro Ingeniería SA. "En el medio estamos nosotros", expusieron los adjudicatarios a EL POPULAR.
La última entrega de las viviendas se había realizado en julio, con once familias que obtuvieron su llave en aquella oportunidad. Pero la semana pasada se entregó una sola, "medio en secreto, silenciosamente" y en La Plata. El beneficiario resultó ser un vecino que tenía orden de desalojo del lugar donde alquilaba y su situación realmente era angustiante.
Sin embargo, "hay gente que hace rato que no paga los alquileres porque ya no pueden, y otros que pagan con mucho esfuerzo y que esperan su casa desde hace años", contaron los adjudicatarios.
Dijeron, además, que en total son unas nueve las familias que se reempadronaron y que actualizaron las carpetas hace algunos años, cuando se decidió normalizar la situación. "Las demás familias no sabemos quiénes son", apuntaron. En este sentido, sostuvieron que ya hay nueve viviendas (y más también) en condiciones de poder ser entregadas, pero "el problema es que el Instituto de la Vivienda debe dinero a la empresa constructora, entonces -como es de entender- la empresa no libera esas viviendas. En el medio de todo esto quedamos nosotros".
Por otra parte, confesaron que "el Municipio no tiene que ver con el barrio, pero es el único nexo que tenemos con la Provincia y más aún ahora que son del mismo color político. En diciembre el Gobierno provincial va a cambiar y la verdad es que si no se soluciona esto ahora no sabemos qué puede pasar".
De ahí que los vecinos quieran hablar el lunes directamente con Ezequiel Galli, "para ver si se puede llegar a una solución porque en diciembre cambia el gobierno provincial, en enero hay feria por ende no van a poder hacer nada, y ya estaríamos en febrero pero hasta que se ponga todo en orden no creo que seamos prioridad".
En cuanto a las viviendas, "lo que queda es pasar los cables porque la grifería no la colocan, te las entregan para que uno las coloque. Vemos a los obreros que están pintando soldaduras de ventanas o algunas rejillas de ventilación porque ya no tienen mucho para hacer".
El temor es que el tiempo siga pasando y esas casas se deterioren, como sucedió con muchas que estaban casi completas antes de la paralización de la obra. "Una de esas casas es nuestra, y pasar y ver que las rompen o que se van deteriorando realmente es una sensación espantosa", describieron.