"Siempre digo que no soy un profesor de canto, yo enseño a educar la voz en un correcto funcionamiento", dice Alejandro Potenza sentado bajo el sol en el patio de su casa. Es domingo y el silencio del comienzo de la tarde invita a escuchar todo lo que tiene para decir. Habla, explica, argumenta y desarrolla sus ideas con pasión sin perder de vista al interlocutor. Quien también lo escucha es su perra, quien durante toda la entrevista se recostará a la sombra. 

"Uno adquiere distintas técnicas vocales en las distintas acepciones o estilos que podemos encontrar en la canción popular -continúa-. Hay también distintas técnicas vocales para poder adquirir y acercarse al estilo que uno quiere". 

"Las técnicas vocales se refieren más que nada a las distintas acepciones", afirma, y resalta que en su caso maneja "cuestiones más técnicas, y lo que se intenta hacer con cada estudiante -cada uno es un universo, por supuesto- es trabajar la problemática que traiga, que generalmente tiene que ver con las tensiones".

Con cerca de 30 años en el tema, Potenza sostiene que "para el estudio de la voz se hacen distintos procedimientos para encontrarnos con las posibilidades naturales y fisiológicas que tenemos. Después está la técnica vocal, está bueno aclararlo porque es un manejo que ya hace más el profesor de canto". 

El camino para

educar la voz

"La metodología que utilizo es para poder reencontrarnos con nuestra fisiología natural y ordenada, que la teníamos cuando éramos bebés. Después, con el tiempo y la cultura se fue modificando con algunas conductas como 'no toques eso, no digas aquello'. Ese tipo de cosas nos llevan a reprimir ciertas cuestiones. 'A cantar como el fulano que nos gusta', es muy natural en nosotros eso. Ahí es donde se destruye un poco, desde el punto de vista aéreo que es lo más importante, que se pueda conducir a una buena voz", explica, y señala que para educar la voz primero hay que tener en cuenta la problemática que trae la personas, es decir también "al ser emocional". 

"No puedo separar la voz, porque considero que las cuerdas vocales con emocionales. Cuando estamos compungidos lo primero que duele es acá", dice y se toca la garganta, "o cuando gritamos. Generalmente lo primero que sentimos es el dolor en la laringe". 

"Educar la voz es entender al ser emocional para que pueda separarse de las cuestiones intelectuales para no controlar nada, porque no se controla el canto ni la voz hablada. Después, sin dejar de lado el ser emocional, se trabaja con una metodología de gimnasia vocal para que la persona pueda encontrarse con elementos que corresponden a un terreno más sensorial. Eso es muy interesante, porque cuando encontramos ese equilibrio se ordena todo" manifiesta.

El aire es fundamental 

"Cuando uno educa la voz y especialmente puede darle equilibrio a la fisiología aérea, porque acá la cuestión es el aire", explica. "Si aprendo a respirar correctamente, la voz cantada o la voz hablada, simplemente lo que queda es un trámite estético. El tema es resolver las cuestiones aéreas. Por eso que la educación vocal lo primero que hace es eso", dice, y marca las diferencias con un profesor de canto: "Yo te enseño a utilizar correctamente el instrumento aéreo y después el vocal".

"La gente que está sumándose últimamente no quiere su voz cantada ni hablada, quiere poder respirar y que no lo duela, quiere decir dos palabras y que no duela. Cuando duele, cuando pica, cuando hace toser o cuando tengo cierta disfonía, algo estamos haciendo mal con la respiración", señala. Para Alejandro, "la angustia es definitiva". 

Por otro lado reconoce que si bien la pandemia fue "una calamidad para todos, para mí fue muy interesante porque me puso en un lugar de un desafío muy intenso, además de poder trabajar con personas distantes". Como trabaja de forma remota, Potenza lo hace también con gente de otros lugares y "a todos los ha atravesado y la problemática en todos es la misma: el aire".

"El problema del aire está en la posibilidad de liberarlo si yo no genero cierto grupo muscular que interviene cuando no debe, por ejemplo. Cuando incorporo tensiones abdominales, eso me va a generar la limitación del flujo aéreo por distintas cuestiones".

Entonces "generamos tensiones que producen bloqueos y esto hace que tengamos una respiración muy alta. No le damos la posibilidad al diafragma de empujar nuestra cavidad abdominal", y explica que "si no tenemos ninguna patología respiratoria que nos complique, esa posibilidad que se rompió con el tiempo nosotros la hacemos en el momento de dormir. Al tener un buen sueño, sin ningún tipo de cuestiones, estamos respirando correctamente". Por eso el objetivo pasa por "encontrarnos de nuevo con eso". 

"Cuando nos levantamos, modificamos la respiración; por eso siempre digo que traten de tener al menos una o dos respiraciones conscientes en el día, ventilar un poco es muy sano. Y si logramos tener la posibilidad una buena respiración no va a haber dolores de cabeza, no me voy a levantar cansado", asegura.

La voz rota

"Hay personas con las que me lleva un tiempo poder desbloquear ciertas cuestiones que tienen. Uno se agarra a cosas mundanas, entonces hay que despegarse de ahí y eso no es fácil", explica. "Lo que intento es encontrarme con esa persona y trasladarle de que en esta educación vocal no necesitamos practicar nada. Porque nada está bien ni nada mal. Estoy tratando de darle un equilibrio a mi fisiología, que es uno interno: tengo que encontrar cuestiones internas que suceden en un breve lapso de tiempo". 

Su trabajo entonces tiene que ver con que "entiendan la metodología primero, que tiene que ver con que nos tengan que pasar cosas y nos cuesta encontrarnos en el terreno de lo sensorial", porque "no podemos controlar las situaciones intelectualmente, no podemos controlar nuestra voz hablada o cantada, eso es algo libre. Y es un proceso de la respiración hablar y cantar". 

"El proceso de cómo voy trabajando para que vayan encontrando las posibilidades tiene que ver un poco con eso. Hay personas que vienen que son una tabla, una piedra; otras no vienen con esa problemática, que pueden tener posibilidades de desbloquear, pero tienen otros tipos de cuestiones que vienen del terreno emocional", dice, y como ejemplo señala que en muchos casos "hay gente que perdió mucho peso y otra que engordó mucho. Esas problemáticas son complejas".

"Cuando la voz se rompe o cuando las cuerdas vocales se lastiman, o vamos al bisturí o tratamos de ver si se puede recuperar, pero no es tan fácil. Mejor es no lastimarse y educar la voz", sostiene, y explica que "los procesos son muchísimos. Las posibilidades aéreas son muchas. Pero voy a intentar siempre que vos entiendas la anatomía".  

"Simplemente mi trabajo es hacer que este instrumento emocional -dice señalándose la garganta- funcione vocalmente como corresponde". 

Un guía para

cambiar de hábitos

"Cada instrumento es un universo", afirma, y Alejandro se considera que es "una guía, pero uno es su propio maestro. Porque a vos te pasan las cosas. Tengo que provocar en vos un cambio de hábito y eso con machaque no se hace, es imposible". Dice que de a poco "el cambio de hábito lo hace el sistema nervioso central".

Alejandro cuenta que desde hace un tiempo trabajo con personas muy afectadas a raíz de la pandemia. 

"Tengo alumnos que han tenido Covid, que trabajaron conmigo hace un par de años como una cuestión gimnástica, y que todavía huelen a gas ". Además, cuenta, otra de las cuestiones que dejó la pandemia es la tensión. 

"La gente está muy tensa. A mí me ha llamado mucho la atención que la mayoría coincide con un exceso de tensión. Cuando se produce eso hay que tener mucho cuidado, porque uno puede producir algunas lesiones de tipo funcional y no solamente la lesión la debemos remitir a estos dos músculos que son las cuerdas vocales. A veces también aparecen los calambres cordales, hay muchísimas lesiones de tipo funcional"

Ante este panorama, Alejandro Potenza comenzó a trabajar en la escritura de un libro en donde poder plasmar sus conocimientos prácticos y sus experiencias.

"Creo que la parte de la mirada emocional, del cuerpo emocional, de cómo acompaña y demás es muy personal, es una mirada que fui construyendo", sostiene, y explica que "el modo que trato de presentarlo tiene que ver con mi otro trabajo: el teatro. Lo trato de llevar a un espacio más lúdico porque tengo que encontrar cosas por dentro", porque "buscar las cosas afuera es un error, las cosas nos pasan adentro".

"Tenemos la posibilidad de transformar el residuo en arte", dice, y resalta la importancia de completar el ciclo de la respiración. "Inhalo, lo necesito porque si no muero; cuando ingresa se produce en los pulmones el intercambio gaseoso. En ese intercambio el aire que exhalo es residuo, me hace mal. Transformamos arte con algo que es residual, que necesitamos sacarlo". 

"No nos damos cuenta que respiramos", afirma. "A veces andamos tan distraídos, que no nos damos cuenta de que estamos vivos", dice, y por eso repite que "es muy importante, aunque sea una vez en el día, prestarle atención a una respiración relajada". 

"No te olvides de respirar", me dice antes de irme, y cuando salgo a la puerta de su casa me paro, inhalo y exhalo profundamente y luego comienzo a caminar.