Almacenes de ramos generales: libreta, grapa, encuentro y disfrute
Es que los almacenes de ramos generales eran mucho más que un lugar de compras. Era sitio de encuentro y disfrute.
La magia de esos espacios majestuosos y únicos de inicios del Siglo XX es aún recordada por muchos a través de las historias que quedaron resonando de bisabuelos o que se recobran en alguna película.
Un sitio repleto de cosas. Cajones donde se almacenaba yerba mate suelta, azúcar en terrones, fideos para guisos, fideos finos para sopa, masitas sueltas con confites de colores eran algunas de las tantas cosas que podrían encontrarse allí.
Había una especie de palita para volcar en las bolsas de papel. Se ataban con hilo de algodón blanco que después a tantas mujeres les servía para tejer cortinas, carpetas.
La esquina de Rivadavia y Belgrano, por ejemplo, en el centro de la ciudad de Olavarría posee una historia que data de 1906 cuando con mucho esfuerzo una familia olavarriense instaló, en ese lugar, un espacio de venta de ramos generales. Se llamó La Sin Nombre primero, luego Casa Gómez y después Casa Rigada. El paso del tiempo hizo que el edificio se mantuviese intacto, a pesar del cambio de dueños, de inquilinos y el padecimiento de una de las peores inundaciones que sufrió Olavarría en 1980. Como manifestación cultural,posee recuerdos que quedarán plasmados en cada uno de sus rincones, en cada mesa, en cada copa, en cada pocillo.
El restobar que hoy funciona allí, forma parte de la tradición de la ciudad y es uno de los
edificios que mejor puede contar desde su arquitectura, sus mesas, sus sillas y las paredes cómo fue la vida allá por el 1900.
Otros ramos generales
Además de la antigua La Sin Nombre, existieron de este tipo algunos otros comercios de ramos generales como Casa Flechoso (en Lavalle y Necochea), Casa Cereceto (Alsina y Necochea), La Gaviota (calle Coronel Suárez al 2200) y Almacén de ramos generales El Ruso- Àngel de Vega- Hoy Café Vega.
En1898, Ángel de Vega y Manuel de la Vega fundan un comercio de ramos generales al que denominan El Ruso. En 1902, instalan el comercio en la esquina de Vicente López y Coronel Suárez, donde actualmente está Café Vega. En 1912, aproximadamente, se disuelve la sociedad. Manuel de la Vega se queda con el nombre del comercio y con el mismo rubro se establece en la esquina de Av. Pringles y Avenida Colón; mientras que, Ángel de Vega, bautiza a su comercio con el nombre de Casa Ángel de Vega. Desde 1919, la sociedad L. de la Vega, Tirador y Cía son los propietarios del Almacén El Ruso, que contaba con una sucursal en la esquina de Necochea y Avenida Pringles.
Los almacenes hoy siguen existiendo y se amoldaron a las nuevas épocas y los nuevos modos de vender. Las libretas con deudas de vecinos continúan existiendo pero conviven con el posnet y la Cuenta DNI. El caballo no espera afuera enganchado a una argolla pero sí tantos otros vehículos. Pero el lugar de encuentro continúa siendo el mismo almacén de hace años aunque allornado a la actualidad. Y, al parecer, por mil cualidades no hay cadena internacional que pueda vencerlos.