Aunque se reconoce la "menos bichera de la familia", es de esas personas que piensa en el animal en libertad, en el hábitat natural.

Si el mundo se divide entre quienes prefieren los perros o los gatos, a Yessica la ponemos como a los rusos -el país que más gatos tiene de mascotas-, del lado de los felinos.

"Tenemos una gatita a la cual amamos mucho en casa. Es la mascota que tengo, la que puedo sostener, la que puedo cuidar y a la que le puedo brindar un poquito de amor, porque también entiendo que los perros son otros tipos de animales que implican por ahí otra responsabilidad, otra conexión" y dejó entrever uno de los puntos centrales de su postura. La responsabilidad que elegimos asumir al decidir tener una mascota. "Saber hasta dónde uno se puede comprometer con un animal, que es una responsabilidad muy grande". El compromiso que asumimos, porque parece un exceso pero vale recordar que un animal no es un juguete, no se devuelve y que depende de nosotros.

La responsabilidad del Estado

La tenencia responsable, la asistencia del Estado y la educuación parecen ser los tres pilares fundamentales a la hora de controlar la fauna urbana. Sobre este punto, Almeida remarcó el rol del Estado en tanto y en cuanto fomentar la educación en el respeto y el cuidado de la vida animal. "Formar a les niñes, les jóvenes, adultos y demás en esta responsabilidad".

Y diferenció las realidades entre el centro y las afueras de la ciudad. "Convengamos que las barriadas y los barrios están explotadas de animales abandonados. En el centro también se ve, pero en el barrio es por ahí donde la cosa se pone más complicada y creo que va muy atada de la situación social y económica que vivimos". Y el planteo siguiente es el que nos llena de preguntas cuando pensamos qué es lo mejor para un animal. "Si una familia no puede parar la olla, si una familia no puede acceder a la salud de manera digna, si una familia tiene que andar girando por todos lados para poder mantenerse, o incluso tenemos a estas personas en situación de calle en Olavarría; cómo vamos a pretender que cuiden, lleven al veterinario y alimenten cotidianamente y sistemáticamente brindando de manera responsable amor a una mascota en esos contextos".

Y ese planteo abre muchas preguntas, cuestionamientos propios. Nos dejó pensando.

"Si tenemos una sociedad más equitativa, más justa, con más acceso al trabajo, más acceso a la educación, obviamente vamos a tener mascotas menos creo yo, porque soy de las que piensa no en los animales más en libertad, en sus hábitats naturales y demás; pero en el caso de elegir ser responsable y tener un animal como compañía en tu vida, realmente poder acceder a cuestiones que son básicas" remató.

"Son cuestiones complejas creo yo y de mucha responsabilidad realmente la decisión de tener una mascota sostenerla y poder cuidarla".