- Mil disculpas señorita, si su corazón es tan suave como su seno, tengo la seguridad de que me perdonará.

La mujer sonriendo le responde:

- Y si su aparato es tan duro como su codo, mi habitación es la 201.

Parecía que iría una cátedra sobre el perdón, pero notabrevista, esta vez no.

UN TRATAMIENTO, PERO A SU DEBIDO TIEMPO

Marido y mujer acuden al psicólogo tras 20 años de matrimonio. Cuando se les pregunta cuál es el problema, la mujer saca una lista larga y detallada de todos los problemas que han tenido durante los 20 años de matrimonio:

- Poca atención, falta de intimidad, vacío, soledad, no sentirse amada, no sentirse deseada...

La lista es interminable.

Finalmente, el terapeuta se levanta, se acerca a la mujer, le pide que se pare y la abraza y besa apasionadamente mientras que el marido los observa con una ceja más alta que la otra. La mujer se queda muda y se sienta en la silla medio aturdida.

El terapeuta se dirige al marido y le dice:

- Esto es lo que su esposa necesita, al menos 3 veces por semana. ¿Puede hacerlo?

El marido lo medita un instante y responde:

- Bueno... la puedo traer los lunes y los miércoles, pero los viernes tengo fútbol con los muchachos.

*******

Salgo de la ducha... me miro al espejo y pienso en voz alta:

-¡Qué bueno sería tener unas lolas más gordas!

Mi marido que lo ha oído, en lugar de decir "¡No es verdad!", como dice normalmente, me dice: -Si quieres que te crezcan, debes pasarte un trozo de papel higiénico entre ellas durante algunos segundos.

Con muchas dudas, pero decidida a probar todo, tomo un trozo de papel higiénico y me lo paso entre ellas durante algunos segundos. Después le pregunto:

-¿Durante cuanto tiempo lo tengo que hacer?

Y él me contesta:

-Tienes que hacerlo todos los días durante varios años.

Le digo: -¿Tú estas seguro de que pasándome un trozo de papel higiénico entre las lolas todos los días durante unos años éstas me crecerán?

Y él me respondió:

-Si te ha funcionado con el cola, ¿por qué no te va a funcionar con ellas?

Mi marido está todavía vivo, y después de algunos meses de rehabilitación, quizás vuelva a caminar.

CORTADOR DE JAMON PROFESIONAL

Florencio Sanchidrián ha rebanado jamones ibéricos durante las últimas tres décadas, y en la actualidad su nombre es sinónimo de la delicia española. El hombre, de 55 años, es considerado el mejor cortador de jamón del mundo, y cobra en consecuencia por sus servicios, unos 4.000 dólares por cortar una pata de jamón. Nacido en la ciudad de Ávila, España, Sanchidrián se formó en su juventud como torero profesional, pero finalmente dejó su capa roja de lado, y se trasladó a Barcelona para trabajar como camarero.

Un día, comenzó cortando jamón, y simplemente se enamoró de la tarea. Comenzó a tomar cursos de rebanado, y en poco tiempo, estaba ganando competiciones, así como premios nacionales e internacionales. A Florencio ahora se lo conoce como embajador del jamón ibérico en todo el mundo, y recorre los cinco continentes "con una pata de jamón bajo el brazo", al menos una vez o dos veces al año.