-Fricción: con lentitud, suavidad y de manera uniforme, se llevan a cabo circularmente o en vaivén, en un único sentido.

-Frotación: deslizamos las palmas de las manos o yemas de los dedos y comprimimos la piel mientras realizamos espirales o círculos.

-Percusión: consiste en administrar rápidos y breves golpes con las palmas de las manos colocadas en forma cóncava o mediante las yemas de los dedos.

-Presión: en este caso, se trata de comprimir un área determinada a través de las palmas de las manos, con las manos cerradas o recurriendo a las yemas de los dedos.

-Vibración: con las palmas de las manos o las yemas de los dedos ejercemos sobre la piel una suave presión que genera una vibración.

Podemos procurarnos a nosotros mismos este tipo de masajes empleando para ello nuestras propias manos. Pero, sin duda, van a resultar más relajantes si nos los administra otra persona, especialmente si se trata de alguien con experiencia en esta clase de técnicas.

La única contraindicación a valorar es la de las personas que tengan un problema de grasa en el cabello. Si toquetean demasiado su pelo, pueden agravar la presencia de sebo en su cuero cabelludo, lo que va a resultar perjudicial para el desarrollo saludable de los folículos pilosos.

Por lo que respecta a cómo se realizan los masajes capilares, interesa prestar atención a las siguientes indicaciones.

1ª fase: consiste en la relajación del cuero cabelludo mediante la aplicación de los dedos de las manos (los pulgares no se han de tocar) en posiciones opuestas por detrás de la cabeza. Moveremos el cuero cabelludo tanto hacia abajo como hacia arriba. Repetiremos estos movimientos, con un intervalo de diez segundos, entre veinte y diez veces.

2ª fase: es el momento en el que van a ser empleados los aceites esenciales (como los de lavanda, romero o tomillo), que contienen principios activos muy beneficiosos para nuestra piel.

Estos productos tienen dos finalidades básicas: conseguir la mayor fluidez posible de la irrigación sanguínea y aumentar la humedad propia de los cabellos secos. Añadiremos dos o tres gotas de ellos.

3ª fase: finalmente, una vez realizados estos preliminares, comienza el masaje propiamente dicho. Este se administra sin aplicar las uñas, puesto que podrían dañar el cabello. Con las puntas de los dedos, extendemos y contraemos los dedos dos o tres veces en cada una de las zonas del cuero cabelludo.

De manera suave y lenta, nuestros dedos deberán describir alrededor de todo el cuero cabelludo movimientos circulares. Esta clase de masaje debe durar tres minutos, pero recordamos que podemos repetirlo tantas veces como necesitemos.