"Lo mínimo es que ya no podemos pensar en diseñar un espacio sin balcón. Son impensados nuevos edificios que no contengan ni siquiera un balcón de un metro para poder salir y tomar aire. Eso ya no puede ser", aseguraron Cynthia Martínez y Mariana Ottonelli, del Estudio CyM, de cara al día del Arquitecto que se celebra hoy y graficando los cambios básicos que la disciplina comienza a transitar en el marco de la pandemia de Covid-19.
En primera instancia, las profesionales describieron lo que definen como el cambio de la rutina, que incluye "el no estar físicamente con los clientes y dejar las visitas de obras", suplantado por herramientas como el Google Meet, el Whatsapp o el Zoom, que les permitió "mantener las reuniones entre nosotras y con nuestros clientes", con dinámicas que fueron cambiando conforme iban cambiando las fases.

El tiempo de obras paralizadas les permitió avanzar en proyectos, en "encerrarnos a dibujar para liberar las obras pequeñas, tener las conexiones con los clientes y proponer planos y maquetas electrónicas. Luego, cuando se pudo recomenzar, tuvimos que implementar los protocolos en las obras, para que la protección de los trabajadores".

Cálculos, creatividad y la gestión del trabajo propiamente dicho, esto es la dirección de obra, completan el esquema abarcado por el estudio que, claro, a partir de las normas de bioseguridad, seguramente verán dilatados los plazos de entrega de las construcciones. "Es que donde antes había 6 personas trabajando, ahora para cumplir el distanciamiento, hay 4 y eso termina repercutiendo en el tiempo".

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