Arte con Inteligencia Artificial
La llegada de la Inteligencia Artificial al campo del arte amplía las formas de expresión y reabre viejos debates sobre el reemplazo del humano por la máquina. ¿La Inteligencia Artificial puede crear arte?
La creatividad es algo que suele relacionarse exclusivamente con lo humano. Se la define como la capacidad de generar ideas o conceptos, y asociaciones desconocidas entre ideas o conceptos existentes. Pero la Inteligencia Artificial (IA), una combinación de algoritmos creados para que las máquinas presenten las mismas capacidades que el ser humano, parece desafiar esta idea.
En 2016, científicos del laboratorio de investigación de Sony lanzaron FlowMachines, una red neuronal capaz de generar música que utilizó como insumo una base de datos con más de 13 mil canciones de diversos géneros para crear Daddy’s Car, una canción inspirada en Los Beatles. Este no es el único ejemplo de música generada con esta herramienta, en la web de la de compañía de investigación OpenAI, hay disponibles muestras musicales basadas en el trabajo de músicos como Elvis Presley, Pink Floyd, Frank Sinatra, Katy Perry, Radiohead, Eminem y Diana Ross, entre otros.
En 2018, Artnet un sitio web de arte vendió a un coleccionista parisino la obra "El retrato de Edmond Belamy", el primer cuadro hecho con un programa con IA del colectivo artístico francés Obvious, cuyo lema es "la creatividad no es solo para los humanos". Para su creación, se alimentó al sistema con datos de 15 mil retratos pintados entre los siglos XIV y XX. La imagen que resultó tiene aires de la pintura del siglo XVIII pero no se trata de una pintura sino de una impresión de tinta, y la firma de su "creador" es la fórmula "Min (G) max (D) Ex [log (D (x))] + Ez [log (1-D (G (z)))]" que se utilizó para hacerla.
A comienzos de 2020 en Argentina, un sistema de Inteligencia Artificial escribió un capítulo del libro "Será del arte el futuro" de la periodista argentina Mercedes Ezquiaga. El sistema desarrollado por el divulgador científico y especialista en Esteban Tablón, utilizó cientos de entrevistas, notas y libros que Ezquiaga había escrito en sus 20 años de carrera como periodista para crear un texto que siguiera el estilo de la autora.
Mercedes Ezquiaga que se desempeña como periodista en la sección Cultura de Télam, cuenta que "quería hacer un libro que toque el ámbito internacional, ya había hecho uno sobre el arte argentino, y me parecía importante que estuvieran los diferentes actores que hacen al mundo del arte". Para ella estaba claro que la Inteligencia Artificial era un tema con el que los artistas trabajan y por eso decidió utilizarla.
Sin embargo, el proceso hasta alcanzar el resultado fue largo, "tardé un montón en amigarme con lo que decía Lucía Funes, así la bautizó Esteban (Tablón) a su Inteligencia Artificial, porque apenas lo leí no se entendía nada y había sido muy caro hacerlo, pero el costo estuvo buenísimo", detalla Ezquiaga a Télam y agrega "reconozco muchas cosas de mi escritura ahí, no la frase entera sino la mitad de una oración o el comienzo de otra, pero termina diciendo cosas que están buenas". De hecho, una de las oraciones que Lucía Funes escribió fue "Será del arte el futuro", frase que luego se convirtió en título del libro.
Para llegar al resultado que esperaban, el sistema requirió de meses de entrenamiento. "Fue un proyecto en español, sin antecedentes similares en ese idioma, que debía escribir con el estilo y la temática que sigue Mercedes y que además no era un chatbot que tenía que responder preguntas sobre cuestiones bancarias, debía hacer literatura", sintetizó Esteban Tablón a Télam en una entrevista que realizaron con motivo de la publicación del libro. Y detalló, "procesamos todo lo que escribió Mercedes bajo redes semánticas y conseguimos un grafo, con lo cual llegamos a un buen análisis anatómico del estilo de escritura de la autora". Luego, por medio de una dinámica de corrección y reescritura, el programa aprendió a escribir por sí mismo, a través de su propia experimentación.
Con estas y otras experiencias, la idea de que las máquinas "crean" arte ha ganado actualidad. La capacidad que desarrollan para aprender cómo se ven o suenan las obras de arte y producir versiones nuevas, coherentes y "al estilo" del original, alimentan la ilusión de que una Inteligencia Artificial creativa podría reemplazar al artista.
Esteban Ierardo, filósofo, docente y autor de Sociedad pantalla y La sociedad de la excitación, entre otros libros, explica a Télam que la discusión sobre si la Inteligencia Artificial puede reemplazar a la mente humana tiene su inicio en la cultura popular con la película de Kubrick , `2001: Odisea del espacio ?, cuando una nave dirigida por una IA llamada HAL se revela ante la tripulación. "Esta cuestión sobre si existe la posibilidad de que las máquinas con Inteligencia Artificial se independicen del ser humano es un planteo de ciencia ficción", agrega y subraya que en la actualidad "todo aquello que se hace por medios computacionales necesitan un acto de programación humano, un lenguaje de algoritmos que es programado por ingenieros informáticos".
Este mismo análisis se puede traspolar al campo del arte, Ierardo explica que "decir que las máquinas hoy pueden hacer arte es soslayar que las máquinas no pueden funcionar si no es a partir de un ordenamiento humano previo". Y ejemplifica "hay software muy sofisticados que pueden hacer variantes de música clásica sin la mediación de la orquesta y de una forma muy eficaz, por lo tanto que un músico elabore música a partir de una máquina es semejante a un violinista que hace música a través de un violín, siempre estamos hablando de un humano que para hacer algo recurre a una mediación, a un instrumento que va cambiando según la evolución tecnológica, la mediación del instrumento sigue siendo estructuralmente la misma", concluye.
Para Ezquiaga, "Lucía Funes no podría haber escrito nada si no la alimentábamos de lo que hice durante casi 20 años de periodismo, fueron cientos de páginas escritas que implican que yo haya entrevistado personas, visitado lugares, haya mirado obras". Reconoce que a ella le gustaría leer dentro de unos años el capítulo que escribió la Inteligencia Artificial y descubrir que ella está escribiendo lo mismo en ese momento, pero advierte que "no podemos pensar la Inteligencia Artificial como algo sobre lo que no tengamos ninguna decisión, deberíamos pensarnos como dueños del destino del avance de las tecnologías".