Con asambleas el jueves y un paro de tres horas por turno ayer, los trabajadores de la Sanidad habían iniciado un plan de lucha en reclamo de recomposición de salarios.

La medida de fuerza se dio a nivel nacional y en Olavarría tuvo su impacto sobre todo en las clínicas privadas donde se concentra la mayor cantidad de trabajadores nucleados en ATSA, la Asociación que actualmente cuenta con unos 700 afiliados en nuestra ciudad.

El paro pudo concretarse en los primeros turnos de la jornada: de 9 a 12 y de 15 a 18. Pero el Gobierno impuso la tregua obligatoria por 15 días hábiles y fijó audiencia para el martes 30 a las 11 que tendrá como protagonistas a organizaciones gremiales, empresarios y funcionarios de la cartera laboral; por lo que hubo que suspender el cronograma previsto por las asociaciones que nuclean al personal de sanidad.

Sobrecarga de tareas y horarios, sueldos por debajo de la línea de pobreza y el estrés propio de estar en la primera línea de batalla contra el Covid forman parte de la realidad diaria de los trabajadores del sector.

En este contexto, lo que piden es que se cumpla con la cláusula de revisión acordada el año pasado y que representa este incremento del 16% en los sueldos básicos de los trabajadores de la sanidad para no quedar por debajo de la inflación registrada en el 2020.

Durante el transcurso de la jornada de ayer, hasta las 18 se cumplieron con las guardias mínimas, en sintonía con todas las asociaciones del país nucleadas en la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA).

El reclamo

El reclamo de los trabajadores de la Sanidad se da en un contexto especial, en el marco de la pandemia que ha obligado a reducir los días de vacaciones, trabajar horas extras para cubrir a compañeros y el estrés permanente que implica trabajar en la primera línea de batalla contra el virus.

"Estamos reclamando algo genuino y en vísperas de que no sabemos qué va a pasar la semana que viene", definió el titular de ATSA en Olavarría en referencia al aumento de casos y la llegada de una segunda ola de coronavirus en todo el país.

"Es lamentable que trabajadores que hoy son sumamente necesarios tengamos que tomar esta medida, pero no somos responsables de esta situación", sintetizaba Carlos Manzur esta semana, en la conferencia de prensa que sirvió de anuncio del plan de lucha.

Explicó que los salarios de los trabajadores sanitarios no se han equiparado con la inflación y "están por debajo de la línea de pobreza", con sueldos básicos de 50 mil pesos.

Por su parte, las empresas de salud admiten que todavía no abonaron ese porcentaje acordado en su momento y desde la Federación Argentina de Prestadores de la Salud (FAPS) argumentan que en pleno desarrollo de la crisis por el Covid tienen un retraso en los valores de las prestaciones.

Sobre este tema, Carlos Manzur dijo a este Diario que "todo depende de la voluntad también de PAMI y IOMA que tienen la mayor parte de los afiliados, para que reconozcan que sus prestaciones están atrasadas desde 2019. Además, las obras sociales en general también deberían incrementar sus valores".

Ayer se analizaba otra medida de fuerza para el martes en caso de que no hubiera solución al reclamo, pero la conciliación obligatoria cambió los planes.

"Exhortar a las partes en conflicto a mantener la mejor predisposición y apertura para negociar los temas sobre los cuales mantienen diferencias y contribuir, de esa manera, a la paz social y a mejorar el marco de las relaciones laborales en el seno de las empresas involucradas", dice la resolución de la cartera laboral que también convocó a las partes a una nueva audiencia para el martes próximo.