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El conflicto por los sucesivos cortes en el suministro de agua potable en Sierras Bayas, así como la falta de inversiones en infraestructura dentro de la Villa, tuvo ayer una nueva escalada con la presencia de un grupo de vecinos autoconvocados en la delegación municipal para poner un documento en manos del delegado comunal Guillermo Rikal.

"Es una nota formal, para hacer notar nuestro malestar ante la falta de respuestas del Municipio y, como no es nuestra intención saltear jerarquías, primero recurrimos a nuestro representante para que se cargue al hombro nuestro reclamo" explicó una de las referencias de los autoconvocados.

Lo vecinos, además de la nota formal, se presentaron con un cartel que decía: "Basta de mentiras - queremos soluciones. Son años de reclamos, las calles en pésimo estado y nos aumentaron el impuesto. Coopelectric, basta de cortes de agua y de luz; pagamos servicios carísimos".

"Por ahora vamos a mantener las formas, mientras tanto debemos contener a vecinos que están furiosos con esta situación. Hoy vamos por la vías formales, queremos conservar la calma, pero si no encontramos respuestas no sé si vamos a ser tan formales el próximo reclamo" advirtió la fuente a la que tuvo acceso este Diario.

El contenido de la nota entregada en la delegación dice: "Por medio de la presente los vecinos abajo firmantes hacemos saber nuestra insatisfacción con respecto a las respuestas brindadas por el Municipio al petitorio presentado el 30 de diciembre de 2020 ante funcionarios comunales.

"Hacemos saber al señor delegado que solicitamos vuestra presencia y acompañamiento a nuestro reclamo, en su cargo de funcionario municipal elegido por el pueblo.

"Es necesario y prioritario que usted, como representante de Sierras Bayas, sea el nexo entre las autoridades del Municipio y los reclamos de los sierrabayenses, haciéndole saber el malestar de los vecinos por las respuestas frágiles ante las demandas que constan en dicho petitorio.

"Los vecinos necesitamos con urgencia otra reunión con las autoridades municipales.

"Queremos evitar distracciones, y que la situación de abandono por la que atraviesa nuestro pueblo se dilate mientras seguimos pagando los impuestos".

"Sin otro particular, quedamos a la espera de una pronta respuesta a lo solicitado" se cierra la nota puesta en manos del delegado Rikal.

Este reclamo ha atravesado distintas fases desde su comienzo a fines del año pasado: un inicio conflictivo, luego pareció prevalecer el diálogo entre los vecinos autoconvocados, autoridades comunales y funcionarios de Coopelectric, y se agudizó la semana pasada luego de una nueva asamblea, en el Monte de los Fresnos.

Este mitin fue como consecuencia del agravamiento de la situación con el agua potable en los días de altas temperaturas del pasado mes de enero, que derivaron en rotura de cañerías y recurrentes cortes en el suministro hogareño, siendo Villa Arrieta uno de los puntos más perjudicados.

La última asamblea se cerró con la decisión de pasar a medidas de acción directa, como una manifestación a la vera de la autovía que une Olavarría con Azul.

Durante ese encuentro, los vecinos de Sierras Bayas recibieron el asesoramiento de los principales referentes de la Asociación Usuarios Nueva Energía (AUNE), la agrupación opositora a la conducción de Coopelectric, que se propone cortar con décadas de administración "amarilla" en la prestadora local de electricidad y concesionaria del servicio de agua corriente y cloacas.

En el transcurso de la asamblea de la semana pasada se registró un episodio que molestó tanto a los vecinos de Sierras Bayas como a la gente de AUNE, y fue la presencia policial para pedir información acerca de estos últimos.

"Era algo que no me pasaba desde la Dictadura Militar. Ingresé en la Facultad de derecho de la UBA en 1978, pleno auge de la represión y de la opresión que se hacía sentir fuerte en esa época, siendo yo un inocente pueblerino llegado a la gran ciudad, ignorante de la política" se quejó el doctor Luis Cavalli, líder de AUNE.

"No estamos en estado de sitio y no tenemos que explicarle ni pedir autorización a nadie para reunirnos y opinar" consideró Cavalli en una queja conocida días atrás.

Capítulo tras capítulo

El primer episodio de esta protesta fue el 29 de diciembre pasado, cuando los vecinos sierrabayenses autoconvocados se reunieron en la Plazoleta del Mástil y consensuaron una nota con una serie de inquietudes dirigida al intendente municipal Ezequiel Galli.

En el texto se reclamaba con "carácter de urgente" una reunión, y pedía respuestas ante las deficiencias en los servicios de gas, agua corriente y electricidad; por el mal estado de las calles; la necesidad de un plan de viviendas; correcciones en transporte público y en servicios de salud; reordenamiento territorial, obras cloacales, de comunicación y las siempre demoradas modificaciones en el acceso a la Villa.

Se proponía conformar un consejo asesor y consultivo para trabajar en forma conjunta con el delegado municipal "a los efectos de canalizar y formalizar nuestras inquietudes y que se gestione ante quien corresponda para poder garantizar nuestros derechos como olavarrienses".

El eco fue inmediato, y un par de días más tarde una delegación designada por la asamblea (integrada entre otros por José Randazzo y Leo Araya) fue recibida en el Palacio San Martín por el secretario de gobierno Hilario Galli y el subsecretario de gobierno Emilio Vitale.

A mediados de enero se realizó otra reunión en Sierras Bayas, con la presencia de una docena de vecinos y la asistencia de Emilio Vitale y Guillermo Rikal (delegado municipal) en representación de la administración Galli, mientras que por Coopelectric lo hicieron el contador Oscar López y los ingenieros Claudio Napoli y Natalia Soria.

Los vecinos recibieron la promesa de que se iban a encarar trabajos para verificaciones de red por ramal, ajustando los parámetros y aumentado la presión en las zonas mas altas.

Evidentemente no sucedió tan así, o los resultados no fueron los esperados, y el conflicto sierrabayense sumó ayer en horas de la mañana un nuevo capítulo, al que los vecinos consideraron un ultimátum antes de pasar a medidas de acción directas.