Como toda la comunidad olavarriense conoce, el Hogar de Ancianos "San Vicente de Paul", que da abrigo y cariño a los adultos mayores de bajos recursos, fue creado por un grupo de mujeres que en aquellos años de la década de 1930 vieron dicha necesidad. Hoy, Asociación de Damas Vicentinas sigue sostenida por el trabajo solidario y su actual presidenta es María Cristina Porto de Ringuelet, a quien secundan personas que brindan su tiempo y esfuerzo "a cambio de una sonrisa de nuestros mayores", tal como señalan.

En el marco de la celebración de este nuevo aniversario, desde Asociación de Damas Vicentinas expresaron "un agradecimiento especial a toda la comunidad de Olavarría, que se hace presente con aportes y donaciones; al personal que se esfuerza día a día; al Municipio; a las instituciones que dan su apoyo; y a todos quienes contribuyen para que esta obra bienhechora perdure en el tiempo, más aún en esta época tan difícil de pandemia".

Los comienzos y el presente

La historia de la Asociación Damas Vicentinas de Olavarría comenzó en 1938, cuando un grupo de jóvenes mujeres se organizó para socorrer a los ancianos indigentes de la ciudad, entregándoles alimentos, remedios y ropa en el Colegio de Hermanas Nuestra Señora del Rosario. Las denominadas Jóvenes Vicentinas, por entonces presididas por Elena Rocha de Tagliaferri, comprendieron que ésta no era la mejor manera de ayudar a los ancianos. Fue entonces cuando se abocaron al proyecto de construir un hogar.

Así, en 1940 adquirieron los terrenos ubicados entre las calles Merlo, Rivadavia, Lamadrid y Rufino Fal y, el 25 de mayo de 1942, se inauguró el Hogar para Ancianos con aportes efectuados por entidades públicas y vecinos de Olavarría. Ese mismo año se constituyó formalmente la Asociación Damas Vicentinas, nombre con el cual se las conoce hasta nuestros días.

Años después la institución advirtió la necesidad de ayudar a los niños y una donación efectuada por el matrimonio Juan Bautista y Felisa Sarciat hizo posible este sueño. El 12 de noviembre de 1961 inauguraban un amplio edificio destinado para ser Hogar para Niños, función que cumplió a lo largo de dos décadas. No satisfechas aún con el cumplimiento de su misión las Damas Vicentinas proyectaron la Casa del Adolescente, la cual pese a haber sido inaugurada en 1970, no llegó a ponerse en funcionamiento.

En los años ochenta, el edificio fue ampliado y transformado en Hogar para Señoras. En 1996, gracias a una importante donación recibida, se amplió el Hogar de señoras, anexándole el Pabellón que lleva el nombre de su donante, "Sra. Simone Labouve" y que fue inaugurado el 30 de junio de ese mismo año.

El 25 de mayo de 2002 se inauguró el último edificio del Complejo San Vicente de Paul, el Hogar para Hombres, que fue denominado Pabellón Elena Rocha de Tagliaferri y doctor Pablo Tagliaferri, en memoria de la primera presidenta de la asociación y de su esposo, quien como médico, asistió por décadas a los ancianos del hogar. Finalmente, desde el año 2016, el Hogar para Señoras y el Hogar para Hombres fueron unificados.