Belena Hoffmann: Como el alma, "los colores vibran y movilizan"
Yanela Alves
"Me describo como pintora, todavía no he llegado a ser muralista pero sobre paredones me he expresado de modo agigantado, también". Así se definió Belena en sus primeros segundos en el aire de 98 Pop durante el programa "Grita el Arte", que se emite los sábados, de 11 a 13.
Con la energía, el histrionismo y la humildad que la caracterizan, habló de sus obras, de su encuentro con los colores y de su unión con el público cuando surgen pinturas donde hay varios observadores asistiendo al proceso.
"El hecho de pintar es un trabajo que hago por decisión, elección y siento que va a ser para siempre, así quiero que sea. Requiere de voluntad y sacrificio aunque lo más difícil es arrancar, lo hago con voluntad y me traspasa, me nace desde adentro, fue mi cable a tierra", explicó al recordar diferentes situaciones en las que pudo canalizar sus sentimientos a partir de sus creaciones.
"Creo que el arte es una herramienta personal e interna y uno puede sacar todo hacia afuera y se siente más liviano, pero con esfuerzos, porque uno no sabe con qué se va a encontrar y tengo que dejarme fluir". El arte también se trabaja, se busca, y se encuentra, "con mucho esfuerzo sigo de noche, de día, revuelvo la olla y con la otra pinto".
Sus colores
"Tengo cosas con colores oscuros, negros, líneas fuertes, trazos rústicos, imágenes duras y me di cuenta que fue un cable a tierra para poder expresar en formas alguna emoción. Algún día me gustaría hacer una muestra retrospectiva para contar mi historia artística, sin poner nombre y apellido a cada trabajo. Para contar porque algunas cosas quedan guardadas porque no todo es luz" y "nosotros no deberíamos ponernos en el lugar de decir si la obra es oscura o no", comentó.
Los colores que no le pueden faltar a sus obras son el blanco que "da toques de luz", el negro que "aunque no lo veamos define por excelencia" y usa una gama de colores muy flúor que "dan el brillo, elasticidad a colores apagados, colores primarios en flúor, magenta, cian y amarillo. Con esos colorcitos puedo trabajar". Y lo que sale de esa mixtura es increíble.
Los colores son muy fuertes, muy vibrantes, muy especiales y "la gente me dice que son impresionantes pero yo los compro, no me pertenecen, me hago esa pregunta porque en realidad es como una pregunta más profunda, esos colores vibran desde adentro, los puedo fusionar de terminada manera y al común de la gente le producen magia y esa magia es interna, es mi magia que saco afuera en esa fusión".
El público ahí
Belena comparte espacios artísticos con otras personas. Los músicos o las bandas tocan y ella hace su trabajo. De hecho estuvieron junto a su hermano, Alejo Hoffmann, celebrando un nuevo año en Chamula y lo hicieron de ese modo. "Pintar delante de la gente es otra historia porque cuando todo sucede en vivo, el tiempo es otro, la energía es otra, la música suena en vivo, todo esta ahí latente y la mirada termina de completar el trabajo".
Las sensaciones que genera son diversas: " hay gente que se acerca a decir algo y dicen que les pasó algo, se emocionaron pero es porque trabajo dos horas sin parar y eso mueve, yo voy trabajando improvisando con la música y de pronto empiezo a describir una canción literal, y a la vez paso con el rodillo y aparece un pájaro y la obra cambia minuto a minuto y eso me parece que es como que me pertenece como espectador y en realidad hago lo que se me cruza, te convenzo de que es un buen momento para que estés disfrutando y que las cosas son y no son al mismo tiempo y que son efímeras y no, y todo me va llevando". Aseguró que en esos instantes donde la creación es masiva, "no lo puedo manejar ni dominar y de ahí salen quizás las mejores obras".
Identidad, esencia y maternidad
"Mi arte grita lo que con palabras no me animaría a decir, lo que no me alcanzarían las palabras, grita lo que soy, lo que fui, mi pasado, el presente y lo que haré en el futuro. Grita personalidad, identidad, esencia, maternidad, frescura, amabilidad, la no tanto. Grita y aunque lo haya hecho en silencio me ha permitido sanar, avanzar y no dejarme vencer por el tiempo, ni malos tiempos y ni el tiempo que vendrá".
Al mismo tiempo, señaló lo que grita por su hijo, "quiero ofrecerle a mi hijo la libertad y embellecerle todos los días con colores. Mi compromiso es para conmigo, con mi hijo, con el mundo, para expresar la libertad absoluta del alma".
- En el ADN familiarSu papá es artista plástico, su hermano músico y su mamá integra la cuerda de Candombe Laten las Lonjas. "Ayer nos encontramos filosofando con Picola (su padre) y hablábamos de cuándo uno se define como artista, qué lo acredita si se trata de sentirte artista, vender obras o encontrar tu estilo", comentó. Y recordó aquel momento en que todo nació para ella, "pasábamos por la Escuela Municipal de Arte y le pregunté a mi papá qué era eso. Me preguntó si quería ir, y le dije que sí. Me acuerdo de los colores que me compró por primera vez y me mandé. Tenía 10 años", y desde entonces, todo se pintó de color.